(Por: Óscar Esquivel) Todas las encuestan dan por ganadora a Doña Xiomara Castro, aún las encuestas más conservadoras realizadas por organizaciones de la Sociedad Civil y empresa privada, dan el triunfo a la candidata de la Unidad Nacional. En el ambiente se respira triunfalismo, sin dejar de lado cualquier artimaña del oficialismo por retener el poder. Y es ahí donde hay que ocuparse. Ya que el optimismo sin ocuparse es trampa.
El hondureño, la hondureña se volcará a las urnas pese a la táctica del miedo aplicada por el Partido Nacional para que no se acuda masivamente a ejercer el sufragio. El voto en las urnas está ganado, sin embargo, el sistema de conteo se puede ir cuantas veces se les ocurra para que las sumas cuadren, la energía eléctrica se puede ir, la señal telefónica puede “misteriosamente fallar, los canales de televisión a fines al régimen pueden llamarse a un silencio sepulcral y luego aparece cualquier personaje de sus planillas, diciendo que su patrón ha sido el ganador.
Con ello buscando un golpe moral que haga que los representantes del gobierno de Unidad Nacional, que los militantes del gobierno anti JOH, abandonen sus puestos en las urnas, no llenen correctamente las actas y que no se logre recolectar todas las actas que comprueben el triunfo. Los representantes en las urnas deben tener los sentidos bien puestos de principio a fin y la dirigencia de la oposición política haciendo su parte. No habrá fraude que valga para validar el triunfo que ya se siente, se ve a la vuelta de la esquina.
Una vez que se haya ganado las elecciones, la celebración deberá ser sobria y corta. Se habrá escalado gradas significativas, pero las que aún faltan son enormes e inclinadas que ocuparán de nuestras mayores luces, de nuestras mayores fuerzas para llegar al final del escalón con oxígeno suficiente.
La pobreza se estima entre el 70 % al 75 % de la población, la deuda pública asciende a 15,000 millones de dólares (deuda fraudulenta), el desempleo, la salud y educación se suman a los peores indicadores en la historia del país. Y podemos seguir sumando indicadores que demuestran que ganar las próximas elecciones, será uno de los primeros escalones necesarios para sacar a este país del oscurantismo en que se encuentra.
Logrando vencer la guerra psicológica implantada por el oficialismo para que los hondureños no asistan a las urnas, logrando vencer el fraude, tendremos presidenta por primera vez. Sin embargo, tendremos 2 poderes del estado que pueden ser adversos.
Por lo que habrá que ser un buen equilibrista en el arte de gobernar, cuando se tienen muchos obstáculos: población pidiendo resultados tangibles, Congreso Nacional y Corte Suprema, dueños de comunicación, líderes religiosos- económicos- políticos-, potencias extranjeras que no abandonan su labor de conspiración permanente en contra de los sagrados intereses del país.
Tenemos un país que rescatar y este domingo habrá que obtener un resultado concreto. Hay que devolver la dignidad a este país, levantar del lodo la bandera patria, habrá que levantarse temprano y ejercer el sufragio para que los hondureños ya no se mutilen en la bestia, se ahoguen en el rio bravo o mueran en el desierto. Hay que unificar la familia hondureña. Este domingo 28 de noviembre es el primer paso en el largo camino que aún nos queda. Pero ya lo dijo el poeta:” Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y en ese camino andamos, andando.
