TEGUCIGALPA, Honduras
Un grupo de senadores de EE.UU. pidieron al secretario de Estado Antony Blinken que ayude a Honduras a tener unas elecciones limpias, creíbles y transparentes.
En una carta girada al jefe de la diplomacia estadounidense, los senadores demócratas liderados por el representante de Oregón Jeff Merkley, Jan Schakowsky, Joaquín Castro, Jesús Chuy García y Hank Johnson «están solicitando al Departamento de Estado de EE.UU. para hacer más para garantizar elecciones libres y justas en el país centroamericano».
«En los últimos años, Honduras se ha visto afectada por la corrupción gubernamental y las violaciones de DDHH, entrelazadas con la violencia mortal de las pandillas y de las (perpetradas por las) fuerzas de seguridad del país, factores que han llevado a una ola de migrantes a buscar asilo en EE.UU.», consigna el documento que ya está en manos de Blinken.
El grupo de legisladores de la Cámara Alta advirtieron en el escrito que a menos de dos semanas para la celebración de los comicios generales «existe un mayor potencial de violencia, fraude o restricciones a la capacidad de los ciudadanos hondureños para ejercer sus derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión, todos los cuales están protegidos por la constitución”,
De hecho, hicieron saber al alto funcionario que EE.UU. debe asumir una postura de «observador neutral, creíble e imparcial y que apoyemos un resultado que sea genuinamente democrático e inclusivo».
«Solicitamos que en las semanas previas a las elecciones, el Departamento de Estado vigile de cerca las condiciones de derechos humanos en el país y se pronuncie enérgicamente contra cualquier acto de censura o represión, incluso contra periodistas, manifestantes pacíficos o miembros de la oposición política», indicaron.
Expresaron que se necesita un proceso electoral libre y justo, pues representa una oportunidad importante para que los hondureños restablezcan la democracia y el Estado de derecho y que beneficie a la región.
«Nos preocupa un patrón de fraude electoral y prácticas antidemocráticas en Honduras, incluido el golpe militar de 2009 y las irregularidades generalizadas en las elecciones presidenciales de 2017, que en ese momento suscitaron una profunda preocupación por parte de los supervisores electorales regionales y la comunidad internacional», dijeron.
A renglón seguido, exteriorizaron su preocupación, en el sentido que prima un patrón de violaciones a DDHH, hay amenaza a las «libertades básicas, mientras que la libertad de prensa y el espacio para que la sociedad civil opere siguen siendo severamente restringidos”.
Otra preocupación, añadieron, se basa en los informes emitidos por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), en el que hallaron agresiones y «asesinatos selectivos» contra periodistas, así como detenciones arbitrarias «destrucción de equipo y otros obstáculos que han impedido su capacidad para operar de forma independiente».
«Tememos que la represión contra los trabajadores de los medios de comunicación, los manifestantes y políticos de la oposición y los defensores de los derechos humanos, incluso por parte de las fuerzas de seguridad hondureñas, pueda aumentar o intensificarse a medida que se acercan las elecciones», aseveraron.
Sentenciaron que el «futuro democrático de Honduras está ligado a nuestro propio futuro aquí en EE.UU., y el ciclo electoral de este año es de especial importancia. El nuevo Congreso que sea elegido a su vez elegirá un nuevo fiscal general y magistrados de la Corte Suprema que podrían actuar como actores clave en la lucha contra la corrupción y la impunidad, que continúan agotando los recursos públicos y alimentan el empobrecimiento generalizado, la inseguridad ciudadana y el desplazamiento forzado en todo el país».
