TEGUCIGALPA, Honduras
Los grupos criminales se reorganizaron en el tiempo de confinamiento por el coronavirus y ahora han ampliado su actividad a escala nacional, advirtió el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado.
Apuntó que al cierre de 2021 se están registrando más episodios violentos que el año pasado y se debe a que los responsables tuvieron tiempo para definir sus estrategias.
«El año pasado la pandemia nos tuvo encerrados mucho tiempo. El problema es que mientras los equipos de salud hacían su trabajo, la delincuencia organizada estaba fortificándose buscando nuevas salidas y corredores de la muerte», expuso.
Maldonado lamentó que, pese a las saturaciones policiales en diferentes zonas de la capital, la violencia y la delincuencia persisten, ensañándose especialmente con los jóvenes.
«La juventud en este país está en un riesgo inminente, la juventud se está matando», alertó al tiempo que recordó que el fin de semana anterior unos cuatro jóvenes perdieron la vida tras una balacera en la colonia Torocagua, al norte de la capital.
PROBLEMÁTICA NACIONAL. Sin embargo, subrayó que no es un flagelo exclusivo de Tegucigalpa y Comayagüela, sino que en otras partes del país también se agrava el escenario.
Mencionó, por ejemplo, a Olanchito, en Yoro, donde hubo un crecimiento de la incidencia criminal.
Según las autoridades, desde ese departamento han partido la mayoría de los decomisos de cargamentos de droga que se han fraguado en las últimas semanas.
Maldonado dijo que hay otros municipios norteños donde ha recrudecido el flagelo y señaló en tal sentido que hay un corredor de la muerte en la carretera que conecta el norte de Olancho con Colón, Yoro y Gracias a Dios.
Recordó que a la fecha se han reportado 44 masacres en el territorio hondureño durante 2021, dejando más de 150 defunciones.
Acotó que las maras y pandillas ponen en peligro no solo a sus integrantes, sino a muchas personas que no tienen nada que ver.
IMPUNIDAD. Además, Maldonado lamentó que los crímenes no son investigados y no hay justicia, lo que termina generando aún más peligro.
«Este tipo de violencia que se da en el país queda en la impunidad, realmente deja mucho que desear la investigación criminal», aquejó.
En tal sentido, dijo que es trillado e irresponsable que la Policía solamente atribuya los homicidios a ajustes de cuenta o que las víctimas estaban en el lugar equivocado.
Por el panorama expuesto, dijo que el próximo gobierno debe tomar cartas en el asunto.
«La seguridad pública será un gran reto para el próximo gobierno; deberá buscar cómo parar la ola violencia y criminalidad para que podamos tener paz y tranquilidad y no más luto», declaró.
