TEGUCIGALPA, Honduras
La abogada Jennifer Bonilla, esposa del capitán en condición de retiro Santos Orellana, teme que podrían intentar asesinarlos luego de que ambos fueron capturados el jueves bajo la acusación de lavado de dinero.
En una carta que escribió anoche, compartió su desasosiego y se dirigió a sus seres queridos y a la sociedad; dejó entrever que existe la posibilidad de que no vuelva a hacerlo más.
«La vida del capitán está en peligro y solo sus denuncias y oraciones pueden guardar la integridad física de mi esposo», dijo.
«Si nos matan, sigan adelante, que unidos se recuperará este país. Dios les bendiga», agregó al subrayar que ambos están expuestos.
Aseveró varias veces que solo un acto divino puede ayudarles, pese a que no son culpables de la acusación en su contra.
«Sepan que no hemos cometido ningún delito más que denunciar a los delincuentes de este país que nos gobiernan», expresó.
Por el mismo lado, indicó que hoy son ellos los detenidos bajo falsas acusaciones, pero mañana podría ser cualquiera de los lectores de la misiva.
También se dirigió particularmente a sus hijos, pidiéndoles que no bajen la cabeza.
«Dios está con nosotros, como lo ha estado todo este tiempo. Los amamos», les dijo.
Además, les recordó que sus padres han luchado por el país denunciando los actos de corrupción, al tiempo que acotó que lo hacen por el futuro de ellos y del pueblo.
La jurista instó al pueblo a que deje el sesgo de los colores políticos y se una para recuperar a Honduras, porque es la única manera de derrocar a los corruptos y evitar que persista el status quo en la nación.
En ese sentido, pidió a los simpatizantes del Movimiento Independiente Dignidad y Esperanza (MIDE) -cuyo presidenciable es Orellana- que no bajen la guardia, dado que «esto apenas comienza».
A su vez, exhortó a los candidatos a designados presidenciales (Angélica Milla, Esly Argueta e Isaías Zelaya) a que continúen la lucha para recuperar al país para las futuras generaciones.
Bonilla concluyó la carta al adaptar un pequeño fragmento del himno nacional.
«Honduras, muchos serán tus muertos, pero todos caeremos con honor».
El Ministerio Público acusa a la pareja, así como a la madre de Jennifer, Reina Lizeth Bonilla, por lavado de activos, vínculos al narcotráfico y otras actividades de la delincuencia organizada.
De acuerdo a las pesquisas, recibieron entre 2010 y 2020 un total de 238 millones de lempiras que, hasta ahora, no tienen justificación.
En la audiencia inicial celebrada la mañana de este viernes, el juez Claudio Aguilar, especializado en delincuencia organizada, les dictó detención judicial.
