Vicepresidente de Surinam vuelve a liarla; tachan de bochorno entrega de dinero al Olimpia

Redacción El Pulso27 septiembre, 2021

SAN SALVADOR, El Salvador 

Cara le salió al vicepresidente de Surinam, Ronnie Brunswijk, la gracia de jugar un partido oficial de fútbol a sus 60 años, y luego regalarle 100 dólares a cada uno de sus rivales: la suspensión es lo de menos, el bochorno es «lo de más».

Así sería el asunto, que hasta la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf), salpicada una y otra vez por escándalos de corrupción, entendió la necesidad de una medida ejemplar, y suspendió por tres años a Brunswijk.

El incidente ocurrió el pasado 21 de septiembre, durante el partido de octavos de final de la Liga Concacaf entre el club Inter Moengotapoe, propiedad del magnate y exguerrillero surinamés, y el Olimpia hondureño, uno de los mejores equipos de la región.

Aquella noche Brunswijk no tuvo mejor ocurrencia que enfundarse el uniforme de su equipo, ponerse la banda de capitán y a sus 60 años y 198 días convertirse en el futbolista de más edad que debuta a nivel profesional. En total, jugó 54 minutos, con su exceso de años y libras…

Todo habría pasado como una simple anécdota, otro ramalazo de lo «real maravilloso», rematado con la goleada 6-0 del Olimpia, pero el político surinamés se fue al camerino catracho, y empezó a repartir billetes como quien da volantes de un bar.

Para colmo, el alarde fue filmado por Joel «Bordo» Martinus, un «influencer» local, narcotraficante convicto y dueño de un club de fútbol, supuestamente para dejar constancia del hito deportivo, bajo el supuesto de que su amigo, el vicepresidente, «no hacía nada malo».

«Nadie ha hecho eso antes (debutar a los 60 años). Es un récord y nadie podrá batirlo. Él romperá su propio récord cuando termine la suspensión. Brunswijk ha logrado su objetivo», declaró a medios locales Martinus, también conocido como «Mony Hond», sin asomo de arrepentimiento.

Este personaje, por cierto, ostenta un cargo de asesor en el Ministerio de Desarrollo Regional y Deportes, pese a que en 2019 un juez de la ciudad francesa de Le Mans lo condenó en rebeldía a ocho años de prisión por ser el eje en el tráfico de cocaína a la Guyana Francesa.

Para muchos esta fue una excentricidad más de Brunswijk, cuyo currículo incluye un pasado como paracaidista, guardaespaldas, guerrillero y ladrón de bancos, medio centenar de hijos, y una fortuna amasada en una mina de oro y, presuntamente, con el tráfico de drogas.

Pero otros lo sienten como una bofetada al rostro de la nación, y a la credibilidad del Gobierno encabezado por Chandrikapersad «Chan» Santokhi, un exjefe policial bautizado como «El Sheriff» por su archirrival, Desi Bouterse, quien presidió Surinam de 1980 a 2020.

El diario Suriname Herald arremetió en un editorial contra el político, a quien acusó de avergonzar al país ante el mundo por su costumbre de repartir dinero en público.

«La ironía de todo esto es que mientras nuestro presidente se dirige al mundo en la Asamblea General de la ONU para impulsar la imagen de Surinam, nuestro vicepresidente está deshonrando al país internacionalmente al derrochar dinero, mientras la gran mayoría de nuestros ciudadanos luchan y luchan a diario para alimentar a sus familias», lamentó el rotativo.

Brunswijk siempre ha insistido en que los cargos criminales en su contra fueron fabricados por el entorno de Bouterse, de quien llegó a ser guardaespaldas. Igual, en 1999 un tribunal holandés lo condenó en ausencia por traficar cocaína para financiar su lucha.

Su actitud estilo «Robin Hood» le valió tal popularidad, que hasta el policía que lo persiguió en sus años como fugitivo, Santokhi, unió fuerzas con Brunswijk para liderar juntos el primer gobierno post-Bouterse. Lo cierto es que Ronnie vive a su aire, y es consecuente…

De hecho, tras salir a la luz pública las imágenes en los vestidores del Olimpia, el vicepresidente alegó que el club hondureño jugó un gran fútbol y, como el jugador de mayor edad, decidió recompensar a sus rivales.

Por su parte, el Olimpia reconoció el «error» de sus jugadores al aceptar este dinero, que le costó la expulsión de la Liga Concacaf.

«En nuestra institución aceptamos que se cometieron errores de parte de algunos de nuestros integrantes esa noche, que no representan los valores y principios del club», declaró el club, que donará el monto recibido a la Fundación Hondureña del Niño con Cáncer.

A su vez, el técnico argentino Pedro Troglio, que ha conducido al Olimpia a tres títulos nacionales, admitió que la situación los superó a todos, y aunque no estaba en el camerino en el momento de la repartición, asumió su responsabilidad y puso su cargo a disposición de la directiva.

Al final, el Olimpia resultó el más afectado por la sanción, porque era el único con algo que perder: en Surinam, el Moengotapoe seguirá jugando en la liga doméstica, a Ronnie no le interesa ganarse la vida como futbolista y ya sumó otro episodio colorido a su rocambolesca biografía. (Con información de Sputnik). 

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