(Por Óscar Esquivel) La campaña electoral de cara a noviembre empezó y con ello se visualiza desde ya la estrategia que seguirá el Partido Nacional con su candidato hasta el momento, Nasry Asfura; pretenden vender la idea que es diferente a Juan Orlando Hernández. ¿Es eso posible?
Nasry Asfura pertenece a una estructura llamado Partido Nacional que ha gobernado el país por 12 años, en los que el país ha vivido los peores años de su historia: privatización de la educación, salud, puertos, aeropuertos, carreteras, SANAA, Hondutel, ENEE. Saqueo a los institutos de previsión como Inprema, Injupemp, IHSS, Sitraunah. De estos saqueos, el más conocido es al Seguro Social.
El edil capitalino es igual a Juan Orlando Hernández, pues son de la misma manada, los abraza la misma estructura de la estrella solitaria, los arropa la misma bandera.
El alcalde y su equipo saben que en los 12 años que han gobernado han sido los peores.
A través de sus diputados en el Congreso Nacional destituyeron magistrados y colocaron afines en su lugar, para que Juan Orlando Hernández se reeligiera aún cuando la Constitución del país lo prohíbe.
A través de sus diputados aprobaron las ciudades modelos despojando a los pueblos de sus territorios y al país de su soberanía. Papi a la orden, como se hace llamar, es del mismo partido que Ricardo Álvarez, el creador del Trans450.
Nasry Asfura pertenece a una estructura cuyo presidente es señalado en EE.UU. por tener vínculos con el narcotráfico, cuyo hermano recibió cárcel de por vida. Pertenece don Asfura al gobierno que saqueó al país con los mal llamados hospitales móviles.
No tuvieron y no tienen ningún escrúpulo para saquear a un pueblo hondureño moribundo. Son los artífices de éxodos masivos de hondureños en busca de la vida y de condiciones mínimas para sobrevivir. Son el partido que ha endeudado al país en cifras impagables. Son los que han puesto la imagen del país por el suelo.
Don Nasry Asfura, candidato presidencial ni en esta vida, ni en la otra, ni volviendo a nacer podría ser diferente a Juan Orlando Hernández, ni al Partido Nacional.
Sobre la mala gestión municipal de Nasry Asfura aún hay mucho por descubrir. Sus puentes, sus rotondas, no serán suficiente para lavarle su imagen. La erogación millonaria en proyectos de infraestructura sin transparencia es aún un informe pendiente. Aparte que son proyectos que no solucionaron nunca el tráfico vehicular en Tegucigalpa, lejos de eso lo empeoraron. Golpeando fuertemente el bolsillo de los capitalinos a través del consumo de combustibles.
Asfura se escondió en plena pandemia mientras otros alcaldes daban la cara por su gente. Montaban centros de triaje, daban medicamentos. Pero no, Asfura que percibe un buen sueldo más otros ingresos, se escondía.
Ocho años de gestión de Asfura y Tegucigalpa sigue teniendo problemas con inundaciones, falta de agua potable. Los barrios y colonias capitalinas siguen detenidas en el tiempo, la inseguridad campea.
Nasry Asfura el que saca dinero de su bolsa y «después líquida», según sus propias declaraciones, ¿han visto algún turco que regale dinero propio?
Imposible que Nasry Asfura sea diferente a Juan Orlando Hernández. Pertenecen a la estructura que durante 12 años ha mantenido al país en los peores años de su historia.
El candidato presidencial del Partido Nacional es más de lo mismo: Dos caras de la misma moneda junto a su jefe Hernández Alvarado.
