MOSCÚ, Rusia
Los talibanes, cuyo movimiento fue designado terrorista por el Consejo de Seguridad de la ONU y proscrito en numerosos países, entre ellos Rusia, descartaron extender las evacuaciones desde Kabul más allá del 31 de agosto.
El portavoz de la oficina política de los talibanes, Suhail Shaheen, dijo al canal de televisión Sky News que «es la línea roja».
«El presidente [de Estados Unidos, Joe] Biden anunció que iban a completar la retirada de las tropas el 31 de agosto. Extenderla supondría extender la ocupación cuando no hay necesidad para ello», afirmó.
Shaheen agregó que «si EEUU o el Reino Unido solicitaran más tiempo para continuar con las evacuaciones, la respuesta sería ‘no'». «O habría consecuencias», advirtió.
Los talibanes tomarán represalias si Washington no concluye la retirada de la tropas de Afganistán antes del 31 de agosto, declaró el portavoz.
Recordó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió completar la retirada de las tropas de EEUU el 31 de agosto.
Si violan los acuerdos, dijo Shaheen, «consideraremos que continúan su ocupación (…) y todos saben que si hay ocupación, desde luego habrá nuestra reacción».
El representante de los talibanes respondió con una afirmativa a la pregunta de si puede haber una respuesta militar.
Anunció también que en Afganistán se creará un comité que elabore un proyecto de la nueva Constitución.
Shaheen aseguró que el comité, que se formará tras la creación de un gobierno inclusivo, incluirá a expertos de varios campos.
Comunicó también que los talibanes enviaron su delegación a la provincia afgana de Panshir, el último baluarte de resistencia contra los fundamentalistas, para negociar con las fuerzas de resistencia.
«Enviamos nuestra delegación a Panshir para negociar; si rechazan una tregua y prefieren luchar, esa será su decisión, en este caso, nos veremos obligados a reaccionar», dijo Shaheen.
Al mismo tiempo, subrayó que la política del movimiento es «pacífica y conciliadora».
Reveló que talibán negocia con el vicepresidente primero Amrullah Saleh. Según el portavoz, se envió también un grupo de líderes religiosos a la provincia para persuadir a las fuerzas de resistencia de que resuelva el conflicto mediante el diálogo.
A su vez, las fuerzas de resistencia que se encuentran en la provincia afgana de Panshir trajeron a esa provincia armas desde Tayikistán, comunicó el canal de Telegram de Herat Times, que cita a una fuente informada.
«Los helicópteros de las fuerzas de resistencia trajeron armas, munición y otro importante material a Panjshir desde Tayikistán», dice el comunicado.
Del 6 al 14 de agosto, los talibanes se hicieron con el control de buena parte de Afganistán y el día 15 entraron en Kabul, retomando el poder tras dos décadas de intervención aliada que llegará a su término a fines de este mes.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, huyó del país y pidió asilo en Emiratos Árabes Unidos.
Los fundamentalistas dejaron claro de entrada que aspiran a un «traspaso completo» del poder, si bien anunciaron luego la disposición de negociar la creación de «un gobierno transparente, inclusivo e islámico».
En el aeropuerto de Kabul, protegido todavía por las tropas estadounidenses, miles de personas desesperadas aguardan una oportunidad para escapar del país.
Mientras, los talibanes se preparan para lanzar una ofensiva contra la provincia de Panjshir, el último baluarte de resistencia liderada hoy por el jefe guerrillero Ahmad Masud y el vicepresidente primero Amrullah Saleh, quien reivindica el papel de mandatario legítimo de Afganistán.
