Recientes abusos policiales exponen una fallida imagen de una “nueva policía”

ABarahona10 agosto, 2021

Los más recientes hechos de abusos por parte de agentes de la Policía Nacional reflejan que los mecanismos de depuración y transformación de las fuerzas de seguridad se alejan de la realidad y genera alarma en la ciudadanía.

Según datos de la Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (Didadpol), en lo que va del primer semestre del año se han interpuesto mil 654 denuncias contra policías por diversas faltas y se han realizado 652 audiencias de descargo y remitido 26 expedientes a la fiscalía.

En tanto, en 2020 se recibieron dos mil 19 denuncias contra policías en su mayoría Francisco Morazán y Cortés.

La semana anterior, se denunció dos asesinatos, una violación a una menor de edad, cuatro abusos de uso desproporcionado de la fuerza por agentes policiales.

“La muerte de mi hijo no me lo van a devolver, pero queremos que el pueblo hondureño una vez en la vida tenga justicia porque ellos me lo mataron”, declaró el padre de un joven universitario que fue asesinado por agentes policiales luego que la víctima no se detuvo en un retén en Colón.

“EL QUE LA HACE, LA PAGA”. El 12 de abril de 2016, el gobernante Juan Orlando Hernández nombró la comisión depuradora de la Policía Nacional integrada por el pastor evangélico, Alberto Solórzano; la expresidenta de la Corte Suprema de Justicia, Vilma Morales y el actual director del Foro Nacional de Convergencia (Fonac), Omar Rivera.

Entre 2016 a 2020, la interventora evaluó a 19 mil 500 miembros de la fuerza pública; cerca de seis mil 500 fueron depurados y un 33 por ciento de estos fueron remitidos al Ministerio Público para su judicialización.

Según Rivera, la transformación de la policía demuestra que ahora cualquier miembro de la institución policiaca que cometa una falta “la paga”.

“Cuestionamos cualquier tipo de trasgresión a la ley por parte de agentes de escala básica u oficiales, aquí lo importante es que el que lo hace la paga, como mecanismo de sanción intervienen autoridades en el orden disciplinario”, arguyó.

UN ESPEJISMO, LA DEPURACIÓN. A criterio de la titular del Observatorio Nacional de la Violencia, Migdonia Ayestas, los últimos acontecimientos que mancillan las fuerzas de seguridad pública son el reflejo de una fallida depuración y que es una falacia que existe una “nueva policía”.

“Se está diciendo que tenemos una nueva policía y que después del proceso de depuración tenemos una policía más capacitada y más humana; no sé a qué se refieren porque si el procedimiento es castigar, violar o intentar matar o que mate primero y se investigue después no sé qué concepto de depuración estamos hablando”, reprochó.

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