La unidad latinoamericana ¿OEA o CELAC?

ABarahona29 julio, 2021

Por Gilberto Ríos Munguía.

Dirigente del Partido Libertad y Refundación.

En el periodo de crisis capitalista que reinició en el año 2008 con el estallido de la burbuja inmobiliaria, tuvieron un repunte las agresiones políticas y comerciales por parte del imperialismo norteamericano y las corporaciones trasnacionales contra las débiles democracias latinoamericanas. Golpes de Estado, fraudes electorales, persecución judicial con los mecanismos del lawfare o guerra jurídica, campañas de desprestigio y desinformación, guerra de cuarta y quinta generación a través de redes sociales y la implantación de las noticias falsas o fakenews, el uso de la big data y la utilización pormenorizada de nuestra información personal para lograr la manipulación de la conciencia, son parte de un gran esfuerzo por impedir nuestra liberación como pueblos.

Si bien los análisis mecánicos de la realidad nos hacen tener resultados equivocados, en política creer en ciclos y desconocer la gran cantidad de variables que están en juego podría hacernos llegar a conclusiones aún más alejadas de la realidad, pero a grandes rasgos si podemos identificar algunos momentos de la historia reciente del continente en los que izquierda y derecha se han enfrentado en batallas hegemónicas con claros avances de uno y otro lado según resultados electorales y flujos o reflujos de la lucha popular a lo largo y ancho del continente.

Si los años noventa fueron casi en su totalidad, la derrota de las expresiones progresistas y el avance del neoliberalismo con el Consenso de Washington como guía, a finales de los noventas con el triunfo electoral del Comandante Chávez en Venezuela, dio inicio el ciclo progresista más importante de la izquierda latinoamericana de toda su historia. Al cabo de una década, casi exactamente, gobiernos de izquierda tomaron el poder y revirtieron paulatinamente los mecanismos de apropiación de la riqueza social por parte de las élites oligárquicas representantes del capital extranjero. Ese ciclo comenzó a revertirse con el Golpe de Estado de 2009 en Honduras.

De nueva cuenta, los partidos neoliberales que retomaron el poder, combatieron todos los presupuestos que daban a los diferentes Estados su carácter social y volvieron a utilizarlos para concentrar riquezas y privilegios de clase para los sectores oligárquicos y financieros que se caracterizan también por su parasitismo y por sus vínculos con el crimen organizado y el narcotráfico, éste último también un actor fundamental de esta vuelta al poder de la derecha en la región. Pero estas acciones se fueron haciendo más evidentes en la misma medida que una revolución de las comunicaciones digitales y medios alternativos están marcando una ruta diferente en la hegemonía imperial.

El nuevo ciclo está signado por los triunfos en México, Argentina y Bolivia que logró derrotar paladinamente el Golpe de Estado. Con esto también se han hecho sentir las necesidades de los organismos de integración que el Comandante Chávez y aquella primera generación de Presidentes construyeron  para acercar los comercios entre nuestras naciones a la vez que se calibraban posiciones políticas para reafirmar la independencia y la pacificación de nuestro hemisferio, evidenciando la naturaleza del llamado ministerio de las colonias de Estados Unidos u Organización de los Estados Americanos OEA y la contra propuesta que significó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC.

Es muy importante para este análisis escuchar el reciente discurso del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador en la reunión de la CELAC que ha tenido como sede a la nación azteca, en la que ha logrado una extraordinaria síntesis de la historia de nuestros pueblos y una magnífica propuesta para retomar los caminos de la integración y la Unidad latinoamericana, que se ha hecho en el Aniversario de fecha de natalicio de Simón Bolívar, símbolo continental de la primera gran independencia de la corona española en el siglo XIX en Sudamérica, proceso que marcó también otros procesos de liberación.

Con broche de oro hemos escuchado esta semana el discurso de toma de poder del Presidente Pedro Castillo en Perú, que además de manifestar sus prioridades de gobierno -muy similares a las necesidades de todos los pueblos de américa latina-, ha dejado clara la importancia de impulsar procesos constituyentes y el acercamiento a todas las naciones de la región, estableciendo el camino de la independencia y soberanía para lograr superar el subdesarrollo y las imposiciones de modelos económicos a la medida de minorías pudientes.

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