Las zedes en el bicentenario

Redacción El Pulso21 junio, 2021

(Por Óscar Esquivel) 200 años de emancipación política de España y de cualquier otra nación es un hecho histórico de enormes proporciones. Países hermanos que han compartido este hecho histórico lo han celebrado a lo grande y durante todo el año correspondiente, realizando diferentes actividades que hacen reflexionar sobre el camino andado, que es lo que no se ha hecho, que es lo que se podría hacer en este mundo globalizado sin frontera para los grandes capitales pero no para los seres humanos de escasos recursos que son la mayoría.

Ocasión propicia para reflexionar cómo mantener, engrandecer la identidad de una nación frente a las tecnologías, frente a este nuevo orden mundial. Sin duda que la tarea es titánica ante nuestra realidad.  200 años de un país que aún no ha aprendido o no lo han dejado andar: victima de propios y de extraños, la hondura nuestra.  

Es irónico que en el bicentenario de la República se concrete una aventura iniciada ya hace varios años. Aventura que no hace ver en los tiempos de invasiones, violaciones de toda índole contra los nacionales. En el pasado, las invasiones eran realizadas por extranjeros, no por nacionales y mucho menos por un gobierno que debe garantizar los intereses de la nación.  

Las zonas especiales de desarrollo económico conocidas como Zedes son una aberración jurídica, económica. Un espejismo bajo la figura de creación de empleos a cambio de entregar la soberanía y con ellos nuestras riquezas. Manda al traste la Constitución del país y sus leyes.  

Es un atraco de enormes proporciones que está encontrando resistencia como debe de ser. Una resistencia que debe de pasar a la acción y desmantelar cualquier acción encaminada a la instalación de las Zedes.  

Las llamadas zonas de desarrollo no se han instalado allá en zonas empobrecidas sí es que la generación de empleo fuera realmente el objetivo, sino que, en zonas ricas en recursos naturales, con acceso al mar, en zonas estratégicas.. Las sedes de concretarse serán lo que hoy es Palestina frente a Israel. La verdadera Honduras arrinconada, empobrecida (aún más) luchando contra las Zedes.  

Las alcaldías, los ciudadanos de los municipios afectados directamente deben asumir la vanguardia contra esta pesadilla de despojo y muerte. Estas zonas al no pagar impuestos, al tener su propia moneda, sus propias leyes se convierten en otro Estado. Es un deber de todo ciudadano defender nuestra unidad territorial.  

Las Zedes de concretarse se convertirán en guarida de mafias nacionales e internacionales. Es una urgencia hacerle frente a este despojo. De concretarse sería la última vez gota de sangre que habita en la vida nacional. Hacerle frente no debe depender de resultados electorales.  

En el BICENTENARIO los hondureñ@s tenemos la oportunidad de darle vida, de inyectar pintas de sangre a esta hondura en cuidados intensivos. La patria es territorio, es nuestra gente, son nuestros recursos, son nuestras tradiciones, nuestras costumbres.  

No debemos permitir que nos embauquen con la ilusión de la generación del empleo. Cuando llevan más de 10 años de gobierno prometiéndolo.  

Cualquier acción gubernamental celebrando el bicentenario en esta realidad es nula, una burla a la población hondureña.  

No más atropellos contra la población. Todos y todas contra el régimen que nos pretende despojar hasta de nuestros sueños.  

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