(Por Óscar Esquivel) La América nativa vuelve al escenario político con Pedro Castillo de frente. Así como también hace unos años Evo Morales nos llenó de alegría. Nos da esperanza, nos da boconadas de oxígeno en esta hondura nuestra en el que unos pocos insisten en seguir asfixiándonos.
Perú y Bolivia de sangre originaria en su mayoría, venía siendo gobernada históricamente por personas que no les representaban, lejos de eso los explotaban. Hasta que un día se tomaron la ciudad, dejaron por un momento su ranchito, sus cerditos y gallinitas, sus siembras para decir un basta ya.
Para mandarse un mensaje así mismos y al mundo: Es nuestro tiempo, siempre lo ha sido, hemos estado ausentes, pero hemos regresado para administrar nuestra casa y cuidar de nuestras familias. Estamos hartos que sean extraños que nos administren. Estamos hartos que los extranjeros se lleven y exploten nuestros recursos naturales y a nuestra gente.
Hemos llegado y sí nos sacan volveremos para no irnos nunca más. Estamos conscientes que el camino no será fácil, como tampoco a sido fácil llegar hasta acá. Nos haremos cargo. Sabemos lo que nos espera, la tragedia en la que nos han tenido no será de la noche a la mañana, de un día para otro, ni siquiera de un par de años que la solventaremos.
Sabemos que vendrá desestabilización política, económica y social patrocinada por empresas extranjeras que se llevaban nuestros recursos naturales. Conocemos de potencias internacionales que financiarán nuestro derrocamiento, como lo han hecho a lo largo de nuestra historia desde el río Bravo hasta la Patagonia.
Tenemos plenamente identificados a los enemigos de nuestra Patria Grande. Sabemos que pequeños grupos de empresas y de personas en nuestro país buscarán boicotear nuestra gestión, como lo hicieron con Salvador Allende y tantos gobiernos que han procurado el bienestar para su gente.
La América profunda se levanta. Esperemos que muy pronto en Honduras un pueblo mestizo, diverso, pero con una mayorías de pobres siga la senda de Bolivia, y ahora en Perú o de Brasil cuando llegó el obrero Lula a representarlos.
Tienen razón de asustarse, de aferrarse, los que aquí nos saquean, porque no será un farsante como el actual gobernante quien haciéndose llamar “indito pelo parado “ roba al pueblo hondureño. Será un verdadero, un auténtico de la hondura profunda, que tendrá que llevarnos hacia una Honduras digna.
La realidad nos nubla los sentidos cerrándonos esa posibilidad de creer que sea uno de los nuestros quien asuma las riendas del país. Pero El Perú con el profesor Castillo nos demuestran que otra Honduras es posible.
