Las Zonas Especiales ¿Para el desarrollo de quién?

(Por Gilberto Ríos Munguía) A seis meses del proceso electoral el Congreso Nacional bajo el control de la dictadura nacionalista, aprueba más incentivos de tipo fiscal para las llamadas “Zonas Especiales de Empleo y Desarrollo Económico”. La crítica de los sectores de oposición no se ha detenido y ante la nueva circunstancia, se animan más expresiones organizadas del país en repudio a la acción entreguista del territorio. Desde hace unos meses se vienen trazando escenarios junto a dirigentes sociales y representantes de las comunidades directamente afectadas. En distintos Wébinars, jornadas de formación (virtuales y presenciales) y reflexiones de realidad nacional, se ha vuelto el principal tema de análisis y convocatoria.

Las preocupaciones no son infundadas. El grupo económico en el poder ha tenido una participación directa en el narcotráfico, crimen organizado, saqueo de las instituciones del Estado y demás crímenes políticos conexos. Esta vez su visión estratégica apunta a las ZEDEs, un instrumento de los capitales trasnacionales que está diseñado para controlar territorios, bajo la protección de Estados enajenados, oligárquicos y dependientes. Desde su perspectiva, comprar un pedazo de territorio de un país subdesarrollado es realmente vanguardista.

El gobierno de facto argumenta que con eso se podrán lograr centenares de miles de empleos, no obstante el viernes pasado una huelga de transportistas denunciaba nuevamente el aumento en el impuesto de guerra y el continuo asesinato de choferes en todo el país. Para poner un ejemplo, el cierre de negocios y las pérdidas de empleo por cobro de impuesto de guerra se cuentan por decenas de miles anualmente. Para ser más amplios, no existe ninguna política de empleo en el país y otra muestra más dramática es lo generado en las zonas rurales por la des-atención absoluta del régimen, reflejando en la actualidad más pobreza y desempleo del que el pueblo hondureño ha estado acostumbrado.

Figuras de la talla moral de David Chávez, ahora candidato a alcalde de la Capital y Presidente del Partido Nacional de Honduras, -señalado por su administración del Instituto de Formación Profesional, INFOP- y Ebal Díaz Ministro de la Presidencia y candidato a diputado al Congreso Nacional, -segundo al mando en la aventura más avanzada del narcotráfico en la región-, se conjuntan para salir a todos los medios de comunicación a defender su proyecto. El hampa congregada públicamente como si no hubiera ocurrido nada, como si la memoria del pueblo no los ubicara a la diestra y siniestra de Juan O. Hernández y la década robada al pueblo.

La avanzada no puede ser más evidente en su intención y desafíos; la necesidad de mantener el poder de estos sectores de capitales externos y la amenaza de derrota política de los partidos de la oligarquía. Urgen de estrategias agresivas, el peligro es inminente: para las elecciones de noviembre el Partido Nacional seguirá desgastado en su imagen y será incapaz de mar-case como favorito, también por la baja estatura moral de su candidato a la Presidencia Nasry Asfura Zablah, continuación del juanorlandismo y las políticas privatizadoras que han fortalecido principalmente al mismo grupo financiero, ahora también denunciado por manejos irregulares de los presupuestos de la Alcaldía de la Capital.

Por su parte, la derecha criolla también ha convocado a una Alianza. Representantes de algunos sectores de burguesía nacional (relativamente progresista si los comparamos con la narco dictadura, pero derecha golpista al fin, si los recordamos en su papel para el derrocamiento del Presidente Zelaya en el 2009), intentan crear el recambio, el rostro decente del modelo capitalista y la alternativa suave al cambio de régimen: un capitalismo subdesarrollado y periférico, pero “sin corrupción e impunidad”, como si esos fenómenos estuvieran disociados y fueran responsabilidad única de una persona o una administración.

En los próximos meses veremos los resultados de estos reagrupamientos, el pueblo tendrá el desafío de diferenciar las propuestas que se presenten por sectores y también de sumarse a movilizaciones y protestas que coadyuven a frenar el proyecto oligárquico de profundización del modelo y la entrega del país al capital extranjero. También en el continente otros pueblos también avanzan en las calles y en las urnas en esas mismas direcciones, luchando por frenar la inercia del modelo como el Chile, Colombia y Perú, otrora principales referentes de este sistema. El ambiente no podría ser mejor.

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