«No puedo atender a la prensa»: Quijano evade hablar sobre acusación de pactar con maras

TEGUCIGALPA, Honduras 

«No puedo atender a la prensa, por disposiciones de mi equipo de abogados». Esta fue la evasiva respuesta del expresidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador y exalcalde de la capital de ese país, Norman Quijano, quien permanece oculto en Honduras al declararse perseguido político del presidente Nayib Bukele, tras acusarlo de haber pactado con pandilleros y otros delitos que le achaca la justicia.

Con un tono muy modesto, alejado de la arrogancia y soberbia con la que solía atender a los medios de su nación, Quijano -un furibundo dirigente de derecha del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena)- se limitó a decir a El Pulso que en «cuanto pueda» narrará su versión de los hechos por los cuales está en la mira de las autoridades judiciales.

A pesar que respondió a través de sus redes sociales que se presentará ante los juzgados, todo apunta que eso no ocurrirá, pues comprende que poner un pie en El Salvador significará el final de sus días en libertad y podría correr la misma suerte de sus correligionarios, los expresidentes Elías Antonio Saca o el fallecido Francisco Flores; su cabeza tiene un alto valor simbólico para el mandatario porque implicaría el acabose para Arena.

Quedó de responder uno de estos días emitía alguna declaración acerca de su presencia en el país. Hasta el cierre de este artículo, Quijano permanece callado. Quizá catalogue el silencio como la mejor herramienta para permanecer desapercibido sobre su controvertida estancia en Honduras y por cuánto tiempo estaría en condición de refugiado.

El gobierno, por su parte, no ha emitido pronunciamientos acerca del exalcalde de la capital salvadoreña.

El dirigente político debería presentarse hoy ante un juzgado de San Salvador para responder al requerimiento librado por la Fiscalía General de la República (FGR) en el sentido que responda por haber entrado en componendas con maras y pandillas en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2014.

La idea de Quijano, según el ente acusador, era lograr el favor de las estructuras criminales en zonas que controlan a fin de pasar a la segunda vuelta en la que perdió con el ya expresidente Salvador Sánchez Cerén. «Según testigos, Quijano les dijo que en ese momento no podía hacer ningún ofrecimiento económico… Pero que de ganar (en la segunda vuelta) podían obtener favores y beneficios”, según consignó diario El Mundo.

De acuerco al medio «además, (el acusado) pidió que no le pusieran atención a la campaña (de combate frontal a las pandillas) como parte de su lema, porque era únicamente parte de la política y que el pueblo quería escuchar eso, pero que no se realizaría».

En una de las reuniones que sostuvo con exjefes mareros, uno de sus asistentes «llevaba en un maletín de lona 100 mil dólares y entregó 50 mil dólares al líder de la MS y 25 mil a cada uno de los líderes de la pandilla 18 (Revolucionarios y Sureños)».

Esta vinculación lo tiene con un pie en la cárcel, sumado las críticas que arremetió Bukele el sábado anterior cuando avaló la decisión de la Asamblea Legislativa (parlamento unicameral) de destituir a toda la Sala Constitucional y al fiscal Raúl Melara.

«Que los magistrados destituidos saquen una resolución es como que Norman Quijano quiera llegar a legislar. Ah no, ya recordé que huyó a Honduras», cargó el jefe del Ejecutivo salvadoreño a través de su cuenta de Twitter.

En respuesta al ataque, Quijano reaccionó en un tuit que “me encuentro fuera del país, atendiendo un compromiso familiar, tengo previsto regresar al país en un par de días (dijo el sábado)». Días después, reveló que se encontraba en Honduras y que su caso «me he enterado que el fiscal presentó un requerimiento en mi contra, que tiene a su base acusaciones falsas… Mi caso ya está siento llevando por mis abogados, con la fe puesta en Dios que va a imperar la justicia».

«Al pueblo salvadoreño le digo que no tenga la menor duda que defenderé mi inocencia hasta mi último aliento. En el momento que sea requerido, me presentaré para dar la cara, pues como siempre lo he dicho, y quienes me conocen lo saben, soy inocente», declaró el también odontólogo.

En el caso de que no se presentara hoy, ya se puede dar por descontado que sería declarado en rebeldía y podría ser requerido. «De no presentarse a la intimación ni sus abogados defensores, Quijano tendría la calidad de reo ausente y la juzgadora procederá a resolver con la vista de la acusación», informó El Mundo en su versión digital.

De todos modos, Quijano ya puso pies en polvorosa y podría vivir por mucho tiempo lejos de su país, al menos, mientras Nayib Bukele golpee a golpe de tuits desde la Casa Presidencial.

En el mejor de los casos, gozaría de privilegios al permanecer afuera de El Salvador y emularía al exilio del expresidente Mauricio Funes, quien se encuentra en Nicaragua protegido por el presidente Daniel Ortega.

 

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