La madre del presidente

ABarahona29 marzo, 2021

El militar y estadista francés que conquistó y controló la mayor parte de Europa occidental en el siglo XVIII, Napoleón Bonaparte, fue certero en una de sus miles de locuciones, entre ellas, que “el porvenir de un hijo es obra de su madre”.

Serían pocas aquellas mujeres que suspirarían un mal porvenir a sus vástagos, tragos amargos que le ha tocado enfrentar a la madre del presidente, una mujer que ha recibido el repudio de la población por las acciones de tres de sus frutos.

Se debe dejar claro que ella ya no puede dominar qué hacen sus hijos; no obstante, como progenitora siempre procura el bien de ellos sin importar lo que diga la gente. Puede más el amor de una madre con relación a sus vástagos. Casos abundan y este no será ni el primero ni el último en el mundo.

Es comprensible que sufran por los malos momentos que sus criaturas puedan vivir.

Doña María Elvira Alvarado Castillo, la madre del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ahora pide clemencia por sus hijos, uno que enfrenta la justicia estadounidense declarado culpable de delitos con el narcotráfico; una que perdió la vida en un accidente aéreo, pero dejando las huellas marcadas de la corrupción y el otro vinculado con el crimen organizado y la narcoactividad que administra las riendas de un país.

La tragedia que ronda a doña Elvira inició con la muerte de su hija Hilda Hernández, el 16 de diciembre de 2017, a inmediaciones de la comunidad de Lepaterique, a menos de una hora en vehículo desde el centro de la capital.

La reconocida funcionaria murió mientras se transportaba a la base aérea José Enrique Soto Cano en Comayagua; el helicóptero en el cual viaja acompañada con cinco personas más fue reportado como desaparecido tras el último reporte a las 9:47 de la mañana.

La tarde de ese sábado se confirmó que la aeronave se estrelló en una zona montañosa de la Reserva Biológica Yerba Buena sin dejar sobrevivientes.

La hermana del presidente se desempeñaba como la secretaria de Comunicaciones y Estrategia y fungía como directora del programa Marca País. Además, se desempeñó como asesora de campaña política de su hermano.

Durante el gobierno del expresidente Porfirio Lobo comenzó a tener protagonismo desde su cargo como titular de la Secretaría de Desarollo e Inclusión Social (Sedis), más conocido como el brazo social del Ejecutivo.

Sin embargo, pese a su muerte, sigue siendo vinculada en varios actos de corrupción presentados por la extinta Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH) y ahora señalada por la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco).

La segunda tragedia que enfrentó la madre del presidente fue el 18 de octubre de 2019 cuando su hijo Juan Antonio Tony Hernández fue declarado culpable por la justicia estadounidense de cuatro cargos por tráfico de droga, ese mismo comenzó a recibir insultos por hondureños que residen en ese país.

Su hijo fue diputado por el Partido Nacional, calificado por los fiscales como un narcotraficante de grandes proporciones quien utilizó las instituciones del Estado para sus actividades ilícitas.

Doña Elvira ahora le pide al juez que condenará a su hijo clemencia para lograr se le otorgue la pena mínima que podría superar los 40 años contrario a la fiscalía que exige cadena perpetua.

LA CARTA DE UNA MADRE. Por medio de una carta escrita por su puño y letra, doña Elvira imploró piedad al juez Kevin Castell y aseguró que su hijo es “temeroso de Dios” y sus vástagos lo necesitan.

“Señor juez le pido clemencia por mis hijos, los conozco; Antonio es temeroso de Dios, sus hijitos le piden a Jesús que le mande a su papá, la niña de seis años en la iglesia de rodillas reza que Jesús le mande a su papá, a que pesar por algo injusto. Señor juez, hay muchos amigos orando por Juan Antonio, sacerdotes y arzobispos y muchas personas por la libertad de Antonio. Señor juez ten compasión por misericordia”, suplicó.

Y es que el corazón de una madre es protector, su retoño “es inocente” aunque la realidad lo pinte contrario a sentir; una carta que pauta el sufrimiento que encomendó a su deidad para recibir consuelo mientras otras cartas son enviadas al juez pidiendo cadena perpetua por el daño que ocasionó su hijo.

La historia se sigue trazando para la viuda de Hernández pues ahora la mira de la justicia estadounidense se fija en su otro hijo, el presidente Juan Orlando Hernández, vinculado con la narcoactividad y el crimen organizado llevando al país a ser considerado un narcoestado.

Hernández se le señala de haber sido sobornado en varias ocasiones por los narcotraficantes y así financiar sus campañas políticas para llegar al poder de la nación acción que no le bastó ya que, según investigaciones y testimonios, se inmiscuyó para trasportar cocaína a los Estados Unidos acompañado por la institucionalidad.

Aunque Hernández niega las acusaciones en su contra, expertos en materia judicial auguran que será extraditado y enjuiciado.

Pido clemencia por mis hijos… Mi sufrimiento está en manos de Jesucristo porque sólo él conoce el corazón de todos los seres humanos”, cita parte de la carta de la madre del presidente.

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