Mientras el gobierno hondureño pidió a los ciudadanos que se queden en sus casas por el feriado de Semana Santa para evitar los contagios por el nuevo coronavirus, el rubro turístico teme que no exista una recuperación económica con la llegada de las vacaciones veraniegas.
Las pérdidas que dejó la pandemia en 2020 superó los 30 mil millones de lempiras, según estimaciones de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh).
Los miembros del gremio dijeron no tener certeza de recuperarse en los días que dure el feriado.
Al respecto, el dirigente de los pequeños hoteles, Roberto Oseguera, indicó que no será suficiente el asueto para logar capitalizarse ya que seguirán algunas restricciones, sumado al temor de las personas por ir a playas y balnearios por no contraer el covid-19, por lo que los ingresos serían menores a lo estimado.
Otro factor que incidirá en la poca afluencia de veraneantes serán las limitaciones en cuanto uso de los centros de recreación ya que se prevé que cierren a las 6:00 de la tarde, por lo que confió que se suspenda el toque de queda ordenado por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
A pesar que se instalarán unos 787 puestos de control en todo el país y el equipamiento de los triajes para atender a los positivos al covid-19, Sinager pidió a las personas que se quedaran en casa durante la semana venidera.
Al respecto, el jefe del gabinete Carlos Madero desmarcó al gobierno de la promoción en la movilización de veraneantes. «…Nos gustaría que el pueblo hondureño entienda que no estamos promoviendo que la gente salga. Queremos que se queden en sus casas y que, si lo hace, lo haga con todas las medidas de bioseguridad necesarias”, declaró el colaborador del gobernante Juan Orlando Hernández.
Por su parte, la secretaria de Salud, Alba Consuelo Flores declaró que la entidad que preside trabajarán las 24 horas del día y «estamos haciendo una provisión suficiente de abastecimiento de medicamentos e insumos para los procesos de atención en cada uno de los establecimientos».
El subsecretario de Turismo, Selvin Barralaga, precisó que el año anterior fue «un año para la historia, pero en términos negativos» al tiempo que estimó que las pérdidas por la Semana Santa llegaron a los siete mil millones de lempiras.
Recordó que 2020 fue un «año fatídico, nos dejó grandes pérdidas, realmente es algo irreparable, porque el hecho que no se aprovechen las temporadas altas, se pierde por completo».
De forma global, el coronavirus dejó en pérdidas superiores a los siete mil 500 millones de dólares e implicó el cierre superior al 50 por ciento de pymes y otro tipo de negocios que generaban empleos, según estimó el Foro Social de la Deuda Externa.
Hasta el 24 de marzo, Honduras presentaba un total de 184 mil 031 casos confirmados y cuatro mil 489 fallecidos; Francisco Morazán y Cortés son las dos regiones con mayores tasas de contagiados con 50 mil 261 y 54 mil 041, de manera respectiva.
En tanto, el galeno Carlos Umaña señaló que ya no hay caso de que se apliquen medidas de confinamiento porque el SARS-CoV-2 migró a una etapa de transmisión comunitaria al tiempo que evidenció sus preocupaciones por la llegada de las vacaciones de verano.
Al respecto, añadió que «no estoy pidiendo un cierre, ni control de la población para la Semana Santa, porque el virus es ahora es tan comunitario que ya no vale la pena cerrar».
Añadió que «muchos dueños de hoteles y restaurantes creen que en esa semana harán todo lo que no hicieron en el año, pero se equivocan” por lo que instó a los hoteleros a aplicar al máximo las medidas de bioseguridad y limitación en el aforo en hoteles y centros de diversión.
