En el proceso electoral primario de Honduras del 14 de marzo resaltó varias eventualidades, entre ellas, riñas, insultos, denuncias de fraude sin conocerse los resultados por parte del órgano rector de las elecciones y hasta asesinatos.
Un día antes de los comicios, la consejera propietaria del Consejo Nacional Electoral (CNE), Rixi Moncada, anunciaba que hasta en horas de la madrugada del día de las elecciones concluirían con la entrega de las maletas electorales, lo que generó denuncias en centros de votación porque el material no llegó en tiempo y forma.
Algunos centros educativos abrieron sus puertas dos horas después de que las autoridades electorales anunciaran la apertura de urnas, como en el caso del instituto Técnico Honduras en la colonia Kennedy de la capital, entre otros.
Una vez iniciado el proceso de votación, el primer hecho de violencia se registró en ciudad caribeña de La Ceiba en el centro de votación de la Escuela Claudio Barrero, cuando varios simpatizantes y activistas del Partido Nacional se fueron a los golpes.
Las denuncias de amaños también se hicieron presente debido a que en varias escuelas los miembros de las mesas receptoras de votos permitieron el acceso a ejercer el sufragio a las personas con la licencia de conductor o la contraseña de la identidad.
Otra denuncia que se expuso por parte del equipo periodístico de El Pulso es que, en varios centros de votación activistas del Partido Nacional, a través de un listado, llevaron un censo de quienes votaron por su candidato afín.
Pasada unas cuentas horas de iniciar las votaciones, muchos ciudadanos hicieron público su voto reflejando el rechazo y malestar con los aspirantes políticos, rayando con insultos y ofensas las papeletas siendo el Partido Nacional con insultos.
En horas de la tarde, otro zafarrancho se reportó esta vez en la escuela 21 de octubre, de igual manera, con simpatizantes y activistas del Partido Nacional a causa que no dejaban entrar a ejercer su voto a miembros de uno de los dos candidatos.
Asimismo, en el municipio de La Iguala, en el occidental departamento de Lempira, votantes entraron por la fuerza al centro de votación consecuencia que miembros de la corriente Unidad y Esperanza no los dejaban ingresar ejercer el sufragio a las personas de la región.
Miles de votantes denunciaron que no aparecieron en el Censo Nacional Electoral pese haber realizado el proceso de enrolamiento, entre estos el aspirante a alcalde del Distrito Central por la corriente liberal La esperanza de Honduras, Mario Noé Villafranca, quien después de hacer pública su denuncia se le permitió ejercer el sufragio.
Sin haberse cumplido dos horas de haber anunciado el cierre de las votaciones, los presidenciables del Partido Liberal y Nacional se declararon ganadores de la contienda electoral sin que el CNE hubiera dado algún resultado, esto llevó a denuncias de fraude y llamados a no confiar en resultados de encuestas a boca de urna.
Seguido, las autoridades nacionalistas, a través de un comunicado, denunciaron que muchos nacionalistas no pudieron votar y responsabilizaron a las autoridades del CNE y las del Registro Nacional de las Personas (RNP); además, advirtieron que nombrarán una comisión especial para investigar los hechos.
La consejera presidenta del CNE, Ana Paola Hall ante la incertidumbre por la falta de resultados por medio de conferencia de prensa indicó que no se darían resultados hasta no tener en el órgano electoral las actas con el resultado de los votos por lo que los hondureños se fueron a descansar sin conocer ganadores oficiales.
Finalmente, en horas de la noche, en el municipio de Esparta, departamento de Atlántida, dentro de la escuela Esteban Guardiola, un sujeto en estado de ebriedad después de una acalorada discusión de tema político un padre asesinó a su hijo y un profesor.
Los fallecidos fueron identificados como Yarlin Rivera y Francisco Grabados.
Miembros de la Policía Nacional informaron este día que se capturó a Santos Roberto Rivera Avilés, acusado de cometer el crimen.
