El analista político y sociólogo Julio Navarro advirtió que los únicos responsables, de existir fraude en los comicios primarios de ayer, son las dirigencias de cada partido político y no las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE).
“No son los del Consejo Nacional Electoral los que han estado en las urnas, no han estado contando; los responsables son los dirigentes de los partidos políticos… Algunos tienen malos hábitos y siguen aplicándolos, en contra de la voluntad del pueblo hondureño”, dijo.
Explicó que el CNE ya debería asumir el papel que le compete en este proceso y exigirles a las fuerzas políticas que participaron en la contienda que presenten las actas departamentales y municipales, de acuerdo a la modalidad que cada partido utilizó.
Consideró el analista político que las actas son una herramienta que podría prestarse para el desarrollo de un acto fraudulento y que viole la voluntad ciudadana reflejada en las urnas.
“Principalmente se da en las planillas de diputados, que es donde más manoseo se registran en los procesos primarios y generales”, aseguró el catedrático universitario.
“Ayer miré a los representantes del CNE totalmente relajados, creo que son los que durmieron mejor anoche, porque no tenían la responsabilidad que los partidos atribuyeran a ellos un fraude electoral”, expresó.
En sus análisis, explicó que entre los entuertos que provocaron que los comicios se realizaran en condiciones difíciles fueron la no aprobación de una nueva Ley Electoral que estableciera las reglas claras del juego, por lo que responsabilizó al jefe del Legislativo Mauricio Oliva, “que siempre estuvo haciendo cálculos de cuándo aprobaría la ley. Hoy los resultados le dicen la irresponsabilidad que tuvo en no definir reglas claras; para que las elecciones no fueran cuestionadas”.
Se conjugó también el hecho de que cada representante partidario en el CNE, siguió instrucciones emanadas de sus filiaciones políticas, lo que provocó la falta de consenso en el organismo a fin de defender intereses partidarios.
Otro elemento que jugó contra el proceso fue que el presupuesto para las elecciones se aprobó en diciembre de 2020 y se emitieran los desembolsos hasta el 14 de enero anterior.
Además, expuso que aquellos políticos que consideran que se les hizo fraude se acerquen a las instancias para realizar las denuncias en apego a la norma vigente.
Dijo que no se debería buscar la judicialización de las denuncias de fraude, sino que se resuelva a lo interno de los partidos y no seguir el ejemplo del presidente Juan Orlando Hernández, que se fue en su momento a la Corte suprema de Justicia (CSJ), para que inscribieran su candidatura y evitar que se distorsione la dimensión nacional y, en consecuencia, generar frustración en el votante.
En la lectura que hizo del proceso democrático interno, el sociólogo dijo que es mejor destacar que los hondureños se acercaron a las urnas a cumplir su deber ciudadano, de elegir a sus autoridades, a pesar que podían enfermarse.
“En este proceso electoral habría que felicitar a los hondureños que salvaron este proceso, que se sintieron convocados por sus partidos que los políticos no estuvieron a la altura de los hondureños, que nunca emitieron la ley que tuvieron que aprobar”, declaró.