El segundo día de juicio en un tribunal federal de Nueva York contra el narcotraficante hondureño Geovanny Fuentes Ramírez se convirtió prácticamente en un juicio contra Juan Orlando Hernández luego que fiscales estadounidenses acusara a Fuentes de distribuir cantidades descomunales de droga con ayuda del gobernante.
Según las declaraciones del fiscal federal Jacob Gutwillig, Fuentes se convirtió en una pieza clave del narcotráfico en Honduras, “siendo un poderoso e intocable narcotraficante que ganó millones ayudando al presidente a traficar cocaína”.
Los fiscales utilizaron su primer testigo, un agente de la DEA, que presentó fotos encontradas en el celular de Fuentes en las que aparecen sus parientes junto a Hernández, así como números telefónicos, uno de estos correspondiente al número de teléfono del presidente que envió en 2011 para solicitar la visa estadounidense además de su cuenta de Gmail.
Cabe señalar que también se encontró el contacto del expresidente Manuel Zelaya Rosales y el actual designado presidencial Ricardo Álvarez.
De igual forma, la parte acusadora afirmó que Hernández recomendó a Fuentes trabajar con su hermano, Antonio Tony Hernández quien fue hallado culpable de delitos de narcotráfico, posesión ilegal de armas y declaraciones falsas.
“Para 2013 el acusado se asoció directamente con un candidato que entonces se postulaba para presidente de Honduras; ahora presidente de Honduras, quien hizo promesas al acusado”, dijo el fiscal.
Dentro de las promesas en reuniones secretas entre 2013 y 2014, Hernández supuestamente ofreció proteger la narco actividad utilizando las Fuerzas Armadas de Honduras al tiempo que prometió protegerlo de enjuiciamientos con el apoyo del fiscal general.
El fiscal Gutwillig también dijo que supuestamente Hernández le indicó a Fuentes “vamos a meter la droga en las narices de los gringos”.
Reveló que Fuentes dio acceso a Hernández a su laboratorio de drogas y que el sospechoso andaba con una subametralladora color verde, supuesto regalo de un poderoso general hondureño, que Lockard refirió como «el símbolo perfecto de la violencia y la corrupción que alimentaba el negocio de la droga del acusado».
El juicio apenas inicia y se estima que durará alrededor de dos semanas, los fiscales utilizarán varios narcotraficantes como los Cachiros a quien Hernández refleja temor a sus declaraciones porque son la pieza clave en la red de narcotráfico de Honduras.
Con información de Univisión.
