Unos 263 hondureños perdieron la vida durante febrero anterior, según los datos del Sistema Estadístico Policial (Sepol) y el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Al respecto, se documentaron 35 fallecidos provocados por siete masacres; el día con mayor violencia fue el pasado domingo 21 de febrero cuando se contabilizaron alrededor de 19 homicidios mientras que el día con menos personas asesinadas fue el viernes 12 de febrero con apenas tres; en los 28 días de febrero se reportó un asesinado.
En el departamento de Cortés se suscitaron seis masacres con 22 víctimas, seguido de Intibucá con dos y seis muertes mientras que en Olancho y Lempira una dejando siete personas asesinadas de forma violenta.
La directora del Observatorio, Migdonia Ayestas, reprochó que las autoridades de seguridad dicen mucho, pero hacen poco al momento de combatir la criminalidad.
“Se dice mucho y se hace poco, aquí en Honduras, hay más estrategias y control del delito para los delincuentes. Hay seis mil policías militares en el país y es uno de los mejores logros según dice el gobierno, la pregunta es ¿por qué se reducen bien pocos los homicidios?”, cuestionó.
Honduras sigue siendo el país más violento de la región centroamericana y el tercer país de América Latina, solo superado por Venezuela y República Dominicana, según los datos del organismo.
“Somos un país inseguro y esto es lamentable solo se evidencia el grave problema que se tiene porque no se desarrollan las investigaciones científicas criminal y no se dan resultados a más de seis mil muertes violentas al año”, agregó.
Por su parte el titular del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, lamentó que la sangre siga corriendo en el país enlutando miles de familias que pierden a su familiar a causa de la desbordada violencia.
“No es posible que la sangre de la gente siga rodando así. ¿Dónde está la seguridad? Realmente seguimos a merced de quienes están quitándole la vida a la gente; no se entiende cómo estamos en materia de seguridad pública”, fustigó.
Según el Sistema Integral de Atención al Migrante Retornado (Siamir), el segundo factor que obliga a los hondureños a migrar es los altos índices de violencia mientras que la precaria situación económica es el primer impulso.
