Elecciones estilo Honduras

Redacción El Pulso24 febrero, 2021

(Por: René Alfaro) El calendario electoral marca que este próximo 14 de marzo, tres institutos políticos están convocados a elecciones primarias e internas, para escoger a sus autoridades y los diferentes cargos de elección popular, de cara a las elecciones generales del último domingo de noviembre.

Este ejercicio “democrático” data de varias décadas atrás, ha estado plagado de denuncias de fraude, manipulación, trasiego de credenciales, planillas fantasmas, movimientos de maletín y un sinnúmero de practicas que lo alejando de ser procesos transparentes.

A menos de 30 días de celebrarse los comicios la incertidumbre reina en el electorado de los partidos Libertad y Refundación, Liberal y Nacional, el espectro de la suspensión de las votaciones crece a cada momento, debido al estancamiento en el seno del Consejo Nacional Electoral, donde están representadas las tres fuerzas políticas con mayor caudal electoral en este momento, más un suplente, que pertenece a la Democracia Cristiana.

La consejera Rixi Moncada, quien ostentaba la presidencia por ley de ese nuevo órgano electoral, pero como los mismos vicios del pasado, mantiene la posición de no entregar credenciales para las mesas electorales, si no van con nombre y número de identidad de cada uno de los miembros que las conformarán.

Sumado a lo anterior, exige la conformación de juntas electorales municipales y departamentales, ambas propuestas emanan del lado oficialista de Libre, pero se ha topado con el rechazo de las corrientes disidentes al liderazgo de Manuel Zelaya, de un grupo nutrido de liberales y nacionalistas. Pero, aunque esto parece ser novedoso, hay que acotar, que las juntas electorales municipales y departamentales, no son nuevas, ya existieron y fueron eliminadas.

Es sabido que las mismas servían para manipular la voluntad popular, debido a que las actas prevalecían sobre el contenido de las urnas, a menos que persona interesada decidiera impugnar, pero dicho recurso se empantanaba y rara vez arrojaba resultados positivos. Pero ese poder de manoseo, se centralizó y ahora son los digitalizadores, quienes ponen y quitan diputados.

En cuanto a las credenciales, con nombre y apellido, ya en 2017 el expresidente Zelaya lo había propuesto. El partido de gobierno lo implementó en las primarias y generales de ese año, estos últimos no tiene problemas para integrar las mesas receptoras, debido al activismo político que tienen en el engranaje gubernamental. El tráfico de este documento de acreditación ha sido común y ninguno de los actores políticos de peso está exento de no haber sido parte de ese juego sucio.

La pregunta que debe hacerse la ciudadanía es: ¿Quiénes se hacen fraude en las elecciones primarias de cada institución política? Las denuncias de dolo en los comicios son recurrentes, desde la operación “magia blanca” a inicios de los años noventa del siglo pasado en los sufragios de los liberales, pasando por el voto por voto que reclamó Ricardo Álvarez, hasta llegar a las denuncias de diputados “inflados” en la enseña rojinegra.

La respuesta es obvia, internamente entre ellos mismos se comenten dolo. A la población le corresponde reflexionar en si estas medidas impulsadas por la exgerente de la Empresa Nacionales de Energía Eléctrica, realmente despejarán las acostumbradas dudas y brindarán pureza a los procesos electorales o solo son un poco de circo, para darle algo de matiz a la deslucida y apagada campaña electoral.

Existe una considerable lista de interrogantes como ser: ¿Por qué hasta este momento se abordan estos temas? ¿Qué llevó a la oposición a exigir primero el nombramiento de representante en el Consejo Nacional Electoral y no profundas reformas, cuando ya es sabida la alergia que le produce a los nacionalistas, abordar tópicos, como la segunda vuelta, el voto electrónico entre otros?

¿Por qué siguen dejándose participar a movimientos denominados de “maletín”, que solo vienen a entorpecer la selección de los representantes a las alcaldías, diputaciones y formula presidencial en cada partido político? ¿Estarán dispuestos los líderes de oposición en una eventual alianza, entregar con antelación los nombres y apellidos de los delegados a las mesas electorales?

Las consultas son numerosas y las respuestas casi nulas; de por sí, la población no está motivada en acuerpar los referendos de mediados de marzo, este tipo de crisis, aleja aún más a los electores. El país requiere cambios profundos, que brinden más democracia y participación, que generen confianza en la ciudadanía, inicialmente, de debería retomar la discusión de la segunda vuelta, el voto electrónico, ciudadanización de las mesas, los distritos electorales, elecciones en fechas distintas para los tres niveles electivos, regulación de las alianzas en los corrientes internas de los partidos políticos, exigiendo un mínimo razonable de planillas propias, la aceptación de movimientos partidarios que decidan participar unidamente en uno o dos niveles electivos, la admisión de planillas independientes de parlamentarios, para que puedan competir en igualdad de condiciones, no como es actualmente, que solo se permiten a nivel individual.

Estas son algunos de los cambios que darían frescura y apertura a la selección de los representantes a los distintos cargos de elección popular, mientras eso no se dé, solo seremos espectadores de eventos circenses que como se acotó anteriormente, serán resueltos en las llamadas misas negras de las cúpulas que dominan la política nacional.

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