Defensores de derechos humanos reprocharon el accionar de las diferentes fuerzas de seguridad del país involucradas en asesinatos contra hondureños en los últimos días, como la muerte de la joven estudiante de enfermería Keyla Martínez y Erick Barrientos.
Para Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), las instituciones de seguridad siempre han estado vinculadas en asesinados, violaciones e incluso desaparecimiento de personas.
“La brutalidad policial siempre ha existido, en determinado momento se habló de escuadrones de la muerte; nuestros órganos de seguridad participaron en la desaparición forzada de personas. La historia nos indica que hemos tenido siempre una situación crítica en el sentido de cómo se utilizan las fuerzas del orden”, afirmó.
También criticó la depuración policial, aunque reconoce que los hechos criminales por miembros de seguridad se redujeron, pero aún existen manzanas podridas dentro de los entes.
“Este año hemos visto acciones que están dejando mucho que desear y que la tal llamada depuración se está sintiendo que las manzanas podridas quedaron al interior y sacaron las uvas”, cuestionó.
Por su parte, Suyapa Martínez, directora ejecutiva del Centro de Estudios de la Mujer en Honduras (CEM-H), calificó las últimas acciones de los uniformados como una brutalidad sintiéndose superiores por el grado de autoridad que le confiere la ley.
“Es una gran brutalidad por parte de la policía; se han desbordado; sienten que tienen el poder absoluto y parece que sí lo tuvieran porque están asesinando a diestra y siniestra. Esto es grave lo que está pasando es una fuerza desmedida, es algo que nos preocupa”, reaccionó.
Dentro de las demandas de diversas organizaciones feministas es la desmilitarización del país porque consideran que “ninguna de las tantas policías ha venido a contribuir o a proteger a las mujeres, al contrario, las han puesto en riesgo de acoso, violación y ahora asesinato”.
La directora del Observatorio de la Violencia, Migdonia Ayestas, pone en duda la depuración policial debido a los constantes atropellos y violaciones a los derechos humanos de las personas incluso hasta llegar a quitarles la vida.
“Se está diciendo que tenemos una nueva Policía y que después del proceso de depuración tenemos una Policía más capacitada y más humana; no sé a qué se refieren porque si el procedimiento es castigar, violar o intentar matar o que mate primero y se investigue después no sé qué concepto de depuración estamos hablando”, cuestionó.
Cabe señalar que, según datos forenses, la muerte de la joven estudiante de enfermería Keyla Patricia Martínez fue por oficiales de la Policía Nacional mientras estuvo detenida en una estación de la fuerza pública en la occidental ciudad de La Esperanza y el asesinato del joven Erick Davidson Barrientos Avilez, de 20 años, fue por el agente de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) asignado a la Fuerza Nacional de Seguridad en el Transporte Urbano (FNSTU).
