Con más del 80 por ciento de su capacidad de almacenamiento se encuentran las represas en la capital la cual es suficiente para enfrentar el verano, aseguró el gerente del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), Héctor Sevilla.
Garantizó que por los momentos no habrá racionamientos de agua potable por la cantidad del vital líquido que alcanzaron las represas gracias al copioso invierno de 2020.
“En este momento no hay ningún tipo de racionamiento. Pues La Concepción y Los Laureles se encuentran en buen nivel y eso garantizará mantener una distribución frecuente y normal de agua en las diferentes zonas de la ciudad capital, posiblemente hasta que llegue el verano”, detalló.
Hasta el momento, Los Laureles, ubicada al suroeste de la capital y que abastece al menos un 30 por ciento de la población, se encuentra en un 81 por ciento de su capacidad máxima, mientras que la represa La Concepción, registra un 86 por ciento.
Cabe señalar que en el verano del año anterior, los dos embalses se encontraban entre un 20 y 32 por ciento de su capacidad, lo que encendió las alarmas de las autoridades.
La producción de agua en La Tigra, que abastece el 20 por ciento de Tegucigalpa, bajó a una producción diaria de solo 325 litros de agua por segundo, cuando suele generar 900 litros por segundo y actualmente produce 600 litros.
Según el arquitecto Dino Rietti, en Honduras se pierde el 95 por ciento del agua lluvia debido a la negligencia de las autoridades en resolver el problema de la escasez por medio de la construcción de nuevos embalses.
“Es increíble cómo se desperdicia el agua en Honduras. La geografía nuestra es una bendición, estamos en una zona donde llueve y nosotros la desperdiciamos. En Honduras se bota el 95 por ciento del agua y las autoridades siguen sin hacer nada desde hace 40 años”, dijo.
Por su parte, Eddy Larios, exdirector de La Concepción, señaló que la causa de la escasez de agua que enfrenta año con año el Distrito Central radica en gran parte por los incendios y deforestación alrededor de los bosques de las cuencas de agua por lo que, de no trabajar en materia de reforestación, el agua cada vez será menor.
“Los incendios son abundantes, año a año crece el número de áreas que son incendiadas y perdidas. La recuperación del bosque es lenta, no es tan fácil y la reforestación, que es costosa, es deficiente”, alertó.
“En un proyecto donde la cuenca está en mal estado el proyecto puede fracasar, pero si desde ahora empezamos a revivir las cuencas y proteger los bosques se puede obtener más agua. Si no hay bosque, el agua se va de paso y arrastra muchísimos problemas como lo sucedido con Eta e Iota”, indicó.
