El covid-19 no es democrático así como no lo es la muerte. ¿Cómo se enfrentan las enfermedades con recursos económicos limitados? ¿Cómo se enfrenta al covid 19 con un gobierno que en vez de proteger a la población le roba?
La Navidad tampoco es la misma para los que no tienen nada como para los que lo tienen todo. A las deficiencias materiales ya conocidas en otras navidades habrá que sumarle las muertes de familiares y amigos víctimas del covid-19.
Agregar las consecuencias que padecen las víctimas del huracán ETA e IOTA. Es decir mientras usted y yo estamos bajo un techo otros pasarán bajo puentes o en cobachas. Y unos pocos pasarán su navidad en otros países pero no huyendo de la pobreza y delincuencia como las mal acostumbradas caravanas.
Sino disfrutando del dinero que se robaron de los hospitales móviles, ventiladores mecánicos, pruebas PCR, mascarillas y de cuanta oportunidad hayan tenido para robar. Están por supuesto a la espera que a usted y a todos se les olvide las atrocidades que han venido cometiendo año tras año. Total se dicen : el pueblo hondureño tiene memoria corta amparada por una cuestionable creencia que Dios les hará que paguen. Excusa mediocre para no asumir nuestra responsabilidad ciudadana de exigir, de interpelar a los que nos roban.
Tangente fácil para no someter aún tribunal popular a los que tienen de rodillas a la población. Total ya vienen las elecciones que siempre han servido para adormecer y dar la falsa sensación que todo va a estar bien sin hacer cambios estructurales.
¿Pero acaso la felicidad en navidad u otra ocasión depende de la abundancia, de la acumulación de bienes materiales? No depende de la abundancia de bienes materiales sino de tener lo básico, lo necesario, harto ya mencionado : Alimentación, salud, empleo, seguridad, vivienda. Situación de la que padecen las mayorías de la población hondureña.
La navidad se la ha robado el gobierno por su mala gestión y corrupción. La navidad se la han robado los grupos económicos que explotan los bienes comunes. La navidad se la han robado los políticos tradicionales que no tienen más bandera que sus intereses económicos. La navidad se la ha robado un segmento de la población lúcida que prefiere la comodidad en vez de luchar y velar por los indefensos.
Que no nos roben el espíritu, la energía de luchar por los bienes comunes. Qué no caigamos en la normalización de los antivalores. Que la solidaridad siga siendo nuestra riqueza como pueblo hondureño. En está época navideña disfrutemos en la medida de nuestras posibilidades sin olvidar a los caídos, sin olvidarse del mañana. Que ésta época sirva para reflexionar y no seguir prestando nuestras espaldas para que unos pocos bailen sobre ellas.
¡Los pueblos son eternos los tiranos efímeros!
