No fue la típica celebración de cada año, pero eso no impidió que varias familias celebraran el Día de la Madre, a pesar de que estamos obligados a permanecer en confinamiento.
Este año no hubo grandes fiestas familiares, las calles estuvieron vacías por motivo del toque de queda, sin embargo, no se detuvieron para darle un detalle especial a madres que han salido adelante, luchando contra esos obstáculos y brindando un amor incondicional.
En horas de la mañana se escuchaban los famosas canciones dedicadas a las madres, en algunos hogares lograron cocinar algo sin la presencia de toda la familia como en años anteriores y las videollamadas no dejaban de parar para felicitar a esas personas especiales.
Desde la distancia y por llamada, otros hondureños pudieron felicitar a su madre, siempre con el deseo de querer darle un abrazo.
Maribel Pérez es una madre de una niña y un niño que reside en el municipio de Guajiquiro, en el departamento de La Paz, pero trabaja actualmente en Tegucigalpa y debido al toque de queda no se ha podido movilizar.
«Me sentí triste por no estar con mi madre, es una fecha especial. Me hubiera gustado estar con ella ayer y me hubiera gustado estar con mis hijos, darles un abrazo. No pude hablar con ella por videollamada porque allá no hay Internet, es un lugar difícil para comunicarse», expresó Pérez.
Andrea Recarte es una joven de 24 años que nos contó que le hizo un desayuno y almuerzo especial a su mamá, acompañado con un postre para celebrar junto a ella y al no poder salir, decidieron pasar el día viendo películas juntas.
Mientras que la universitaria Katherine Cruz junto a sus hermanos decidieron obsequiarle un tratamiento, pasando una tarde amena en este día.
Este año no se pudieron dar los abrazos ni los besos debido al covid-19, asegurando siempre el distanciamiento social para evitar los contagios.
