Mujeres deben ser incluidas en las decisiones que toman los gobiernos para hacer frente a la pandemia del covid-19, manifiestan expertas de las Naciones Unidas.
El sistema de salud es predominado por trabajadoras de salud, por lo cual están más expuestas a infectarse de este virus pero no es el único problema al que se ven afectadas.
Las mujeres llevan la carga de la casa y de los hijos, son víctimas de violencia doméstica y tratos discriminatorios, lo cual se ha visto en aumento manifesta el comunicado.
«Las mujeres están particularmente expuestas, ya que muchas de ellas están en la primera línea de la lucha contra el COVID-19, proporcionando servicios médicos esenciales y de otro tipo, y manteniendo las comunidades en funcionamiento», dijo la experta en derechos humanos Meskerem Geset Techane, quien actualmente preside el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas.
En ese sentido, los gobiernos deben buscar mitigar los riesgos que enfrentan las mujeres y niñas basándose en factores como su sexo, género, edad, discapacidad, origen étnico y situación de inmigración o residencia, entre otros.
«De lo contrario, se exacerbarían muchas formas diferentes de discriminación que ya enfrentan», dijo Meskerem.
Además las niñas y las mujeres tienen riesgo de sufrir violencia doméstica al vivir con sus agresores en confinamiento. Es por esto mismo que se debe incluir garantizar los servicios de salud sexual y reproductivo, medidas de emergencia y la asistencia jurídica a las personas afectadas.
«Se enfrentan a restricciones en la provisión de servicios de salud esenciales para las mujeres y las niñas y corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica a la par que los refugios no tienen capacidad suficiente para todas las víctimas que necesitan protección. Los feminicidios están siendo denunciados con una frecuencia alarmante», dijo la experta de la ONU.
Asimismo, las conmociones sociales y económicas vinculadas para frenar la pandemia puede repercutir en la vida de las mujeres, explica Meskerem, que no están representadas de manera proporcional en el trabajo precario, informal y mal remunerado, incluido el trabajo doméstico, y carecen de una protección social adecuada.
Mientras que las mujeres indígenas, migrantes y ancianas ya sufren de discriminación, cada vez más son marginadas, careciendo de información inclusiva sobre las estrategias de prevención y sobre cómo y donde obtener servicios de salud, así como la falta acceso al vital líquido en sus hogares, agregó la experta.
Meskerem también dijo que las mujeres estaban subrepresentadas en los equipos de respuesta ante el COVID-19, en los espacios de políticas y en la toma de decisiones. «En este momento crítico, los Estados deben garantizar que las decisiones políticas se tomen con la participación equitativa y significativa de mujeres de diversos grupos», dijo la experta de la ONU.
«La crisis es una oportunidad para abordar las desigualdades y los déficits estructurales que han frenado sistemáticamente a las mujeres y para reimaginar y transformar las sociedades. Recomendamos que se escuchen las voces de las mujeres y que se reconozca su liderazgo, para que se puedan implementar las soluciones que recomiendan».
