Callejas: el carisma del saqueo

ABarahona4 abril, 2020

La muerte de un ser humano no debe ser motivo de alegría de ninguna manera; lo mismo la muerte de un ladrón confeso como lo fue Rafael Leonardo Callejas, ex presidente de Honduras en el periodo 1990 1994. En redes sociales se han suscitado una gran cantidad de comentarios y recordatorios de lo que fue su gestión al frente del ejecutivo y también de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras FENAFUTH, último cargo que desempeñó antes de declararse culpable en el famoso caso del Fifagate que la justicia norteamericana levantara en su contra luego de comprobar los depósitos por sobornos en sus cuentas personales para favorecer las transmisión exclusiva de partidos a cadenas de televisión internacionales.

Su liderazgo emergió ante el agotamiento de dos gobiernos altamente represivos del Partido Liberal de Honduras; periodo del llamado “retorno a la vida democrática”  de 1982 a 1990; durante el mismo el cogobierno bipartidista aplicó la Doctrina de Seguridad Nacional, creo instancias como la Alianza para el Progreso de Honduras y sirvió a la ultraderecha norteamericana en bandeja de plata el territorio nacional para ser plataforma bélica contra los hermanos países centroamericanos y los procesos de liberación que desarrollaban respectivamente sus pueblos. En Honduras fue la época del terror en la que hubo más de un millar de asesinatos políticos y 184 desaparecidos /as.

Por primera vez, en la llamada vida democrática del país –que no era sino el fin de las dictaduras militares que daban inicio a las dictaduras neoliberales-, los pactos de la oligarquía hacían uso de la llamada “alternabilidad”, es decir, el cambio de rostro de las mismas políticas empobrecedoras de las mayorías y concentradoras de la riqueza nacional en las mismas manos. Si bien su carisma y capacidad de oratoria eran especiales, no se distinguió por más de un comportamiento de gobierno: fue el que oficialmente introdujo el paquete neoliberal al país desarrollando una gestión de saqueos y privatizaciones de las empresas del Estado de Honduras.

De ninguna forma puede considerarle la historia de nuestro país como un gran político, basta con analizar un poco el contexto de su ascenso y el papel que cumplió para las élites criollas y los intereses norteamericanos. Fue el peón de las políticas del Consenso de Washington y continuó con los procesos de paz en la región siguiendo el guion norteamericano. La liberación de presos políticos y el retorno de muchos exiliados fue producto de la rendición militar (en algunos casos política) de organizaciones político militares de la izquierda hondureña y en el tema de los desaparecidos no hizo sino permitir un informe (“Los hechos hablan por sí mismos”, que escribió el Comisionado Nacional de los DDHH Leo Valladares), que nunca tuvo un impacto significativo en la justicia, aunque sí en la memoria histórica.

De los casos de corrupción más destacados podemos enumerar algunos como: El Petrolazo, Brazos de Honduras, Comunitas, El Chinazo, Ciudad Mateo, La Familia I y II y el Pasaportazo. Todos grandes escándalos de robo a las arcas públicas que se cometieron bajo su administración y que la flamante justicia hondureña no amagó en dictarle sobreseimiento definitivo y la extensión de las famosísimas Cartas de Libertad que, según el argot popular, cayeron como naipes en sus manos luego de las negociaciones bajo la mesa en la oscuridad del poder oligárquico.

Algunos más dominados por la cultura de los estadios y la negación de la realidad, han exaltado la memoria de Callejas porque en dos ocasiones (2010 – 2014) “logró” que la selección nacional de futbol llegara a los mundiales. Curiosos momentos en Honduras en que las “glorias del deporte” han conquistado semejante espacio con los representantes mundiales de los clubes privados (privadores del deporte público en la mayoría de sus propios países) ¿Acaso olvidan el momento político que vivía el pueblo en esos días? ¿Acaso tampoco se recuerda el momento político que se vivía en la primera oportunidad que esto ocurrió en 1982? Sí, todos de altísima polarización para los que el “deporte de masas” ha sido un magnífico instrumento para adormecer la conciencia y darle la espalda a la historia.

Algunos dirigentes del Partido Nacional carentes de toda vergüenza, han salido temprano a alabar la gestión y el ejemplo del delincuente confeso ya fallecido, han llamado a todos sus correligionarios a rendir homenaje a la persona que llenó de pobreza a Honduras, de miseria el campo y de manchas indelebles la gestión pública desde el Poder Ejecutivo. Tal vez lo más sensato de todas las partes sería guardar silencio por el respeto al dolor de sus familiares, pero si ahora callamos podríamos dejar que la ignorancia y el olvido ocupen el lugar de los reclamos de justicia nunca cumplidos a todo un pueblo.

 (•)Dirigente del Partido Libertad y Refundación.

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