De qué estamos hechos

EGO23 marzo, 2020

Un poco más de una semana de estar en cuarentena en nuestro país a raíz del coronavirus que ha puesto de rodillas, aunque viéndole bien,  de pie, a la humanidad. Los días de encierro  aunque a lo mejor no  de encierro sino de liberación ; del consumismo, del mercado. El hogar de todos descansa, da boconadas de respiro. Algunos dicen que cada cierto tiempo nuestra “pachamama” se purga. Y eso es lo que está pasando a través de el coronavirus.

Algunos animales han salido a las calles en ausencia del ser humano :  Jabalíes en Roma, delfines en puertos italianos, cisnes y peces en los canales putrefactos de Venecia, venados en mi pueblo.

Con el encierro hemos vuelto al hogar tan ausente en tiempos de tanto ruido. Hemos vuelto a escucharnos a nosotros mismos y a los demás. Regresamos a lo esencial que siempre ha estado ahí y que a causa del día a día no podíamos ver ni sentir: la familia.  Con el Coronavirus no se ocupó que llegará navidad o la muerte de un pariente para reunión familiar. Con el virus, la semana santa, en la mayoría de los casos, si será un tiempo de reflexión.

Al inicio el encierro incomoda cuál alcohólico necesita del “líquido espirituoso “para estar alegre. Pero ya pasado un tiempo, el organismo entra en su estado natural . Tienes tiempo de verte al espejo, darte cuenta a lo mejor que tienes unas libras de más y ocupas ejercitarte, o, unas libras de menos y necesitas dormir:  comer algo más sano en las horas apropiadas. Hay tiempo para leer, escuchar música y jugar en familia.

Tiempo para reflexionar sobre lo fugaz o eterno de la vida, sobre el creer o no creer en un ser superior. De lo importante que es tener agua potable y salud gratuita. Con el coronavirus se ha evidenciado lo necesario que es la salud pública. ¿ Aplausos para el personal médico? Bien, pero también exijamos que tengan material y equipo adecuado para que puedan realizar su trabajo. Por qué no exigir que tengan sueldos dignos. ¿Cuánto ganan muchos buenos para nada que están en la administración pública? Sueldos muy por encima de sus funciones y de la realidad económica del país.

Al parecer faltan algunos días de encierro. Dijo alguien por ahí :” quién diría que tirado en el sofá estaría haciendo algo por mí y por la humanidad”. ¿Saldremos rehabilitados de éste encierro? Saldremos mejor: aprenderemos a no consumir lo que no necesitamos. Que el ser humano es y será más importante que el capital. Que hemos estados solos :  familias, amigos, vecinos, pobres. Pero juntos nos somos fuertes, gigantes. Y que es el mercado, el capital al que ha puesto de rodillas  el coronavirus.

En nuestras miserias materiales la vida se ha atrincherado y con las fuerzas propias saldrá victoriosa.

Por: Óscar Esquivel

 

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