La queja común de la población en general es el alto nivel de corrupción en el país, el que “ni siquiera se ha nivelado a los años anteriores sino, que sigue creciendo” comenta Olban Valladares, analista político y agrega que la mora judicial también es un factor que incide en el sistema de justicia nacional, lo que para Valladares es escandaloso el número de casos por resolver y advierte que no se podrá depurar ni en cinco años.
Valladares también se refiere a la negación de justicia en casos emblemáticos, lo que para él es lo que provoca la huida de la inversión, como las empresas que se trasladan a Guatemala y los proyectos hidroeléctricos: Agua Zarca y Petacón, porque no hay un trabajo diario para que se lleve a una resolución justo, explica el analista.
En cuanto a la posibilidad de que la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) continué en un segundo plana asesorando, Valladares dice que eso no le preocupa, porque ya hay antecedentes de trabajos similares y han dictado pautas, de acuerdo a esas asesorías se han dado algunos éxitos en algunos campos.
El problema, explica Valladares es no darle autoridad a la MACCIH y si no se le “para bola” estaría de adorno, un lujo.
Valladares sugiere que sea la Organización de los Estados Americanos (OEA) quien pregunte a las asociaciones de la Sociedad Civil, a los colegios de abogados independientes, a los diputados del Frente Parlamentario de Apoyo a la MACCIH y al Ministerio Público si la labor de la misión ha sido valioso en el combate contra la corrupción.
El analista considera que a las personas que más protestan contra la continuidad de la MACCIH ”esas personas hay que espulgarlas bien y contarle las costillas porque de repente lo que están tratando de hacer es un fantasma que los preocupados”.
La MACCIH, dice Valladares ha estado operando en la llaga que le duele al pueblo hondureño y es la corrupción.
