Los centros penales; ¿el negocio de quién?

ABarahona21 junio, 2019

Se estima que la población penitenciaria en Honduras es de 24,000 personas, distribuidas en 24 centros penales que según estudios realizados por la Fundación Cáritas no cuentan con las condiciones necesarias que se deben tener en un centro de detención.

En su mayoría estos centros penales alcanzan un 178% de sobrepoblación, por lo que para las autoridades se vuelve casi imposible mantener el control de los mismos.

Divididos en módulos que por lo general son controlados por pandilleros; así se maneja el control de las cárceles. Ellos se encargan de regir las reglas y llevar un control absoluto; incluso los mismos elementos de seguridad son parte de estas estructuras.

Del 100% de las personas recluidas en el país el  56% todavía se le presume inocente y espera una sentencia absolutoria o condenatoria. El detalle es que la mora judicial en el país sobrepasa el 80% de los casos.

Los centros penales en Honduras están sobre poblados con más de 178%.
El Reinado de las Maras en las Cárceles de Honduras

No se necesita una investigación a profundidad para develar quien controla los centros penales en Honduras, tal es el caso que cada vez que la Policía Nacional en conjunto con las autoridades penales realizan diferentes operativos, decomisan armas de fuego o cortopunzantes, drogas, dinero en efectivo, celulares, televisores, radios, entre otros.

El último operativo registrado se dio luego de la revuelta en la Penitenciaría Nacional, Marco Aurelio Soto, en el valle de Tamara, el pasado 12 de junio, donde se decomisó: 372,869 Lempiras, 59 dispositivos celulares, 15 routers para señal inalámbrica WIFI, 17 armas de fuego cortas y 4 revólveres, 2 AK-47 y 97 cargadores para armas, 1 artefacto explosivo tipo granada y también drogas.

Esto  luego de un motín registrado en la Penitenciaría Nacional de Tamara, Marco Aurelio Soto; que dejó como resultado 3 reos asesinados y 24 heridos en enfrentamiento entre miembros de la mara MS-13 y miembros de los “Paisas” todo por decidir el control de la alimentación en el centro penal.

Y es que quien mantiene el control de los alimentos mantiene el poder del centro penal y los reclusos deben obedecer a las reglas impuestas por ellos mismos así lo detalló el subdirector del Instituto Nacional Penitenciario (INP) German Macneil.

Decomisos en los centros penales dejan en descubierto la vulnerabilidad de los controles de seguridad.

Hechos relevantes en las cárceles de Honduras en los últimos 6 años

-En febrero de 2012, en la penitenciaría de Comayagua murieron calcinados 362 reos producto de un incendio en el módulo 6 que se expandió en pocos minutos por varios módulos. Existen dos hipótesis que nunca fueron confirmadas; la primera que fue provocado por un corto circuito y la segunda porque un reo supuestamente prendió fuego a una de las colchonetas.

Incendio en presidio de Comayagua, febrero 2012. 362 reor murieron calcinados.

-El 30 de septiembre del 2018 en la cárcel de máxima seguridad en Morocelí, El Paraíso; en el Pozo II se registró la muerte de 2 reos y 7 heridos luego de una revuelta entre miembros de la Mara MS-13 y los “Paisas” todo por decidir quién controlaría el centro de “máxima seguridad”.

Cárcel de máxima seguridad en Morocelí, El paraíso. Motín deja dos muertos.

-El último hecho fue el registrado el pasado 12 de junio en Tamara.

La inversión del gobierno contra la realidad de los centros penales

En los últimos seis años el gobierno de Juan Orlando Hernández, ha creado cuatro centros penales en: Naco, Cortés; en Ilama, Santa Bárbara “El Pozo I”; en El Porvenir, Francisco Morazán “El Poso II” y en Morocelí “La Tolva”. Invirtiéndose más de 2,700 millones de Lempiras.

En cuestión de días estos centros penales, que se crearon con la intención de reducir hechos violentos en la cárceles, se reportaron un 56% de sobrepoblación y a la fecha la población penitenciaria ha aumentado en un 10%.

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Lo sorprendente es que debido a la sobrepoblación, la comida para los reclusos está presupuestada en 24 Lempiras al día; o sea, que cada tiempo de comida está valorado en 8 lempiras.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, Roberto Herrera Cáceres, denunció que el Estado no puede seguir permitiendo que los mismos reclusos se autogobiernen y que de no tomarse cartas en el asunto el problema empeorará.

A la vez denunció que el Estado ha ocultado información y ha impedido realizar más investigaciones del por qué los reclusos están realizando funciones dentro de los centros penales que le competen única y exclusivamente a las autoridades.

La situación por años es la misma y la situación en los centros penales va empeorando, desde los mismos centros se programan extorsiones, asesinatos y secuestros.

Las maras no solo controlan desde fuera de estos centros; sino que desde adentro se ejecutan las acciones que ponen de rodilla a la sociedad.

Esto siempre es y será una bomba de tiempo en los centros de reclusión de Honduras y no debería de asustarnos si en los próximos meses o años la historia se repite con los mismos hechos y actores.

Luego de inaugurados los centros penitenciarios de máxima seguridad se reportó que ya se encontraban con un 56,3% de sobre población.

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