1 DE CADA 4 EMBARAZADAS EN HONDURAS SON ADOLESCENTES

ALG29 noviembre, 2018

En los últimos años, el incremento de adolescentes embarazadas en Honduras fue de 2.5%, lo que representa, según la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Endesa), unas 120,000 adolescentes hondureñas embarazadas que oscilan entre 15 y 18 años de edad.

“En el caso de Centroamérica, y en Honduras especialmente, este porcentaje se ha venido agravando. El promedio nacional de embarazos en adolescentes se incrementó en 2.5%”, dijo Héctor Espinal, oficial de información pública de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En la región de Centro América el embarazo adolescente representa entre el 20% al 30% del total de los embarazos y la prevalencia está aumentando entre los grupos de niñas entre los 10 a 14 años, un aumento que debe alertar a las autoridades responsables, pues constituyen legalmente casos de violación que deberían ser investigados y procesados.

«Vemos que los embarazos en adolescentes en Honduras se incrementó de 24% a 26% en los últimos años», afirma Belinda Portillo, de Plan Internacional, quien agrega que sólo en el departamento de Copán, los embarazos en adolescentes aumentaron en un 8%.

«Esto debería  ser una política nacional de prevención de embarazos en adolescentes, más que una estrategia», indica Portillo, señalando la importancia que la prevención trae para la vida de las niñas y adolescentes.

Según el estudio  “Proporción y características clínico epidemiológicas de adolescentes embarazadas en las zonas de influencia atendidas por médicos en servicio social durante el período agosto 2015″, de la UNAH, las jóvenes de 15 a 19 años tienen por lo menos dos veces más probabilidades de morir durante el parto, que las mujeres de 20 años. Las adolescentes de 10-14 años tienen cinco veces más probabilidades de morir como resultado del embarazo y el parto que las mujeres adultas.

La OMS en un estudio en 2009 estimó que 16 millones de niñas de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años dan a luz cada año, y 95% de esos nacimientos se producen en países en desarrollo, esto representa el 11% del total de nacimientos a nivel mundial. Honduras reporta más de el doble de la media global.

Respecto a los bebés de madres adolescentes se conoce que tienen mayor riesgo de mortalidad durante el primer mes de vida y sufren mayores tasas de morbilidad perinatal en comparación con los bebés nacidos de mujeres adultas.

Honduras, con una población de más de 8 millones de habitantes, según datos de la Encuesta Nacional de Salud – ENDESA 05-06, una cuarta parte del total de  embarazos está entre jóvenes niñas y adolescentes de entre los 10 y 19 años. La tasa de fecundidad general a nivel nacional es 3.3 hijos por mujer y la tasa de fecundidad del grupo de edad 15-19 años fue de 102/1000 habitantes.

“En estas zonas el incremento está muy vinculado al acceso de información. En Copán, la asistencia a la escuela es menor; pero no se trata de que se promueva un método de planificación, sino que las personas tengan información y decidan de manera correcta”, arguyó Héctor Espinal, de UNICEF.

La tasa de embarazos fluctúa en otros departamentos del país, si bien un 48.6%  de los embarazos de adolescentes se concentran en Colón, Comayagua, Cortés, Francisco Morazán, Olancho y Copán.

Factores de Riesgo

La mayoría de los países reconoce la necesidad y el valor de educar a las mujeres jóvenes. Aun las mujeres que tienen solamente primaria, postergan el matrimonio y la procreación unos 1,5 años en comparación con aquellas con ninguna escolaridad; las jóvenes que tienen enseñanza secundaria los postergan aún más tiempo. La educación también contribuye a la salud de los hijos y de la mujer, y facilita el uso de la información y a los servicios de salud.

El fracaso en la escuela, el índice de deserción escolar, la falta de oportunidades de trabajo, la escasez de apoyo social y la falta de actividades educativas y recreativas positivas aportan en gran medida al embarazo de adolescentes. Solamente el 61.2% de los adolescentes entre 15 y 18 años asisten al sistema educativo, lo que significa que quedan fuera de él, casi 4 de cada 10 adolescentes. Estas adolescentes tendrán mayor probabilidad de salir embarazadas antes de los 18 años.

Seis de cada diez adolescentes pobres del sector urbano se encuentran económicamente activos. La actividad central de las mujeres es el servicio doméstico.

Del total de adolescentes en edad de trabajar, el 21% está ocupado o buscando trabajo. En el área rural, la tasa de participación es más alta (32.5%); los varones son los que mayormente confluyen en el mercado de trabajo. Más de 17 millones de niños y adolescentes trabajan en América Latina y el Caribe según el informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Brasil tiene el índice más alto con 7 millones, de los cuales 560.000 trabajan en labores domésticas.

La OIT señala que el trabajo infantil «es un problema potencialmente creciente» en los países más pobres y más grandes del Caribe. Del total de niños que trabajan en América Latina, el 70% se dedica a la agricultura.

En Honduras el 40% es empleado en plantaciones, el 65% en Guatemala y el 67% en El Salvador.

Violencia

Según el estudio  “Proporción y características clínico epidemiológicas de adolescentes embarazadas en las zonas de influencia atendidas por médicos en servicio social durante el período agosto 2015″, de la UNAH, el machismo se presenta como un factor de riesgo ante el embarazo de la adolescente; las relaciones son absolutamente dominantes, en donde el padre, padrastro y/o hermanos muestran una actitud celosa con respecto al trato de la adolescente, principalmente cuando se relaciona con otras personas, y más si éstos son hombres.

En todos los países de la región ha ido aumentando la visibilidad de la violencia intrafamiliar. Los más vulnerables al abuso sexual son los y las adolescentes entre 11-16 años y aún existe muy escasa denuncia de estos hechos.

Las principales víctimas son niñas menores de 14 años y el agresor es un conocido en el 50% de los casos. Hasta el 90% de los embarazos de adolescentes menores de 14 años son producto de violación.

Sexualidad

La educación sexual no ocurre ni en casa ni en la escuela, opinan los expertos. El gobierno de Honduras, durante los últimos años, ha otorgado la mayoría de los fondos únicamente a los programas que fomentan la abstinencia sexual. La mayoría de los estudios, sin embargo, revelan que los adolescentes tienen relaciones sexuales desde muy temprana edad.

Más del 70% de los/as adolescentes consideran que están bien informados en materia de sexualidad, sin embargo observamos cómo determinados mitos están hoy en día aún presentes.

Prácticamente la mitad de los/as adolescentes obtienen la información o de sus amigos, o de revistas y películas. Muchos adolescentes que toman la decisión de informarse no saben a dónde acudir y en ocasiones no lo hacen por vergüenza o porque no se atreven. Con la misma dificultad se encuentran a la hora de adquirir el método anticonceptivo.

Foto Revistazo.com

Efecto del Embarazo en la Adolescente

El embarazo en la adolescente acarrea gran cantidad de problemas escolares, dificultan la inserción en el mundo laboral e interfieren notablemente con la posibilidad de conseguir unos ingresos suficientes.

Las posibilidades de llegar a conseguir una buena formación se ven claramente disminuidas, ya que la mayoría de las adolescentes que han salido embarazadas opta por abandonar los estudios.

Las consecuencias sociales, educativas y económicas del embarazo en adolescentes son conocidas, por cuanto una niña que es madre a los 16 años, tiene decidido el 90% de su vida futura.

La posibilidad de permanecer pobre, con déficit educativo y muchas veces denigrada por la familia y la sociedad, y también por el compañero, son situaciones que se dan casi con seguridad.

La baja escolaridad que alcanzan estas adolescentes y la dificultad para reinsertarse al sistema escolar, tiene un efecto negativo en la formación del capital humano y la superación de la pobreza de estas adolescentes.

La pobreza en los hogares se asocia fuertemente con la probabilidad de que las adolescentes participen en la fuerza laboral tempranamente, siendo explotadas. Las tasas de mortalidad materna y perinatal son indicadores que reflejan todas las condiciones de vida de la mujer y la calidad de vida de una sociedad; por lo que lograr la reducción de dichas tasas siempre será la meta mayor para cualquier país que espere un crecimiento en sus estándares de vida.

Se sabe la relación directa que existe entre embarazo en la adolescencia y morbimortalidad materna y perinatal, por lo cual se crean estrategias y programas para reducir al máximo los riesgos del embarazo en la adolescencia.

Foto La Tribuna

Familia

El embarazo en adolescentes está dado por la falta de comunicación de los padres para con los hijos en cuanto al tema sexual, ya que por regla tratamos de evitar el tema, lo que origina que el adolescente busque información de las fuentes que tenga a su alcance. Los padres tienen la obligación de hablar con los adolescentes de los riesgos de ejercer coitos sin protección, sobre el uso del condón, sobre el despertar de su sexualidad, el erotismo, la paternidad responsable, la homosexualidad y heterosexualidad.

Las adolescentes embarazadas sufren a menudo carencias, conflictos y tensiones. Su ambiente familiar se encuentra dominado frecuentemente por problemas sociales y  médicos como ser la depresión, alcoholismo, enfermedades crónicas.

La educación sexual constituye un proceso de enseñanza de aspectos biológicos, psicológicos, socioculturales y trascendentes de la sexualidad humana encaminados al desarrollo de habilidades y actitudes necesarias para una vida sexual positiva y saludable.

La pobreza explica numerosos embarazos. En los sectores marginales, la mujer tiende a conformar pareja definitiva entre los 15 y los 17 años como un intento de mejorar las condiciones de precariedad en las que vive.

Pero, a causa de la crisis económica, numerosas jóvenes son abandonadas por su pareja inicial y se ven obligadas a estructurar otra relación que siempre exige más hijos. En este proceso, una mujer de 20 años puede tener cuatro o más hijos y, probablemente, un mayor número de embarazos que terminen en abortos espontáneos o provocados.

Es por eso que las acciones de prevención del embarazo en adolescencia deben de comenzar con el apoyo a los jóvenes para un mejor conocimiento de su vida sexual y reproductiva.

Dar apoyo político a las instituciones de salud y otras para diseñar y poner en marcha, de manera coordinada y conjunta, programas dirigidos a los/as adolescentes, en particular aquéllos que permitan prevenir el embarazo adolescente.


Fuente: “Proporción y características clínico epidemiológicas de adolescentes embarazadas en las zonas de influencia atendidas por médicos en servicio social durante el período agosto 2015″, UNAH.

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