CON EL PIE PUESTO EN EL ACELERADOR

EGO22 junio, 2018
Por: Alex Palencia
En Honduras, después de los acontecimientos que originó el golpe de Estado del 2009,  surge el movimiento de Resistencia Popular Nacional, el Partido Libertad Refundación (LIBRE) y por último la Alianza de Oposición contra La Dictadura. De alguna manera desde estas estructuras sociales se ha ido planteando el escenario político actual, al cual la derecha recalcitrante, a través de sus medios corporativos de comunicación han tratado de minimizar desde un principio.
A pesar de no poseer la oposición una ideología definida (la cual está en plena construcción), esta ha emplazado tanto a la izquierda acéfala e incipiente como a una derecha ultramontana, fanática religiosa, ignara, vetusta y sobretodo ciega, esta última incapaz de reconocer el escenario planteado frente a la dictadura cachureca: “Aquí  se ha dado un rompimiento constitucional, un golpe de Estado, y el pueblo haciendo uso que esta constitución le confiere, está en total insurrección, hasta que se establezca el orden constitucional, estaremos en las calles, pintando paredes, quemando llantas y otras cosas, detendremos el tránsito, intervendremos sus casas, negocios y oficinas, y crearemos el mayor caos posible, tanto o más del que ustedes le han generado a este pueblo.”
La derecha taimada tal cual es, ha tratado de sortear este emplazamiento, convoca a procesos eleccionarios fraudulentos, inventando mecanismos jurídicos, creando organismos interventores, para blindarse y seguir teniendo el control de la institucionalidad del Estado.
Pocos pueblos en América Latina han estado tanto tiempo en las calles, como el pueblo hondureño, pese a ello, los medios corporativos de comunicación nacional y extranjeros lo han invisibilizado, minimizado y en el peor de los casos distorsionado, haciendo ver a quienes se manifiestan en las calles como vulgares delincuentes, y a los sicarios de los cuerpos represivos del Estado, como héroes.
Cientos de muertos y encarcelados desde el 2009 a la fecha, todos, casos relacionados con el movimiento de resistencia u oposición al régimen. Estos crímenes no son causa de alarma, investigación, judicialización y mucho menos son noticia en los medios corporativos, los cuales están prestos a transmitir en los momentos más críticos que se dan en las calles, algún partido de futbol de la Champions League, o bien el último video o película del fulanito de tal. Otras veces descaradamente transmiten cadenas nacionales del soldadito de plomo hablando sobre el paraíso en que se ha convertido la Honduras de allá,  en fin…
Al parecer, a la derecha nacional no le cae el veinte, que el pueblo de alguna manera ya no es el mismo de hace 50 años, cuando ellos a través de un telegrama o una cadena radial arreglaban todo, inventando componendas políticas, con dirigentes obreros oportunistas, partidos políticos tradicionales y militares guardianes imperiales, 15 minutos de blablá eran suficiente para reordenar cualquier cagadal, con ello mandaban a dormir al pueblo que nunca se daba cuenta de nada.
La oligarquía nacional y sus achichincles o lacayos políticos, en la actualidad son rebasados por un movimiento social que va descubriendo la ruta de su destino y que tiene claro que su trinchera por ahora es la calle y que mientras no se restituya el orden constitucional, las paredes seguirán hablando y el humo de las llantas serán las señales de un pueblo que se resiste a seguir de rodillas frente al abuso. La insurrección es el único camino que le han ido dejando al pueblo, y este se manifiesta de muchas formas, los jóvenes hacen uso de cuanto medio sea posible, y sin miedo se disponen a enfrentar a los cuerpos represivos del Estado, por ello estos jóvenes son las principales víctimas del sistema, que insiste en dar respuestas viejas a problemas nuevos; así se manda asesinar a jóvenes “revoltosos” durante las manifestaciones y después de ellas, en las calles de sus barrios y hasta en sus propias casas.
La pregunta es ¿al morir tanto joven estudiante, hijos de obreros, futuros profesionales, técnicos, quien trabajará para la clase neoliberal empresarial? ¿De dónde saldrá la mano de obra y técnicos? ¿Qué, piensan matarlos a todos?
Como ya dijimos la clase parasitaria se niega a reconocer el escenario político planteado desde la oposición. La lucha incondicional del pueblo, por restituir el orden constitucional en busca de mejores condiciones de vida para las grandes mayorías, el deseo por construir su propio destino, sin la injerencia de fuerzas e intereses apátridas, y no importa, si está equivocado o no, el pueblo hondureño como otros pueblos, aprenderá a forjar su propia camino.
Por hoy, por primera vez en la historia, este tiene el pie puesto en el acelerador, que la oligarquía nacional e internacional al igual que los cachurecos liberales y nacionalistas no lo entiendan, lo vean o no lo crean, eso es otra cosa. El hondureño consiente hace uso del artículo 3 de la constitución vigente, y eso al final nadie lo puede controlar.
Pues bien, nefastos cachurecos y oligarcas, aténganse  a las conciencias históricas.

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