LOS PERIODISTAS ESTAMOS EN EL FUEGO CRUZADO: ÁLVARO NAVARRO

Hacer periodismo en medio de la crisis parece ser la norma en Centroamérica. El día a día nos lleva de aquí para allá, apagando fuegos, sorteando barreras, cubriendo momento a momento el transcurso en países donde la institucionalidad es frágil o ha sido cooptada por poderes mayoritarios.

Nicaragua, a pesar de la calma aparente de muchos años, está viviendo actualmente un estallido social que muchos consideraban impensable. Como siempre, son los periodistas los que se encuentran al frente de estos acontecimientos, y muchas veces atrapados en medio de la polarización que generan estos acontecimientos. Conversamos con Álvaro Navarro, periodista nicaragüense del portal de noticias Artículo 66, sobre las dificultades de ejercer esta profesión en este momento histórico que vive el pueblo de Nicaragua.

«Nosotros como periodistas también nos hemos visto en un clima de polarización sumamente peligroso donde incluso de los manifestantes anti gobierno, para poder entrar a una cobertura, te piden identificación,» nos cuenta Navarro. «Eso también nos expone, porque no importa el medio que fuera, simplemente andan haciendo su labor y están haciendo su trabajo de informar.» Álvaro explica que salir a la calle es encontrarse «en el fuego cruzado» entre policías y manifestantes. «Los manifestantes (andan) con piedras o con bombas artesanales y la policía con gases lacrimógenos, con balas de salva pero además con plomo pues, que es como han muerto varios de los 55 manifestantes que han perecido en las protestas.»

Álvaro Navarro, director del medio digital nicaragüense Artículo 66. Fotografía: Nincy Perdomo.
Álvaro Navarro, director del medio digital nicaragüense Artículo 66. Fotografía: Nincy Perdomo.

Para Álvaro hay una experiencia en particular que lo hizo temer por su vida mientras trabajaba, y ocurrió en las protestas que se desarrollaban alrededor de la Universidad Nacional de Ingeniería, el 20 de abril de este año. «Había un enfrentamiento entre estudiantes y policías y de repente hay una media tregua, como pasa probablemente en todas las protestas. Estábamos afectados por los gases pero en el puesto médico hay un herido,» cuenta Álvaro. Los manifestantes temían por la vida del herido, que estaba siendo atendido en un puesto médico improvisado por estudiantes. Álvaro decidió movilizarse hasta este sitio, donde observó que los estudiantes subieron al herido en una camilla para transportarlo hacia una ambulancia. En el trayecto que hacían los estudiantes con el herido durante la tregua, los policías volvieron a disparar. «Yo ahí voy transmitiendo y me doy cuenta que hay armas de muerte pues, de bala viva como decimos allá en Nicaragua, porque están disparando con las pistolas de reglamento de la policía, que no son armas para repeler motines. De repente hay otro policía que se ubica con una arma larga, con una AK-47, frente a donde va el grupo de jóvenes con el herido.»

Según el relato de Álvaro, los estudiantes iban cargando la camilla con un solo brazo y llevaban el otro extendido, para evitar que la policía nicaragüense los atacara; sin embargo, la reacción de los efectivos de seguridad fue reanudar la ofensiva. «Mi susto es cuando veo que ‘jala’ el AK-47 y dispara. Yo estoy atrás y veo que le estaba disparando con mucho más decisión al grupo de estudiantes. Al final (el policía) no hiere a nadie y logramos bajar cuando los policías logran ver que efectivamente (los estudiantes) van con un herido,» narra el periodista. Los policías detuvieron el fuego, permitiendo que los estudiantes pudieran entregarles el herido, pero continúan la represión hacia los estudiantes que seguían en la universidad. Los estudiantes que llevaron al muchacho herido hacia los policías fueron capturados también. «Los policías regresan y los capturan de las camisas y se los traen. Yo sigo reporteando y pregunta uno de los policías, ‘¿Y éste? ¿Y éste?’ Voy con mi teléfono celular y le digo que yo soy periodista. Me rodean inmediatamente. «Quitale el teléfono, quitale el teléfono.» Entonces le digo, ‘Yo soy periodista, me llamo Álvaro Navarro y yo soy periodista, estoy haciendo mi trabajo,’ con ánimos de que ellos no digan que me confundieron.»

Álvaro Navarro, director del medio digital nicaragüense Artículo 66. Fotografía: Nincy Perdomo.
Álvaro Navarro, director del medio digital nicaragüense Artículo 66. Fotografía: Nincy Perdomo.

Álvaro, al igual que los estudiantes, también fue capturado, a pesar de estar plenamente identificado como miembro de la prensa. Fue despojado de su teléfono, le propinaron un golpe y le ordenaron subir a una patrulla policial con el resto de los jóvenes. Al poco tiempo, uno de los policías le devolvió su teléfono celular,  y luego ordena a los jóvenes y al periodista bajar de la patrulla y ubicarse en una acera. Navarro aprovechó entonces para llamar a su oficina e informar que estaba bien pero bajo custodia policial. «Cuando yo hago la llamada, viene una policía y dice, ‘No hagás llamadas.’ Se fue y le dijo a otro que yo estaba usando el teléfono. Vino otro y me insiste que guarde el teléfono. Le explico que sólamente estaba haciendo una llamada, pero luego se queda ahí, y nos dice, a los jóvenes de medicina que estaban a la par mía, y a mí, en la cuneta, ‘¡Bajen la cabeza! ¡Vuelvan a ver al suelo!’ Inmediatamente reacciono y le digo que no voy a hacer eso.»

Álvaro explicó al policía que no tenía necesidad de pedirle a él y al grupo de estudiantes que bajara la cabeza. La resistencia del periodista infundió valor a los jóvenes estudiantes, que levantaron también la cabeza. Pronto se acercó un oficial de mayor rango al grupo de detenidos, quien les aseguró que serían liberados dentro de poco, pero advirtiéndoles que no regresaran a la zona porque era peligrosa por los enfrentamientos. «A situaciones como ésas estamos expuestos todos los periodistas que andamos cubriendo las manifestaciones,» expresó Navarro.

Vea AQUÍ la transmisión de Artículo 66 del 20 de abril. 

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