EL ORIGEN DEL ROJO

ALG18 abril, 2018

Víctor Hugo Díaz Morales, alias «El Rojo», fue capturado en el Boulevard de los Próceres con la calle 16 en Ciudad de Guatemala. Hoy, el gobierno de Guatemala anuncia su extradición a Estados Unidos en donde deberá enfrentar cargos de tráfico de droga.

El Rojo operaba en la frontera entre Guatemala y Honduras. Según reportes de InSight Crime, fue el responsable del atentado del pasado mes de septiembre contra agentes antinarcóticos de Estados Unidos en San Pedro Sula, Honduras. Ese fue el inicio de su caída.

El Rojo comenzó en sus actividades delictivas trabajando en las escalas mas básicas para Héctor Emilio Fernández, alias «Don H», también preso en Estados Unidos. Estaba encargado del transporte de droga de la costa atlántica hasta su zona de residencia en occidente, entre Copan y frontera de Guatemala. Era un simple camionero, pero su astucia y determinación lo fueron elevando en posición, al punto de llegar a ser, desde el 2008, el lugarteniente de don H, al cual fue delegaba la totalidad de sus operaciones, ya que don H reconoció que Rojo contaba con el carisma y las cualidades de las que él carecía.

En los reportes de inteligencia trasciende que El Rojo tenía la costumbre de organizar fiestas a donde invitaba a los jefes policiales de las zonas a donde laboraba. En esas fiestas El Rojo les regalaba camionetas Toyotas 3.0 blindadas, y si a él le parecía un oficial de interés para su estructura, el regalo podía ser de $50,000 a $200,000 en efectivo.

Sus empleados y compañeros le eran fieles, les garantizaba buenas ganancias en el negocio, cosa que don H, siendo tacaño como era, no hacia. Organizó a todo su personal asociándolos en los negocios y lo puso a trabajar buscando clientes y proveedores. Muchos de ellos, empleados de Don H, se quedaban trabajando con él, pues era mucho mejor el trato que éste les daba. Desde el 2009 El Rojo trabajaba directamente con el narcotráficante guatemalteco Mario Ponce, a espaldas de don H.

Reportes de inteligencia aseguran que El Rojo fue el responsable de atentar contra agentes de la DEA en la ciudad de San Pedro Sula, el pasado mes de octubre de 2016.
Reportes de inteligencia aseguran que El Rojo fue el responsable de atentar contra agentes de la DEA en la ciudad de San Pedro Sula, el pasado mes de octubre de 2016.

Montó oficinas en todo el corredor de la droga desde Panamá hasta Guatemala donde entregaba a Ponce. Era conocido por contratar «lo mejor de lo mejor». Si escuchaba de una persona que fuera productiva o tuviera control de determinadas zonas, lo endulzaba con su generosidad y lo activaba en su red.

Él personalmente, junto a su segundo al mando Marlon Adonai Resinos , Alias «Tio Pelo», por ordenes de don H, conquistaban la conciencia de alcaldes, diputados, jefes locales, jefes regionales y comandantes de la policia, Fuerza Aerea, Fuerza Naval, Policía de Investigacion, así como a ministros y otros funcionarios del gobierno.

El Rojo llegó a tener bajo sus ordenes a mas de 100 colaboradores del cartel en todo el país y otro tanto en los países de la ruta de la droga.

Diaz Morales, El Rojo, supo reconocer la oportunidad para hacerse con el negocio de su patrón, al ver que don H pasaba sumergido en su vida de adicciones a la droga y fiestas sexuales, y se desentendía de todo. Aprovechó para mantenerlo con los nervios de punta, moviéndolo constantemente de zona en zona, informándole que la DEA le iban a caer.

Le gustaba apantallar a los colombianos que llegaban al país para hacer negocios con Don H. Los recibía en la puerta del avión en el aeropuerto internacional Villeda Morales, junto con su comitiva y jefes policiales de frontera. Impresionados, los colombianos estaban seguros que «ese era el hombre para los negocios».

Tenía una fascinación desenfrenada por los relojes Rolex, las casas y fincas, todo a escondidas de don H. Fuentes cercanas a Rojo afirman que cuando este iba a ver a don H, se disfrazaba. Llegaba con tenis y jeans gastados y camiseta, y un relojito sencillo y humilde, nada ostentoso y se movia en la Lexus vieja que su patrón le había asignado.

Su problema, al parecer, fue la bebida. Cuando comenzaba a beber lo hacía hasta por un mes, tiempo durante el cual las operaciones quedaban paradas, o quedaba pendiente de liquidarle a los proveedores del pago.

Héctor Emilio Fernandes, alias Don H, se convirtió en enemigo a muerte de Rojo.
Héctor Emilio Fernandes, alias Don H, se convirtió en enemigo a muerte de Rojo.

A mediados de 2010 las cosas se le fueron saliendo de control al Rojo, por su alcoholismo dejaba las cuentas inconclusas con los proveedores, y su pasión por la compra de bienes raíces le fueron dejando cuentas por pagar, a tal grado que uno de los muchísimos proveedores que tenia en la fila decidió viajar a Honduras para ver por qué se le mandaba el producto y siempre iba dejando una colita de varios millones de dólares que al final sumaban nueve cifras.

El acreedor de Rojo lo visitó en San Pedro Sula, pero este no lo atendió porque andaba «en caña». Decidió entonces visitar a don H en Tela. Allí fue donde Don H se dio cuenta del negocios que había estado manejando paralelamente el Rojo. Don H, en un ataque de rabia y violencia, lo llamó por teléfono y lo amenazó. El Rojo decidió huir y se volvió un fantasma.

Al día siguiente de ese incidente, Don H citó a todo su personal, y con su personal de seguridad liderados por el exkaibil, apuntaron sus armas contra el nutrido grupo de empleados que eran liderados por Rojo y les preguntaron quiénes están aún con el patrón (don H.) y quienes «con esa rata». Toditos dieron el paso de lealtad, porque sino ahí mismo los mataban. Ellos sabían que a partir de ese día todo cambiaría, estaban de vuelta a sus inicios, trabajando sin ningún incentivo económico, por lo menos no como con Rojo.

Casa incautada a don H.
Casa incautada a don H.

Pero a don H no le salió bien la sacudida que dio a los hombres de Rojo. Quedó rodeado de toda la gente fiel a su ahora contrincante y era cuestión de tiempo para que caiga. Don H. Nombró a Marlon Resinos su lugarteniente —también socio y fiel amigo de Rojo—. Acto seguido, don H comenzó a decomisarle todo a Rojo. Más de 50 relojes Rolex, carros y mas de 50 casas en San Pedro Sula, fincas y equipo pesado; pero nada de droga ni dinero. Su hombre de confianza había salido con lo mas preciado que tenía, la plata y el producto, y desde esa fecha don H no volvió a verlo.

La guerra inició. Don H lo atacó varias veces, pero jamás logró ubicarlo. Trató de presionar a allegados a Rojo para que lo entregaran y estos no se sometieron. El Rojo comenzó a formar su propio imperio. Contaba con toda la inteligencia, logística y pronto comenzó a «traquetiar» por su cuenta.

Distinta fue la suerte para don H, que nadie le confiaba producto. Rojo, simplemente, era mas generoso. Eventualmente Rojo ganó. Héctor Emilio Fernández, «don H», fue extraditado en febrero de 2015.

Ahora ambos narcotraficantes comparten cárcel en Estados Unidos.

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