En su oficina de la Vía campesina entrevistamos a Rafael Alegría, exdipudado del Partido Libertad y Refundación, diritente campesino con una gran trayectoria en los movimientos sociales. En su oficina hay fotografías amplificadas con líderes importantes de Sudamérica como Hugo Rafael Chávez Frías, Evo Morales, algunas caricaturas de su tiempo en el Congreso Nacional con el Partido Unificación Democrática (UD). Amable y afable, analiza el contexto político y ese divorcio que hay entre el movimiento campesino y la política de La Alianza de Oposición, sus planteamientos como representante del sector campesino y la lucha por la reivindicación. En un par de ocasiones es interrumpido por un par de llamada a su Iphone, las que rechaza sin perder el hilo conductor de la respuesta a la pregunta formulada.
¿En este proceso de lucha del pueblo hondureño cómo está el movimiento social con su participación?
El movimiento social en la década del 70 al 80 jugó un papel fundamental, de primera actoría frente a los grandes problemas nacionales, hasta en los problemas políticos. Inclusive en las crisis de 1985 el movimiento social campesino ayudó a buscar una salida política como actores representativos de la sociedad hondureña, pero la implementación del modelo neoliberal en los primeros años de la década de los 80, vino a golpear severamente la estructura sindical, agraria y laboral la base de los movimientos sociales, para que ese modelo avanzara había que golpear el movimiento sindical campesino.
Para el año 1992 se aniquilaron importantes sindicatos:, SITRAENEE (Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica) SITRATERCO (Sindicato de Trabajadores de la Tela RailRoad Company) Al movimiento campesino lo dividieron, lo cooptaron y lo debilitaron, desarticularon lo que antes se llamaba sectores de sociedad civil, asesinaron a una gran cantidad de dirigentes populares y a otros los desaparecieron, ese fue un duro golpe al movimiento social, que hasta hoy no hemos podido recuperar fuerza.
También ha sido una victoria lograr mantenernos pero sin la beligerancia que teníamos en los años 70. Hay un hecho histórico; el movimiento popular retoma ese rol importante de conducción y es el Golpe de Estado, ese hecho recoge lo que había quedado de cierta estructura social y campesina y se pone al frente contra el golpe, y el pueblo responde a ese llamado de articulación y movilización y surge este gran movimiento de resistencia popular en el país.
No se pudo restablecer el orden constitucional pero sí se logró el retorno de Manuel Zelaya Rosales en las calles. La inmensa mayoría de la gente movilizada era gente no organizada o estructurada en un movimiento social, muchos trabajadores desempleados se aglutinaron en el Frente Nacional de Resistencia Popular que tenía dirigentes visibles en la conducción.
Otro movimiento que podemos rescatar como importante fue el movimiento de los Indignados que fue asumido por la juventud, esa acumulación de jóvenes es la que hoy está dando excelentes resultados en la movilización contra el fraude electoral.
El movimiento social y popular sigue jugando un papel importante pero con enormes debilidades de dispersión, desarticulación y cooptación pero, siempre queda un sector de ese movimiento social al frente de estas luchas populares. Cómo es la armonía con el partido Libertad y Refundación y ahora La Alianza de Oposición, se conoce que no hubo reunión con las organizaciones obreras y campesinas para escuchar sus puntos de vista.
Un problema histórico que los grupos de poder acuñaron mucho es que los movimientos sociales no tienen nada que ver con los partidos políticos, trataron de hacer una separación muy visible, inclusive lo legitimaron a través de la ley del código de trabajo. Ahora los campesinos tienen derecho a exigir tierra, la asistencia técnica, el crédito, los obreros: el salario mínimo o la contratación colectiva, pero no facultades para optar al poder político de la nación, eso ha quedado para los partidos políticos y en el fondo a los grupos de poder oligárquicos en el país.
Los principales dirigentes políticos y que han manejado el gobierno por décadas ha sido el sector empresarial y los grupos de poder. Los obreros tienen derecho de reclamar salario, los campesinos derecho a la tierra, pero no a reclamar poder, porque está reservado para los partidos políticos y para el sector empresarial, eso se rompió, es un logro, porque hoy en día la lucha es por el poder del país, por la profundización de la democracia, de la participación, de las conquistas, pero está claro que es por el poder de la nación es que se está luchando ahora.
«Los obreros tienen derecho de reclamar salario, los campesinos derecho a la tierra, pero no a reclamar poder, porque está reservado para los partidos políticos y para el sector empresarial, eso se rompió, es un logro, porque hoy en día la lucha es por el poder del país.»
En el Golpe de Estado iniciábamos un proceso de acercamiento y consolidación del gobierno de José Manuel Zelaya Rosales, porque mostró la intención de querer hacer reformas profundas en el país, y por eso se le apoyó. La manifestación de apoyo contundente fue el 11 de junio del 2009 y el Golpe fue el 28 de ese mes. La lucha fue posterior al Golpe, desde ese entonces estamos en una resistencia activa y masiva.
En este contexto de crisis post electoral ¿cuál es el papel que va desarrollar el movimiento social?
Lo vemos como una alianza dentro de la Alianza. La Alianza de Oposición se perfila para participar en los procesos electorales como una alianza eminentemente política. Los sectores populares además de incorporarse a la alianza política para manejar el poder de la nación tiene otra función y es; la defensa inmediata de los derechos de los trabajadores del campo y la ciudad, los campesinos articulados en las diferentes organizaciones en la lucha por la reforma agraria, por la productividad, por la soberanía alimentaria, lo importante ahora es que todo está en una perspectiva de poder para cambiar el sistema político y económico, que no hay duda que es un sistema capitalista, neoliberal e imperialista.
En su análisis contextual de la situación a ¿qué se debe que en el 2009 hubo un repunte fuerte del movimiento social en contra del Golpe de Estado y en está crisis los gremios están quedando atrás?
Pesa mucho sobre los trabajadores asalariados la amenaza del despido. Perder un puesto de trabajo es difícil de recuperar, entonces hay un miedo, que es realidad. Durante el Golpe de Estado una columna vertebral importante contra el Golpe eran los maestros, después vino una represión salvaje contra los maestros, perdieron todos los derechos conquistados por décadas por ejemplo: el estatuto del docente, despidieron a varios dirigentes del magisterio; Eulogio Chávez, Jaime Rodríguez para mencionar algunos. El que se asomaba como resistencia era reprimido, despedido y amenazado, el régimen que se constituyó después del Golpe de Estado y ahora con el actual.
Una medida condenable desde el principio fue el trabajo por hora. Ahora no se puede organizar un sindicato, no se puede ir a la huelga, no se puede tomar un portón, poner la bandera nacional en una fabrica, está tipificado ahora como acciones terroristas, y no solamente incurre en el despido, sino la cárcel. En ese momento fue diferente, porque veníamos de un gobierno que intentaba hacer reformas en todos los aspectos y respetuoso de la organización social, “Mel” Zelaya realizó un decreto con los campesinos para que todas las tierras que estaban ocupadas por ellos pasara a la propiedad de los campesinos, si era nacional se recuperaba y si era privada es Estado la compraba.

Manuel Zelaya Rosales en lugar de reprimir a los trabajadores aumento el salario mínimo, pero después del Golpe de Estado eso fue fatal en todo aspecto, esa es una consecuencia que hay ahora; ese miedo, temor, además de la represión también hubo asesinatos de dirigentes más de 200 asesinatos, ahora van más de 40, detenidos, heridos, estamos viviendo una situación de guerra no declarada. Las consecuencias directas es para la gente que ha acumulado cierta conciencia de clase y de lucha movilizadora.
Es claro que la alianza de obreros y campesinos es proletaria pero, en la Alianza de Oposición política hay intereses diferentes ¿cuánto durará esta relación?
Reitero: La Alianza de Oposición es de partidos políticos, no de partidos políticos y movimientos sociales, ahí existe un vacío, pero la base de la Alianza son los movimientos sociales y el pueblo diverso, en la Alianza se pueden identificar los jóvenes organizados y no, las mujeres, una gran cantidad de gente que no tiene organización, eso es La Alianza.
Atribuyo que no se pudo articular una alianza fuerte entre el movimiento social y político porque los hilos organizativos no estaban claros, y Salvador Nasralla y Manuel Zelaya dieron prioridad a la motivación del pueblo independientemente de ser organizado o no, porque la lucha por el poder electoral en el país se define por la cantidad de votos que saquen en el proceso electoral, creo que ha sido una estrategia correcta, porque esta es una alianza enormemente diversa: ideológica, política, organizativa, de todo tipo y no deja de ser importante porque lo que se ha cuidado es que no sea sectaria, ni excluyente, que no responda a la expresión de un grupo. La Alianza es un movimiento extremadamente amplio, y hay que entenderlo porque si nos ponemos con posiciones de asumir X posición ideológica o política creo que sería un error. Hay que tener claridad hacia a donde se orienta La Alianza en este momento histórico, no estamos en un momento revolucionario pero si con posibilidades para abrir el espacio para que tengamos posibilidad de que estas fuerzas reprimidas y asesinadas por el modelo, por el sistema, podría haber un nuevo espacio en La Alianza para mayor articulación, unidad y mayor acción en la defensa de conquistas económicas, sociales y políticas que tanto necesita el país.
«No se pudo articular una alianza fuerte entre el movimiento social y político porque los hilos organizativos no estaban claros, y Salvador Nasralla y Manuel Zelaya dieron prioridad a la motivación del pueblo independientemente de ser organizado o no.»
Desde la Vía Campesina ¿cuál debería ser la participación del movimiento social hondureño si se lleva a cabo la Asamblea Nacional Constituyente?
La Vía Campesina siempre ha tenido un papel de organización, articulación fortalecimiento de la unidad y de incidencia en las actuales estructuras políticas de la nación. La movilización es un aspecto fundamental, los campesinos de la Vía Campesina, de la Guadalupe Carney, del movimiento campesino del Aguán todos están en la calle, en la Paz, en Cortés, en Choluteca están en la misma lucha. Pedirle hoy a la dictadura reforma agraria, soberanía alimentaria, que se respeten los territorios y los recursos naturales de los pueblos indígenas, es un sueño, hoy, porque la dictadura tiene un proyecto: de entregar los recursos naturales, subastar la tierra y recursos naturales para pagar deuda externa, fortalecer sus presupuestos para mantenerse, pasamos de una lucha en este momento puramente reivindicativa a una política convencidos de que no habrán reformas y que no se escuchará a los trabajadores del campo en una dictadura como la de Juan Orlando Hernández, por eso es que estamos en ese proceso de movilización, de articulación de lucha política incorporados en la Alianza. Hay que entender hoy en día solo hay dos movimientos que tienen capacidad de convocatoria: La Convergencia de Lucha Contra el Continuismo y La Alianza de Oposición, en esas instancias nos aglutinamos.
¿Cuál debería ser la participación del sector obrero-campesino y del sector popular si se lleva a cabo la Asamblea Nacional Constituyente?
Me parece que la tesis que hemos manejado; la alianza obrero-campesino sigue siendo valida pero ahora es mucho más importante una alianza estratégica de diversos sectores del pueblo hondureño, los obreros y los campesinos solos no vamos a hacer los cambios en este país eso es imposible, necesitamos fortalecer La Alianza. En una Asamblea Nacional Constituyente hay varios ejemplos que hay que ir tomando y recuperando, el tema de Venezuela y la constituyente de Bolivia. Venezuela en su nueva constitución incorpora a todos los sectores organizados de la sociedad; campesinos, indígenas, obreros, todos los sectores. Bolivia es un ejemplo vivo de que los sectores campesinos e indígenas juegan el principal rol en esta Asamblea Nacional Constituyente, ahí existe otro nivel en juego que es: de fortalecimiento de la democracia participativa, y del poder popular en manos de los pueblos originarios y de los campesinos. No podríamos aspirar a eso, pero si a que estén representados los diversos sectores de la sociedad hondureña en una posible Constituyente.
Juan Orlando Hernández ha convocado a un diálogo nacional incluyente, como sector campesino ¿participarían o se mantendrían en la línea de La Alianza?
El diálogo como lo ha planteado Juan Orlando Hernández fracasó. Es únicamente para que le avalen y le apoyen una presidencia que no obtuvo. Estos gobiernos tienen una estrategia de cooptación de diversas organizaciones, quienes han respondido a ese diálogo que solo tiene el propósito de que se respalde “el triunfo” que no existe, por los campesinos está invitado el señor Santos Caballero del COCOCH (Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Hondura), que desde el Golpe de Estado se desintegró, muchos movimientos se han aglutinados en la Vía Campesina y la Vía Campesina no está participando en ningún falso diálogo.
Están invitando a unas cooperativas, a la confederación nacional de cooperativas, una parte de la Consejo Hondureño de la Empresa Privada. El diálogo en ese contexto está destinado al fracaso. Sí nos gustaría un diálogo responsable, objetivo, serio, que llegue a acuerdos reales y prácticos. Ese diálogo sin la oposición que es la fuerza contundente que hay en el país es un aparente que no toca la esencia sino la apariencia. Estamos a la espera de un mediador internacional que podría ayudar a encontrar una salida política a la crisis.
«Estamos a la espera de un mediador internacional que podría ayudar a encontrar una salida política a la crisis.»
¿Cuál seria una salida política a la crisis?
Planteo tres escenarios:
* Un mediados internacional podría tener las atribuciones de revisar el proceso electoral del 26 de noviembre. Si este mediador llega a la conclusión de que Salvador Nasralla ganó las elecciones que sea el presidente que se le entregue el poder.
* Si después de ese análisis -de un hombre o mujer serios- no se llega a una conclusión justa, que se repitan las elecciones, se tendría que declarar nulo todo el proceso electoral.
* Si el marco jurídico es tan enredado, habrá que tomar la decisión de reordenar todo, con una Asamblea Nacional Constituyente. Porque la Constitución está despedazada, nadie la respeta. Esa Asamblea Nacional Constituyente tendría que darse aún si la Alianza tuviera el poder.
Le planteo un cuarto escenario a los que ya planteó: ¿integrarían un gobierno con Juan Orlando Hernández?
Eso sería traición a la Patria, no se puede reconocer a Juan Orlando Hernández para nada, eso no está hasta ahora en el plan de la Alianza. Eso sería un golpe mortal para La Alianza, no creo que este dispuesta la Alianza ni lo respaldaríamos.