Jorge Yllescas: «Aquí nosotros sabemos que se quiere una Constituyente pero no se sabe para qué»

EGO26 diciembre, 2017

En su análisis Jorge Yllescas plantea que sí se exige una Constituyente, pero los sectores que la piden no saben para qué la quieren, ni tienen un modelo claro para el cambio. Este marco de una nueva constituyente ha generado conflictos políticos como el Golpe de Estado del 2009, que se dio a raíz de la posible colocación de una cuarta urna en las elecciones para consultarle a la gente si quería un plebiscito para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. El tema de la reelección es otro tópico que se ha ido despenalizando poco a poco hasta lograrse en estas elecciones, lo que llevó a otro estado de crisis esta vez postelectoral, ante estos escenarios Jorge Yllescas analiza las posibles salidas a esta crisis política y el papel que juegan los políticos en un contexto caótico en el país.

¿En el contexto del llamado a una Constituyente habría un tema central?
En una constituyente el tema central es una nueva Constitución, de conformidad con la actual no cabe desde el punto de vista legal, pero desde el punto de vista político es factible. Para hacer una nueva Constitución hay diferentes factores, por ejemplo, el partido Libertad y Refundación no ha planteado cual sería el contenido, únicamente hablan del cambio de modelo, esto por considerarlo fracasado, piensan en una constitución tipo Venezuela o Bolivia, pero sin expresarlo abiertamente, aunque creo que ellos no tienen claridad en eso. Su gran preocupación podría ser eliminar los artículos pétreos, pero no han presentado un proyecto o esquema de concepción. Por el lado de los demás partidos no se ha hablado de una Constituyente.

La Iglesia Católica ha planteado la idea, aunque han dicho que es para salir de la crisis y replantear algunos temas, pero nadie ha señalado cual sería el contenido. La Universidad Nacional Autónoma de Honduras tiene un proyecto de constitución dirigido por Edmundo Orellana con la colaboración de unos asesores españoles y puede estar inspirado en el nuevo constitucionalismo que nace en Bolivia, supuestamente es mucho más participativo e incluyente.

Parte del comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras:

«Este pacto social debe considerar todos los caminos de salida posibles y ha de asumir el compromiso de devolverle a la Constitución su condición de Carta Magna que dirige el destino de la Patria, sea para reformarla de acuerdo a las necesidades de la nación, sea para iniciar el camino para una Asamblea Nacional Constituyente”

¿A quién beneficiaria una Constituyente?
No podemos decir a secas a quien beneficiaria porque se supone que beneficiaria dependiendo de cómo se elabore y el tipo. Podemos derivar que uno de los primeros beneficios seria la eliminación de los artículos pétreos y permitir la reelección, pero no hay una claridad, en consecuencia no se puede decir a qué sectores beneficiaria, depende del modelo adoptado.

Libertad y Refundación presiona por un modelo en contra del neoliberalismo y más a favor del modelo estilo socialismo del siglo XXI. Ese tipo de constituciones inspiradas en el Socialismo del Siglo XXI dejan consecuencias como las de Venezuela. De Latinoamérica la constitución que ha funcionado mejor es la de Bolivia, de ahí se inspira el neoconstitucionalismo. Aquí nosotros sabemos que se quiere una Constituyente pero no se sabe para qué. El planteamiento de la iglesia es para superar la crisis política y superar las debilidades que tiene nuestro sistema constitucional, que a mi juicio no es problema de la constitución es de quien la aplica.

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¿En su análisis que solución encuentra más posible para la salida de la crisis, unas nuevas elecciones o una Asamblea Nacional Constituyente?
En realidad hay varias opciones, las nuevas elecciones serían la mejor salida, aunque implican muchas cosas como: cambiar a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral y al personal operativo, hacer una auditoria forense a todo el sistema informático y lograr colaboración de expertos en materia de informática electoral para garantizar que el sistema funcione, con eso tendríamos resultados creíbles.

¿Aceptarían los candidatos ir a unas nuevas elecciones a nivel presidencial que es donde hay más señalamientos de irregularidades?
Lo veo difícil porque Juan Orlando definitivamente está aferrado a no entregar el poder, en unas nuevas elecciones no quiere correr el riesgo porque si la oposición va unida lo más seguro es que pierda, de lo contrario ganaría.

Esta lucha postelectoral ha desgastado a algunos candidatos y no creo que la Alianza logre la misma cantidad de votos. Veo muchos problemas en La Alianza a mi juicio “Mel” no es la solución es el problema, por los mensajes de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) está conquistando a Salvador Nasralla y no es cuestión de nuevas elecciones sino de poner a Salvador en el poder porque el ganó, su posición es solidaria con Venezuela, porque dicho país está peleando con la OEA, hay un compromiso ideológico, una solidaridad entre él y Nicolás Maduro, por eso rechaza a la OEA y por eso no está de acuerdo en unas nuevas elecciones y si a favor de que se luche por imponer a Salvador, pero eso es muy difícil Otra salida podría ser un diálogo, pero que no este convocado por el presidente, el no tiene la autoridad moral para convocar, lo que está haciendo es un monólogo.

El diálogo debería estar promovido por la oposición y también con el acompañamiento de una comisión de alto nivel, que podría ser las Naciones Unidas o la OEA, aunque las Naciones Unidas en estas cuestiones no participa, porque son temas de la OEA como organismo regional.

Otra opción sería buscar una salida elegante para Juan Orlando, debe ser derrotado y no aniquilado, si se le quiere destruir va a hacer una enorme resistencia. La salida tiene que ser política e inteligente. Juan Orlando está dispuesto a reprimir en serio, no hay que olvidar que se modificó el código penal y ahora se penaliza más a la persona que protesta que a los que han saqueado el país, Mario Zelaya por ejemplo las penas se le redujeron a un 50%. Todo el panorama es propio de una dictadura, la salida no es tan fácil.

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Jorge Yllescas analista político.

¿Quiénes serían mayoría o estarían más representado en una Asamblea Nacional Constituyente?
Todo depende de como se conciba, porque Manuel Zelaya proponía una asamblea nombrada de dedo, pero una constituyente puede ir a una elección, los partidos políticos tienen que proponer a sus candidatos constituyentes y sería el pueblo el que elegiría en un proceso transparente quien tiene la mayoría así se integraría.

¿Cuánto tiempo tardaría el proceso constituyente?
No menos de un año. Una Constituyente bien organizada no tardaría más de 6 meses a un año, pero esto propone un problema ¿Qué se haría con el presidente? Tendría que ser un acuerdo político, que se quede en el mandato mientras se está en el proceso constituyente.

¿Considera esta crisis lineal y previsible o inestable y cambiante?
La crisis se veía venir, en el Frente Patriótico para la Defensa de la Constitución, nosotros señalamos a varias instituciones que no deberían inscribir a Juan Orlando porque era ilegitimo, al ser inscrito enviamos un documento al Tribunal Supremo Electora en el que se explicaba que los magistrados tenían que ser enjuiciados, presentamos la solicitud del juicio político ante el Congreso Nacional en contra de dos miembros del Tribunal Supremo Electoral, pero el Congreso lo engavetó. Anduvimos en varias instituciones advirtiendo que se venía una crisis.

El problema no es el Partido Nacional, es Juan Orlando Hernández ese es el problema central, nunca se había visto un presidente tan repudiado, además está jugando otro papel, muchos casos de corrupción van a prescribir comenzando desde los 8 años de gobierno del Partido Nacional y en los dos primeros del nuevo gobierno, y en este gobierno hay una corrupción gigantesca, creo que se aferra al poder para proteger sus intereses.

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¿En una Asamblea Nacional Constituyente debería urgir hablar del tema de las reformas electorales?
La constitución en materia electoral es escueta, lo que hay que cambiar es la Ley Electoral, porque fue hecha para el bipartidismo, pero la realidad de hoy es que tenemos tres partidos fuertes, hay que cambiarla, ha caído en la obsolescencia. No podemos seguir con un Tribunal Supremo Electoral como este, hay otros modelos interesantes como el de Perú y de República Dominicana que tienen un tribunal electoral que es la instancia donde se resuelven los problemas electorales y una parte integrada por los partidos políticos donde se maneja la parte administrativa del proceso electoral, se podría buscar un modelo parecido.

Se podrían discutir muchas cosas como la integración de las mesas, condiciones para la inscripción de nuevos partidos, la inscripción de candidaturas independientes. Lo que cabe es una nueva ley electoral, ya hay recomendaciones, la comisión del a verdad y reconciliación dio una aconsejó sobre eso, la Unión Europea (UE) también dio sugerencias que no se hicieron.

Naciones Unidas formuló un compromiso con todos los candidatos en contienda en las elecciones pasadas, parte del acuerdo era que el que ganara tenía que impulsar las reformas electorales, Juan Orlando ganó pero no realizó las reformas. Una de las recomendaciones de la comisión de la verdad era la segunda vuelta, que si se hubiera aprobado no estaríamos en este problema, con una segunda vuelta hay una recomposición.

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