El reciente aviso de la Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad y la Corrupción del Ministerio Público, en conjunto con la MACCIH, del resultado de su primera investigación bajo el esquema de Equipos Integrados que descubrió una red de corrupción de diputados que llamaron “la red de Diputados”, que según comprueban obtuvieron fondos para proyectos sociales que luego eran desviados para uso personal u otros distintos a lo solicitado, ha levantado la suspicacia de muchos en que lo consideran una cortina de humo para desviar la atención de la actual crisis del proceso electoral.
La UFECIC y la MACCIH señalan a los diputados del Congreso Nacional: Audelia Rodríguez, Héctor Padilla, Augusto Cruz Ascencio, Dennys Sánchez y Eleazar Juarez, como los diputados que se valieron de la ONG. ASOCIACIÓN NACIONAL DE PRODUCTORES E INDUSTRIALES DE BARRIOS Y COLONIAS DE HONDURAS y cobraron entre el 14 y 21 de diciembre del 2015, varios cheques con un valor aproximado de 6 millones 800 mil Lempiras que venían de la Secretaría de Finanzas.
Es importante resaltar el hecho que ninguno de los diputados mencionados en la red criminal, continuará en el Congreso Nacional en la próxima legislatura de 2018, pues no lograron ser reelectos, unos por falta de estructura partidaria sólida, otros por falta de simpatía en el electorado.
La Red de Diputados señalados por la MACCIH, son una red de diputados tránsfugas que están prontos a abandonar su curul y lejos de constituir una amenaza al sistema político actual.
Los diputados Audelia Rodríguez y Héctor Padilla entraron al Congreso Nacional como parte del Partido Libre y luego se sumaron a lo que en su momento llamaron Bancada Independiente, más adelante conformaron junto con Augusto Cruz Ascencio, que llegó al Congreso Nacional por la Democracia Cristiana, el partido Vamos, que fue duramente criticado desde un inicio y denunciado por la oposición indignada por ser un partido de maletín al servicio del Partido Nacional.
El diputado Dennys Sánchez llegó con el Partido Liberal, luego se pasó a Libre y finalmente volvió a las filas de las milicias eternamente jóvenes en donde aún permanece. No así el diputado Eleazar Juarez que llegó también con el Partido Liberal y luego se movió a Libre con quien perdió las elecciones en el departamento de Valle.
Lo que tienen todos estos diputados de la red que señala la UFECIC y la MACCIH (aparte de su vinculación en algún momento con Libre), fue el rol que jugaron en la elección de la actual Corte Suprema de Justicia, electa para siete años en febrero de 2016, luego de un largo y prolongado proceso de negociaciones en el Congreso Nacional, en donde Libre y PAC se negaron a participar.
Aunque no se menciona aún en el proceso criminal que se lleva contra los diputados, se conoce, porque el escándalo había sido ya denunciado por la prensa, que el papel que los ahora procesados jugaron en la elección de la actual Corte Suprema de Justicia fue vital, dadas las muchas dilatorias y obstáculos en la elección de segundo grado.
La Sociedad Civil criticó en su momento las condiciones como se eligió a la Corte Suprema de Justicia, argumentando que se perdió una oportunidad para elegir una corte alejada de los intereses de los partidos políticos.
Partiendo de ese aprendizaje que duró varios meses, el Congreso Nacional procedió, en futuras elecciones de segundo grado, a hacer el proceso más expedito limitando la participación de la sociedad civil y la MACCIH, dejando exclusivamente a los partidos políticos la responsabilidad de elegir a la Procuraduría General de La República, la Presidencia del Instituto de Acceso a la Información Pública y la Comisión de la Política Limpia.
En 2018 iniciará una nueva legislatura en un contexto político sumamente complejo, luego de las tortuosas elecciones llenas de sospechas y desconfianza.
La oportunidad está sin embargo para iniciar con buen pie, eligiendo una junta directiva más abierta al diálogo y a la participación de los partidos de oposición, que permita la aprobación de leyes en favor de las mayorías y no solo para beneficio de un pequeño grupo, como una verdadera serie de reformas electorales.
Ese nuevo congreso, que tendrá una mayoría nacionalista, necesitará de las otras bancadas para lograr la elección de entidades claves para la vida democrática del país, como un nuevo Tribunal Supremo Electoral que gane la confianza de la población y los nuevo Fiscales, general y adjunto, que respalden la persecución de la corrupción y combata la impunidad.
La advertencia está dada, los nuevos diputados y los reelectos deben ver en la bancada de Vamos el ejemplo de lo que será su final si se atreven a negociar esos puestos por 30 monedas de plata, a espaldas del pueblo, como siempre se ha hecho.
