Tegucigalpa. Aproximadamente a las 12:30 de la madrugada, un grupo de desconocidos, llegaron a la casa del líder del pueblo indígena Tolupán, Luis Mejía, hicieron cinco disparos, en la puerta principal de su casa de habitación. Posteriormente deslizaron una nota con un mensaje.

La comunidad de la Candelaria se ubica en las montañas del municipio de El Negrito Yoro, departamento de Yoro, las tierras han sido habitadas por los indígenas tolupanes desde hace más de un siglo y es considerada territorio ancestral. Hasta la llegada de los terratenientes taladores y sus negocios con las transnacionales.

El mensaje era el siguiente: “Luis no te queremos matar, pero si no te desapareces en tres días, si te vamos a matar”, lo cual constituye una clara y evidente amenaza en contra de la vida y la integridad física.

Luis Mejía, es actualmente el presidente de la tribu indígena, La Candelaria que ha mantenido confrontación contra empresarios madereros que talan ilegalmente el bosque que ancestralmente ha pertenecido a la tribu, posteriormente, esa madera es vendida a empresas transnacionales, que transforman la materia prima en productos terminados, ofertados en el mundo.

Robo, Sangre y Muerte

El Líder Tolupán, Luis, también es el coordinador del núcleo del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) en la comunidad de La Candelaria, combatiendo frontalmente los actos de corrupción y exigiendo se respeten sus derechos y los del pueblo Tolupán.

En estos momentos él se ha refugiado en un lugar externo a la tribu, para autoproteger su vida y la de sus familiares, ya que el temor es que los agresores puedan tomar represalias contra su familia.

Además los indígenas de este sector han sufrido la represión de una compañía transnacional que con la complicidad de las autoridades del gobierno central y la municipalidad local han pretendido despojarlos de sus terrenos para la siembra de caña de azúcar, situación que ha enfrentado, junto a los demás habitantes de la tribu, que sobreviven de la siembra de frijoles, maíz y algunas legumbres.

Los pueblos indígenas de Honduras, especialmente los que están ubicados en las montañas de Yoro, son los sufren, en su mayoría, el olvido de las autoridades, su nivel de escolaridad ronda el tercer grado, no existen servicios de salud en las comunidades indígenas pero si en las que son habitadas por ladinos (Personas de la ciudad que han llegado a vivir a la zona).

116 Asesinatos en Impunidad

El responsable de la oficina del MADJ, en Yoro, Luis Ramos, menciona que el trabajo que se está haciendo es defender y proteger los bienes naturales, y la recuperación de las tierras ancestrales de los indígenas tolupanes, destacando la perseverancia de los líderes y habitantes a favor del medio ambiente.

“La lucha de los Tolupanes ha sido criminalizada, han sido más de 116 asesinatos y todas esas muertes están en la impunidad, en octubre se conmemora, que hace tres años asesinaron a tres compañeros que se encontraban en una protesta y en medio de la gente fueron ultimados. Aún no hay culpables.”

De 1862 a 1864, el sacerdote misionero , Manuel de Jesús Subirana, nombrado “Pacificador de las tribus salvajes de Olancho y Yoro, acompaño a los tolupanes originarios y dejo esas tierras para los indígenas, hablando con las autoridades y logrando se les extendieran títulos de propiedad; con el tiempo, militares y terratenientes fueron acaparando las tierras, la justicia fue despojando poco a poco a los pobladores, la falta de institucionalidad hizo que el INE, entregará títulos de propiedad a personas que no pertenecer a la comunidad Tolupán.

Ramos, concluye pidiéndole a la población que se una a la lucha de los pueblos, que se involucre, que la ciudadanía conozca de cerca los problemas que enfrentan y darse cuenta que ha estos pueblos se les ha dado la espalda.