Expedientes Criminales, nuevamente lo nuevo.

ALG17 agosto, 2017

El proceso de hacer una película sigue siendo desconocido para la mayoría de la población, que solo ve el producto final en la pantalla. Al igual que el proceso para culminar una investigación criminal, que solo conocemos cuando vemos los reportes policiales y judiciales, en los noticieros y periódicos, pero desconocemos el cómo se llegó a ese resultado, ni el trabajo y los sacrificios que los distintos involucrados debieron dar. Ambos procesos (cine e investigación criminal) requieren de una maquinaria compleja y finamente engrasada de formación, financiamiento y producción que le permita funcionar sin tropiezos para bien del resultado final. Si algo, en ese engranaje falla, el producto final, como un barco que encalla al partir, fracasa.

Pocas cosas hay tan dolorosas como el fracaso en un proyecto cinematográfico. Pocas, tan caras para la sociedad, como la impunidad de los criminales.

Ya en Honduras antes se produjo una serie sobre la investigación criminal, en aquella ocasión sobre el trabajo  que el Ministerio Público había realizado desde su formación a mediados de los noventa. Fue en el gobierno de Carlos Flores, cuando Gautama Fonseca era Secretario de Seguridad y se nos permitía a los artistas hacer nuestro trabajo sin juzgar una supuesta lealtad política a un proceso que los políticos traicionaron hace mucho tiempo. Eran los tiempos, llamémoslo, de la promiscuidad ideológica, en donde —desde los audiovisuales— trabajamos con igual empeño para Carlos Flores, Ricardo Maduro o Manuel Zelaya, porque lo que importaba era la producción, la historia, el valor que eso dejaba en un país carente de narrativa cinematográfica.

La serie Historia de Fiscales de 2001 fue una producción del Ministerio Público con el Canal 48 (hoy Suyapa TV) y Solo Cine, dirigida en aquel tiempo por Gina Barahona. La dirigieron Francisco Andino e Ismael Bevilacqua y aunque no muy bien lograda —creo por las condiciones precarias de la producción cinematográfica en el país hace diecisiete años—, queda en la historia como un importante esfuerzo por explicar a la población el trabajo que lleva judicializar un crimen de alto impacto y, definitivamente, como la base de lo que hoy es el cine hondureño.

En aquella ocasión recuerdo a actores de la altura de Hermes Reyez, Carmen Samayoa, Óscar Zelaya, Mariela Zavala o Rafael Amador —la mayoría de ellos con trayectoria en el teatro—, dando lo mejor de sí para hacer una serie que debía cambiar la televisión nacional. Una producción propia, en un país acostumbrado a los enlatados, algo definitivamente atrevido.

Ahora la historia se repite. Nuevamente lo nuevo en la televisión nacional es la producción propia. Nuevamente una serie que busca explicarnos el proceso que los distintos cuerpos que componen las instituciones de investigación criminal y aplicación de la justicia llevan para judicializar un caso de alto impacto.

El país sin embargo no es el mismo. Un golpe de Estado nos dividió y desde entonces todo lo que hace uno de los bandos el otro lo ve como nefasto, ideológico, amenazante. 

Pero los realizadores audiovisuales seguimos en el medio. Con la necesidad de producir un arte que requiere mucho dinero para lograr; con la misma urgencia de generar contenidos propios, que expliquen a la población esta Honduras que si se juzga por las portadas de los diarios nos parece al fondo de un sangriento abismo.

¿Es ideológica la producción cinematográfica? Si, siempre lo ha sido y no solo el cine, la televisión, la literatura, el arte. Desde el más tonto programa de farándula, desde el más burdo noticiero de provincia, hasta la más sofisticada producción de cine, son productos ideológicos que buscan, al final, ganar simpatía para una causa o explicar un proceso. Desconocerlo sería hipócrita, como hipócrita es pensar que el «otro bando», si tuviera los recursos y el talento no haría lo mismo. Porque la televisión es el pan de todos los hogares de este país y la población merece que se les explique quiénes son esas personas que llenaron de sangre nuestras vidas y pantallas.

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La serie Expedientes Criminales, viene a cambiar la televisión nacional trayéndonos producción propia de un género que mantiene lo más altos rating de audiencia a nivel mundial. Eso, amigos, hay que celebrarlo. Porque al igual que en 2001, la población sigue queriendo saber qué pasó en casos como los de Miss Honduras y su hermana, el violador en serie conocido como «el loco Hugo»; la investigación y captura de narcotraficantes como «el negro Lobo».

Tengo entendido que el proyecto Expedientes Criminales inició hace 14 meses, con el objetivo de hacer un contenido televisivo que en 12 capítulos de 45 minutos, mezcle ficción con hechos reales. La idea fue retratar casos judicializados que han sido de alto impacto para la población en general. Casos que se conocieron en la prensa pero permanecen aún en un aura de misterio para todos nosotros.

Se seleccionó una variedad de crímenes que permitiera conocer el trabajo de las instituciones encargadas de la investigación criminal: narcotráfico, bandas del crimen organizado, casos como el del alcalde de Sulaco, «el loco Hugo» y Miss Honduras, entre otros, son los casos que Expedientes Criminales traerá semanalmente a la televisión nacional.

Inicialmente hubo un grupo de  40 casos de los cuales se seleccionaron 12 para esta primera temporada. Producidas por todo el país, en los lugares en donde se dieron los hechos, el staff contó con el apoyo de las instituciones responsables de la investigación criminal. Por eso podemos esperar, que a lo menos la presentación de los hechos, ha contado con una ardua colaboración de los policías y fiscales involucrados y es, desde la verdad jurídica, verosimil.

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Los realizadores esperan que al finalizar la serie la audiencia podrá conocer mejor cómo funciona el sistema de investigación del país y como las nuevas unidades de investigación que se han creado desde hace 3 años con asesoría colombiana y norteamericana han venido a fortalecer la justicia, desde la investigación criminal, que sigue teniendo sin embargo altos grados de impunidad, porque a pesar de los muchos esfuerzos, la realidad desborda a cualquier institución del país.

Seis canales presentarán la serie a partir del 3 de septiembre cuando arrancará el capítulo 1 en canal 11, con la historia del narcotraficante conocido como el Negro Lobo. A partir de allí, esa semana, el capítulo se repetirá en Teleprogreso y su red de 23 canales en todo el país, el día lunes; el martes en GOTV; el miércoles en  canal 8; el viernes en Tv Azteca y el sábado en Vtv, canal 9. Nadie podrá decir que no pudo ver la serie. Porque lo que se quiere es que todos conozcan como se lograron esos casos.

Aún no se hace público el elenco ni el equipo que trabajó en esta producción. Hay casos, que aunque concluidos, siguen poniendo en riesgo a los productores, por lo menos hasta que todos conozcamos y entre todos en el país compartamos el riesgo. Estamos seguros que la selección del equipo y los casos se hizo con los más altos estándares de calidad que este país nos permite y que la serie, Expedientes Criminales, será, al igual que la serie Historia de Fiscales de hace casi dos décadas, un nuevo punto de giro para la producción nacional. Enhorabuena pues, para el cine hondureño.

https://www.youtube.com/watch?v=rA1ZO8hmD3c

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