GANAR PERDIENDO EN EL DEBATE DEL ABORTO

ALG26 abril, 2017

SOBRE EL DEBATE AL REDEDOR DE LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO Y EL DERECHO A DECIDIR DE LAS MUJERES

Lo que estaba previsto desde hace una año, el Congreso Nacional discutió esta semana los artículos concernientes a la penalización del aborto en el nuevo código penal. No hay sorpresas en el tema, los congresistas, haciendo cálculos electorales se declararon pro-vida, las iglesias y medios de comunicación se hicieron un nudo para impedir cualquier tipo de despenalización del aborto y las organizaciones  de mujeres y feministas, nuevamente solas, se dieron a la quijotesca batalla en contra de los molinos de viento de los sectores más conservadores de este país.

Para los que no lo saben, la actual constitución aprobada en 1982 contemplaba el aborto terapéutico por las causales que hoy se discuten en el congreso nacional y fue gracias a la presión que se ejerció desde las iglesias y grupos conservadores que se retiraron esos artículos y se penalizó el aborto en todas sus formas. Nuevamente, 35 años después, la discusión se mantiene en la esfera política sin grandes avances, pese a que a nivel popular parece estar cambiando.

Desde El Pulso hicimos un sondeo de opinión para conocer, desde el limitado espacio al que llega nuestro medio digital, lo que piensan nuestros lectores en torno al tema del aborto.

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Encuesta realizada por Facebook a través de la página de El Pulso entre el jueves 20 y el lunes 24 de abril de 2017.

De un universo de 744 participantes, un 82% apoya el aborto por las tres causales contra un 18% en contra. 65% de ese universo son mujeres. Si bien nuestro sondeo está lejos de considerarse científico por las limitantes que nuestros canales presentan, creemos que coincide en número con los datos presentados por la plataforma Somos Más, en una encuesta de Le Vote, en el cual el 52% del universo encuestador dice estar a favor del aborto en la causal de violencia sexual, un 65% en la cuando peligra la vida y la salud de la mujer y un 69% cuando el feto tiene posibilidades nulas de vida. Más adelante, en este artículo, la feminista del Grupo Sociedad Civil, Jessica Sánchez, desglosa estos números para mejor entendimiento de la razón de ellos.

¿Qué está pasando en Honduras, entre un grupo de políticos hombres y mujeres que cierran cualquier posibilidad de despanalización del aborto en las tres causales y una población que en lo privado dice estar de acuerdo en que la legislación cambie?

Recordemos que estamos en un año de elecciones y los diputados, la mayoría de ellos y ellas en campaña de reelección, temen a la censura de los medios de comunicación fuertemente influenciados por las iglesias católica y evangélica.

Pero el propósito de este artículo no es hablar más sobre lo que ya todos los sectores consideran cosa juzgada. La despenalización del aborto no se dio en ninguna de sus causales, pese al admirable esfuerzo de las organizaciones de mujeres y feministas que no cedieron un tan solo espacio a sus contrincantes naturales en el tema, las distintas organizaciones que componen el grupo anti-aborto.

El propósito es, en todo caso, hacer un balance del gran debate que fue esta contienda, entendiéndola como una batalla más de las muchas que a las mujeres organizadas les ha tocado llevar en una sociedad machista y patriarcal como la hondureña.

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Jessica Sanchez, escritora, feminista.

En el café de la librería de la UNAH, centro natural de debate político e histórico de este país, me reuní con Jessica Sanches y la historiadora Anarella Vélez para hacer un balance del debate en pro de la despenalización del aborto en Honduras. Para Jessica, las bancadas ya cerraron  el debate, algo que sabían que iba a ocurrir.

«Yo creo que uno de los grandes logros de esta lucha, es que se ha hablado del tema de la despenalización del aborto de forma clara y contundente, y que ha tenido un alcance nacional. Todo mundo conoce o ha sabido del debate. Pero también, desde la perspectiva científica, se han dado muchos argumentos se ha sumado más gente, como la asociación de ginecología, incluso algunos diputados, las ecuménicas. Obviamente que no hemos ganado lo que queríamos, aparentemente el debate va a concluir con la prohibición, igual que como estaba, de aborto en todas sus formas. Pero sí hemos logrado que la ciudadanía se abra, que hable sobre el tema, sobre todo los jóvenes, las más jóvenes que están posicionado sus opiniones bajo un criterio bastante ético, científico y no tanto moral. Yo creo que ahí hemos ganado y que básicamente va a ser una pelea para mucho más adelante».

—¿Por qué se abrió ahora el debate si otras veces, cuando se intentó llevar el tema, por ejemplo el año pasado cuando el Zika, no hubo espacio? ¿Qué crees que cambio?

«Nosotras, tanto organizaciones de mujeres como feministas, estamos dando el debate desde hace aproximadamente dos años. ¿Qué cambio ahora? Que ya el tiempo se va cerrando, o sea siempre nos daban como largas “lo vamos a hablar, lo vamos a hablar” pero este es el último debate del código penal y no tuvieron más remedio que abordarlo, porque ya habían manifestaciones, ya habían demandas, ya habían comunicados, alertas internacionales, porque ha sido un proceso bastante cerrado. Ni los diputados sabían el dictamen que nosotras las organizaciones ya teníamos. Ha sido un código que no se ha socializado, que lo están cambiando cada mes, cada quince días, que tiene modificaciones y que no tiene la intención de debatirse en el pleno, o sea se supone que la comisión de dictamen lo hace y que ya se ha discutido y se ha aprobado».

—¿No fue una cortina de humo?

«Alguna gente también de izquierda y de los movimientos sociales decía que esto es el “gran distractor”, que esto es la cortina de humo, yo les decía que cuando se habla de la corrupción o de la MACCIH, nadie dice eso. Eso te demuestra como la agenda del movimiento social y también del movimiento de izquierda, no incorpora el tema de la agenda de las mujeres dentro de su plan de trabajo, su accionar “ah, es el distractor!” como si el aborto no fuera un tema nacional sino que solo fuera un tema de ciertas mujeres».

¿Podemos interpretar eso como la razón por la cual la bancada de Libre no estuvo en la reunión de hoy, cuando gerencia legislativa y la comisión de dictamen se reunió con ustedes para discutir el tema de la despenalización del aborto?

«Podría ser una de las causas, o sea sabemos que hay simpatías individuales, pero no así de fajarse con el tema como de bancada. Acordémonos que estamos en el marco de elecciones y tiene un costo político. Nadie se banca este tema así como se puede bancar la corrupción. ¡Ni siquiera llegamos a un consenso o un entendimiento en el tema de violación!, por ejemplo, una de las preguntas de reunión de hoy fue “aja, ¿ustedes están hablando de niñas violadas? ¿ustedes nos están diciendo que una niña de diez años puede decidir sobre su cuerpo?” ¡Esas eran las preguntas de fondo!, cuando obviamente hay un código de la niñez, hay un tema de patria potestad. Incluso hay expresiones de diputadas que te dicen “hay que ver por qué la violaron.” Te estoy hablando de un tema de misoginia también, y de falta de profesión de la agenda de los derechos de las mujeres a nivel general».

Según estudios cientítficos, entre 1/3 a 2/3 de todos los ovulos fertilizados terminan en aborto espontáneo, muchas veces ocurre tan temprano que la mujer no se da cuenta y asumiría que es su periodo normal.
Según estudios cientítficos, entre 1/3 a 2/3 de todos los ovulos fertilizados terminan en aborto espontáneo, muchas veces ocurre tan temprano que la mujer no se da cuenta y asumiría que es su periodo normal.

—¿Cómo ves la participación de distintas mujeres que entraron al debate públicamente, Melin Eguiguren, Grecia Lozano, Regina Fonseca, que son las que yo pude ver en distintos debates, cómo ves que fue la participación de ellas frente a los argumentos que presento la contraparte abanderados por Pro-vida?

«Los argumentos de Pro-vida ya los conocíamos, no son nada nuevos. Yo creo que ellos sí no estaban preparados para que nosotras fuéramos tan preparadas, porque otras veces nos han agarrado desde la emotividad, hoy llevábamos argumentos científicos, llevábamos historias, llevábamos testimonios, llevábamos ejemplos, casos concretos; diseñamos una estrategia, nos preparamos. Creo que tampoco estaban preparadas, ni aun el cardenal, que gente de su propia iglesia pudiera confrontarlos o decirles “aquí estamos nosotros pensamos esto”. Hemos como abierto una puerta y creo que las intervenciones de las compañeras han sido muy buenas, muy a la altura. Creo que esta vez la pelota ha estado de nuestro lado, si pusiéramos que fuera un debate ganado, ganamos nosotras en termino de argumentos, en temas de peso, en temas de contexto. Ellas siempre se refieren a Estados Unidos, a Europa, o sea a otros países que no son la realidad hondureña. Nosotras tenemos ejemplos de análisis de contexto y yo creo que las compañeras han sido muy, muy valientes, siempre hay esta mezcla entre valentía y decepción verdad, decepción un poco de nuestras autoridades y de las autoridades que hemos elegido porque por muy liberales que sean en otros temas, en este tema en específico resulta que son muy conservadores y conservadoras, entonces si ahora hay una especie de…»

«Que son ignorantes —interrumpió Anarella, que sentada al otro lado de la mesa había mantenido una distancia en la entrevista—, mire ve, por ejemplo nuestras compañeras si demostraron manejar la temática a todo nivel, tanto desde el punto de vista científico como desde el punto de vista ético, y del punto de vista ecuménico», dijo.

«Todas estas argumentaciones manejadas por todas ellas —continuó Jessica—, reflejan el conocimiento y el desconocimiento de los otros, la falta de investigación, la falta de considerar seriamente la temática, que eso es lo que no les permite tener una posición. Tienes una posición que es el producto de la desinformación, entonces vienen repitiendo viejos argumentos, antiguos argumentos, casi medievales que es lo que los ha hecho quedar como han quedado, como unos ignorantes».

Anarella Velez, historiadora, poeta.
Anarella Velez, historiadora, poeta, feminista.

Será también, que ustedes sabían que este debate venia y se prepararon desde hace dos años. ¿Me decís que estas organizaciones no se prepararon, más bien hay como un desgaste de parte de los liderazgos de estas organizaciones, por ejemplo, una Martha Lorena muy desgastada políticamente, distinto a lo que fue en el 2009? 

«Si y sin argumentos, sin discurso político nuevo. Uno dice ¿y que gente joven (de esas organizaciones) a dónde está? ¿y que gente está de relevo? Y una cosa muy relevante, o que a mí me llamo la atención, fue cuando Marta Lorena sacó el feto de plástico en el foro de Canal Diez, y dijo “éste es un feto” y Merly le dijo “no, ese es un pichinguito plástico”. ¿Será que Marta Lorena siempre anda el pichinguito de plástico? Merly le redujo el argumento a que Marta Lorena siempre andas el llavero ahí, la artesanía”».

«La hizo quedar como ha sido siempre, manipuladora de las conciencias» —dijo Anarella que revisaba exámenes de su clase en la mesa.

«Exactamente —continuó Jessica—, porque ponen aquellos videos horribles que salen por pedazos los bebes. Y este tema no tiene nada que ver con descuartizar, porque ellos hablan de descuartizamiento de niños que es diferente, sino que estamos hablando del misoprostol, que se toma y es como un aborto espontáneo. Yo creo, que sí ha habido mucho desgaste de ellos y sobre todo una falta de frescura en sus argumentos, su respuesta ha sido totalmente reactiva».

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Encuesta presentada por la plataforma Somos Más, realizada por la firma Le Vote.

—Vamos ahora a hablar de la población, las encuestas que presentan las organizaciones que forman parte de la plataforma Somos Muchas, que son varias organizaciones, presentan unos números bien distintos en cada una de las causales. A nivel de aceptación popular, el 52% dice estar a favor del aborto en la causal de violencia sexual, un 65% en la cuando peligra la vida y la salud de la mujer y un 69% cuando el feto tiene posibilidades nulas de vida. ¿Por qué esas diferencias en los números?

«Porque estamos en una sociedad en donde la duda está presente en el tema de la violación. Una de las preguntas que nos hizo hoy un diputado fue “aja ustedes dicen que por violación, pero ¿cómo se yo que esa muchacha no esta mintiendo?” Siempre, por ser palabra de mujer, hay una duda. Entonces le dijimos, “bueno esta medicina forense”. “Imagínese que después de que pase el juicio y la denuncia ya el niño tiene seis años”, dijo el diputado y no es así, porque estamos hablando de violaciones. Y en el caso de malformaciones congénitas, las que somos madres podemos sentir en nuestro cuerpo lo que es el dolor de traer un bebe que va a morir, o las que hemos perdido hijos sabemos de ese dolor. Me acuerdo de un caso de Costa Rica, de una mujer que el niño no tenía cerebro, ella pidió una interrupción y la obligaron a llegar a término el embarazo, los nueve meses y el niño vivió tres días y murió. Ella decía, “me obligaron a presenciar la muerte de mi hijo”, eso es fuertísimo, “yo quería evitarle todo el dolor, esos tres días que estuvo ahí llorando, llorando, llorando, yo no podía hacer nada y verlo ahí me angustia y me hicieron un daño a mí y me hicieron un daño a mi hijo”… yo creo que sí podemos ubicar o la gran mayoría en esa situación.

Y bueno para terminar, ¿Qué sigue en este tema? ya el debate se va a cerrar esta semana y vemos que no se va a cambiar la legislación ¿Qué sigue?

«Sigue lo que siempre hemos hecho, la resistencia, seguir luchando, seguir resistiendo. Un caso que a mí me impactó y me parece uno de los más hermosos, es el que hemos tenido con la población de las mujeres lencas. La coordinadora, por ejemplo, de las hormigas, hace años ella es activa de la iglesia y era pro-vida, cuando se le planteó el tema del aborto, al principio y después con casos concretos que se le presentaron a ella a través de la experiencia, ella fue viendo que las que más abortaban eran lencas. Yo me acuerdo de su discurso el año pasado cuando entregó la propuesta y dijo: “miren, si esto pasa las mujeres que van a ir a la cárcel van a ser nuestras mujeres, mujeres indígenas, mujeres pobres, porque son las mujeres que acarrean leña, son las mujeres que jalan agua, son las mujeres que son golpeadas por el esposo, entonces las van a acusar de aborto, se van a ir y las van a acusar de aborto”. Yo no había visto esa perspectiva que mujeres lencas de iglesia que están planteándose,  porque el tema de pro-vida no te escucha, no te está planteando casos concretos. Yo creo que esa es una pista por dónde vamos, o sea, esto sigue, hay que seguir peleando por las tres causales, tal vez por reformas. Sabemos que estamos en un país que no lo va a permitir, pero bueno, esta es la lucha».

Somos-Muchas

«También creo que interviene el hecho de que nosotras en esta época somos más con el acceso a la educación, somos más con acceso a la información y eso hace “Somos muchas” —dijo Anarella y continuó—. Eso hace que las mujeres puedan comprender mejor como hemos venido siendo objetos de manipulación y de uso de argumentos que solamente benefician a una sociedad desigual, inequitativa que nos  excluye, que nos utiliza, que nos explota. Ya las mujeres se dan cuenta de eso y asumen una posición que les permite observar su propia situación con más objetividad y menos a la luz de la moralina religiosa».

«Y yo creo que como producto del golpe que fue toda esta eclosión de los feminismos y de grupos feministas jóvenes, ya tenés a mujeres jóvenes, jóvenes de veinte años, veinticinco años a favor de la despenalización del aborto, eso por ejemplo en mi generación, que tengo un poquito más de cuarenta, no se daba. Nadie, ninguna mujer joven decía “yo estoy a favor del aborto”. Ese es uno de los logros del feminismo y que obviamente tenemos que seguirlo trabajando en todos los departamentos, en todas las regiones, pero por lo menos las redes ya están armadas, discutiendo el tema y esto va para adelante, aunque tardemos 100, 200 años, pero lo vamos a lograr, o sea, nuestra luchas no han sido fáciles, ¿el derecho del voto cuánto se pelió?», pregunta Jessica a Anarella que levanta la vista de los exámenes que revisa_

«Desde 1894 hasta 1955, y no nos escucharon. Pasaron cerca de sesenta años antes de que nos escucharan».

«Ahí vamos, el tiempo que dure y las generaciones que duren».

Termino la entrevista con esa sensación optimista de Anarella y Jessica, sabiendo que este es un tema, como todas aquellas luchas inconclusas en la humanidad, que  avanza poco a poco. Deberá pasar a la siguiente generación de hombres y mujeres y luego a la siguiente, y la que sigue, hasta que por fin se logre.

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