LECCIONES SOBRE LIBERTAD DE PRENSA PARA EL CANDIDATO MIGUEL BRICEÑO

ALG10 abril, 2017

 

ANTEDECENTES JURÍDICOS

La Libertad de Expresión es «una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática». Así lo definió la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985. Es además «indispensable para la formación de la opinión pública» y «conditio sine qua non para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y culturales, y en general, quien desee influir sobre la colectividad, puedan desarrollarse plenamente (…) una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre».

La libertad de expresión es además un derecho humano, consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. De ella deriva la libertad de prensa, que es la existencia de garantías con las que los ciudadanos tengan el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados ni censurados, y que toda persona pueda publicar sus ideas libremente y sin censura previa.

Es obligación de todos en la sociedad cuidar las libertades de Expresión y de Prensa, sobre todo del Estado, responsable último de la protección de los Derechos Humanos; pero también responsabilidad de las organizaciones políticas, partidos o sociedades legalmente constituidas y sus líderes.

El principio 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión advierte que «[e]l asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada».

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Momento en donde el periodista Rony Espinoza era agredido por simpatizantes de Libre frente a la CSJ. Espinoza estaba cubierto el acontecimiento para Radio Globo.

ELECCIONES 2017

En las últimas semanas ha habido un incremento en las amenazas al ejercicio de la Libertad de Prensa en Honduras. Esperamos, sean hechos aislados y no una tendencia que se manifieste en la medida avance el proceso electoral. Ya los meses que siguieron al golpe de Estado de 2009 nos dejaron una sociedad polarizada, en donde elementos de los órganos de seguridad del Estado hondureño y simpatizantes de la Resistencia en manifestaciones públicas descargaban por igual su frustración y enojo en contra de periodistas, por razones asociadas a su labor periodística.

Esas tensiones hoy toman fuerza en detrimento de aquellos medios que adversan la visión oficial de los distintos actores en la contienda presidencial. Porque no es solo la reforma al artículo 335b, aprobada por el Congreso Nacional, que busca limitar el trabajo de los periodistas, sino también las acciones de activistas  y políticos que ven a los medios como enemigos, siempre que su cobertura no les complace.

La semana pasada, en el marco de la audiencia de embargo precautorio contra el expresidente Manuel Zelaya Rosales, miembros del Partido LIBRE agredieron a los periodistas de Radio Globo, Rony Espinoza y Marvin Ortíz, mientras aguardaban la llegada de Manuel Zelaya. Igualmente y bajo amenazas impidieron la cobertura de canal 8 y el diario La Tribuna.

El grupo de activistas de Briceño que intimidaron con insultos a la periodista de El Pulso.
El grupo de activistas de Briceño que intimidaron con insultos a la periodista de El Pulso.

EL CANDIDATO VS LA PERIODISTA

El domingo, apenas cinco días después del incidente de la Corte Suprema, mientras nuestra periodista Nincy Perdomo cubría el proceso eleccionario del Partido Anticorrupción, el candidato a diputado de Libre, Miguel Briceño y un grupo de hombres, ejercieron acciones intimidatorias en su contra.

La intimidación es el acto de hacer que los otros hagan lo que uno quiere a través del miedo. Puede manifestarse como una amenaza física o sicológica, miradas amenazantes, manipulación emocional, abuso verbal, humillación intencional y/o verdadero maltrato físico.

«Estaba tomando fotos de todo lo que ocurría en la sede —cuenta Perdomo—. Briceño estaba en la acera frente a la sede, gritándole cosas a los carros. Yo ya le había tomado fotos con la tablet pero agarré la cámara para hacer más fotos y él me empezó a gritar que cuidadito le tomaba fotos porque me demandaba. Yo soy de prensa, le expliqué, pero él me siguió amenazando, diciéndome que me iba a demandar, “cuidado me sacas una foto”, gritaba».

Evitando la situación y preocupada por el tono amenazante del señor Briceño y sus activistas, Perdomo se trasladó de calle, a donde fue seguida por uno de los simpatizantes del candidato, que inmediatamente comenzó a tomarle fotos con su celular.

«Yo le pregunté que por qué me está tomando fotos y él me dijo que porque yo les tomé fotos a ellos», afirma Perdomo.

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Mesa electoral del PAC, al fondo el grupo de activistas de Libre que amenazaron a la periodista de El Pulso.

Perdomo se identificó como prensa, acreditada por la Agencia Francesa de Prensa y este medio para cubrir el evento del PAC y trató de razonar con el hombre que la intimidaba afirmando que le tomó fotos a Briceño porque él es candidato a diputado y por lo tanto una figura pública, pero lo único que a ellos les interesaba era el carnet que la acredita para cubrir Casa Presidencial.

Nincy Perdomo es corresponsal de este medio en el Congreso Nacional y Casa Presidencial, y está acreditada además por el Tribunal Supremo Electoral y por el Partido Anti Corrupción para cubrir sus elecciones internas. Está además a cargo de la sección semanal de Crónicas Parlamentarias y es una de las escritoras más agudas de Honduras.

«Unos de los hombres que estaba en la paila empezó a gritar que yo era del Estado —cuenta Perdomo—, me decía que fuera a cobrar a presidencial, y me tenían vigilada y andaban cerca de mí».

El grupo de varios hombres rodeó  a Perdomo, grabándola con sus celulares, mientras le gritaban que era infiltrada del gobierno, hasta que la obligaron a gritos a que se fuera.

Nincy dejó de cumplir con su trabajo y aunque el señor Briceño no lo crea, fue por miedo.

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ALGUNOS ANTECEDENTES SOBRE LA SITUACIÓN DE LA PRENSA EN HONDURAS DESDE 2009.

El 29 de junio de 2009, dos periodistas, uno del diario El Heraldo y un reportero gráfico del diario La Tribuna, fueron atacados cuando cubría la manifestación frente de la Casa Presidencial.

El día anterior, tres periodistas del programa “Entrevistado” del Canal 42 fueron atacados por un grupo de manifestantes en contra de golpe de Estado que rompieron sus cámaras.

El 1 de julio de ese año, manifestantes de la Resistencia agredieron también a Carlos Rivera, corresponsal de Radio América en la ciudad de Santa Rosa de Copán.

El 25 de julio, un grupo de periodistas extranjeros habría sido agredido por miembros de la Policía en Danli según lo reportó Wendy Olivo, de la Agencia Bolivariana de Noticias.

Reporteros del diario La Tribuna denunciaron además haber sido objeto de agresiones por parte de manifestantes de la Resistencia en el departamento de El Paraíso. Un grupo de personas habría intentado quitarle la cámara al fotógrafo Henry Carvajal, y cuando el periodista Martín Rodríguez intervino, también le pegaron, al tiempo que los habrían acusado de golpistas.

El 30 de julio, varios periodistas y camarógrafos habrían sido agredidos por integrantes de la Policía en el contexto de la represión contra la manifestación que se celebró ese día en Tegucigalpa. José Oseguera y Luis Andrés Bustillo, camarógrafos del programa “Hable como Habla” de Maya TV, fueron golpeados en la zona del Durazno, en la salida norte de Tegucigalpa el 30 de julio.

C-Libre denunció que Juan Carlos Cruz, periodista de la estatal Radio Nacional de Honduras, fue golpeado y arrestado por la Policía el 31 de julio, porque filmaba un enfrentamiento entre policías y unos jóvenes que conducían una moto sin identificación, en un sector de Comayagüela.

El 5 de agosto, el fotógrafo de diario Tiempo, Héctor Clara Cruz, habría sido golpeado por miembros de la Policía, cuando cubría una manifestación estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Al menos dos policías lo golpearon para evitar que continuara tomando fotos del enfrentamiento entre estudiantes y oficiales, según denunció el diario Tiempo.

El 12 de agosto, Richard Esmith Cazulá, camarógrafo de Canal 36, fue golpeado y dañado su cámara cuando filmaba una manifestación. El reportero señaló que lo habrían golpeado miembros de la Policía.

Ese mismo año, Delmer Alberto Membreño Aguilar, editor gráfico del periódico El Libertador —ahora foto periodista de este medio—  fue secuestrado y agredido durante varias horas por cuatro individuos cubiertos con pasamontañas.

LECCIONES SOBRE LIBERTAD DE PRENSA

La labor de los periodistas se ve afectada en Honduras, constantemente, por amenazas y otras formas de intimidación. Miembros de las fuerzas de seguridad o simpatizantes de LIBRE son tema de preocupación para la cobertura de ciertos medios críticos.

Calificaciones como «Sicarios del periodismo», «cincuentapesero», «infiltrados» o amenazas públicas y privadas: «merecen ser fusilados en plaza pública», «monténles verga», etc., son frecuentes en nuestro trabajo, bien por vía telefónica o electrónica o personalmente, cuando los reporteros cubren las manifestaciones o hechos noticiosos, con el único propósito de censurar nuestra trabajo periodístico.

El candidato Briceño ahora se defiende argumentando que nuestra periodista miente. «En ningún momento la determiné», dice, «solo le pedí que dejara de tomarme fotos».

No reconoce, por ejemplo, que amenazó con demandar a nuestra periodista y ve aislada su actitud de la de sus compañeros de grupo que la rodearon llamándola infiltrada, agente del Estado, hasta obligarla a irse.

Han llegado al punto de exponer su foto en el perfil de Facebook del candidato  Briceño, para denigrarla por su condición de mujer, llamándola «prostituta» o «prepago». Creen, estos señores que acompañan a Briceño, que ser prostituta en Honduras es causa de vergüenza. Ser misógino, señor candidato, sí lo es. Debería sentirse avergonzado de permitir que esos comentarios estén en su perfil de Facebook.

«Yo no miraba a nadie de prensa que pudiera auxiliarme si me pasaba algo —afirma Nincy Perdomo—, no había nadie que conociera, no habían diputados del PAC que podían reconocerme ni nada. El único colega que había allí era de UneTV, que estaba en el grupo de gente que me agredió. Por eso después me alejé», afirma.

La violencia puede darse de forma verbal o por canales electrónicos, cuando se pretende dañar a la otra persona a través de insultos o descalificaciones. Además de producir ansiedad, este tipo de violencia busca dañar la autoestima de las personas y su imagen pública.

Su deber, señor Briceño, como líder, como político y candidato a diputado, lejos de excusarse argumentando que nuestra periodista miente en una supuesta campaña para «dañar su imagen», debe ser, SIEMPRE cuidar por el ejercicio pleno de la labor periodística, de quien sea. No permitir, bajo ninguna circunstancia, que su gente impidan a los periodistas hacer el trabajo que las leyes hondureñas y acuerdos internacionales califican como un Derecho Humano fundamental para la Democracia.

Su deber, señor Briceño, como candidato a diputado, es respetar las leyes hondureñas y el trabajo de la prensa, en todo momento. No tomar actitudes de bandolero.

Acerca de El Pulso

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