LA IGLESIA: «¿CUEVA DE LADRONES?» [3/3].

EGO13 diciembre, 2016

 

«Y les enseñaba, diciendo: ¿No está  escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros las habéis convertido en cueva de ladrones».

San Marcos, 13:17.

La Iglesia, una institución vieja y avejentada, se reinventa, se pone al corriente de las nuevas formas de vida, de pensamiento y de credo a las que históricamente su opuso. Se ha congraciado con ciertos imaginarios relativamente “nuevos” y ha transformado las gastadas retóricas ultraconservadoras que dejaban fuera del Reino de los Cielos a todos aquellos a los que las Sagradas Escrituras condena como pecadores cuyo único destino es el infierno.

En las primeras dos partes de esta crónica sobre la Iglesia de hoy (secularización y Estado laico), hemos expuesto que como nunca antes en sus historia, el Cristianismo se debilita aceleradamente, y que con la pérdida de la credibilidad de sus líderes (sacerdotes y pastores), los niveles de agnosticismo, ateísmo y secularización se han elevado.

La Iglesia del Papa Francisco—en un acto de modernización con respecto a la Iglesia de  Benedicto XVI— entró en un nueva etapa de la cristiandad: la aceptación de las prácticas de la sociedad (ya no sólo las suyas) para sobrevivir y reinventarse, para redefinir sus propios conceptos de moralidad y reagrupar una feligresía cada vez más esparcida y fuera del redil.

El papa Francisco no sólo le ha devuelto un hálito, también ha enfrentado con notable consideración algunos de los temas más enconados en la mentalidad cristiana, viéndolos ya no como pecados imperdonables , sino como acciones que al igual que tantas otras, pueden encontrar misericordia divina. Sus declaraciones sobre la posible admisión del aborto y la homosexualidad, han cambiado radicalmente un discurso cristiano absolutamente conservador.

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La Iglesia ha cambiado su discurso y sus prácticas en favor del cambio de la sociedad. No obstante, en una época de cambios, también modificó sus perspectivas económicas; es decir, se puso al día con el capitalismo. No significa esto que su riqueza sea nueva, o que sus prácticas lucrativas sean novedosas, pues desde su fundación ha sido una institución repleta de prebendas y beneficios económicos. Sólo en el periodo colonial hispanoamericano, la Iglesia disfrutó de innumerables empresas lucrativas como las Capellanías, Cofradías, Diezmo, Primicias, Obras Pías, y otras. Durante el siglo XVIII, muchos de los grandes prestamistas y terratenientes eran los curas.

En este artículo nos referiremos al caso particular de la Iglesia Protestante en Honduras, cuyo número de feligreses se ha multiplicado cerca de un 30% desde 1996 hasta la fecha, en perjuicio de la feligresía católica. La Iglesia evangélica hondureña se convirtió en una empresa dispensadora de productos para la fe y la alienación. Ella encontró las formas de hacer rentable un oficio tan poco lucrativo —en Honduras— como el protestantismo, y muchos de los pastores se convirtieron en negociadores de la fe.

La iglesia de hoy, además de ser una institución para el sosiego espiritual del alma, es una empresa económica: conciertos, discos, libros, talleres, eventos particulares, seminarios, canales de televisión, radioemisoras, centros educativos, etc, etc. Algunas de éstas son dirigidas por nombres conocidos no sólo por esto; también por su constante opinión sobre los asuntos del Estado, en un atentado directo contra sus funciones y contra el Estado laico. Nombres como los de Misael Argeñal, Evelio Reyes, René Peñalba, Oswaldo Canales, han creado prósperas empresas económicas a partir de la fe.

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En un artículo escrito por el líder religioso Mario Fumero sobre este tema, éste ha dicho:

«A lo largo de mi ministerio he visto de todo. Desde pastores inmorales que adulteraban y fornicaban descaradamente, hasta aquellos que se hacían ricos explotando y robando el dinero que supuestamente era para la obra de Dios…Un 40% de los pastores modernos van detrás de la prosperidad y el enriquecimiento a través de una serie de métodos considerados por la Palabra como inmorales y  corruptos. Esta teología de la prosperidad desencadena la mentira, el robo descarado, el tráfico de influencias, el chantaje, la manipulación, el engaño, y el mercantilismo descarado de la Palabra de Dios… He conocido pastores ladrones, engañadores y mentirosos[1]».

En el 2014, el Congreso Nacional derogó la Ley Marco de las Iglesias que había sido aprobada en el 2010, por considerarla incompleta, excluyente y sólo favorable para aquellas iglesias que pertenecen  a la Confraternidad Evangélica[2]. A pesar de que ello buscaba la “protección” de todas las iglesias por igual, la ley siguió favoreciendo a las grandes iglesias, o por lo menos a aquellas con mayor número de feligreses. Recientemente el Congreso Nacional declaró exentas de impuestos a las iglesias y asociaciones evangélicas sin fines de lucro, según lo ha explicado FOSDEH[3]. Aún así, y a pesar de que en efecto las iglesias son fundadas bajo personería jurídica y como instancias no gubernamentales sin fines de lucro, las actividades lucrativas de éstas son de conocimiento público. Esto quiere decir que Honduras, hasta las iglesias quebrantan la Ley.

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En la segunda parte de la entrevista concedida a El Pulso, el pastor José Gabriel Sánchez, un religioso con más de cincuenta años en el oficio de pastor evangélico, ha manifestado:

«Tengo un poco más de cincuenta años de servir a Cristo, y nunca me he arrepentido ni por un momento. Desde que tenía unos diecisiete años le entregué mi vida al señor en uno de los viajes que hacía a lomo de mula con mi padre por el interior del país. Una migo de mi padre nos invitó a un culto que se realizaría en la comunidad de Vallecito, una aldea de Las Lajas, Comayagua, y esa noche acepté al señor como único salvador y redentor y salvador de mi alma. Nunca lo voy a olvidar; fue un 17 de agosto de 1955. En aquello días la gente era mucho más católica, y casi no habían evangélicos en Honduras».

—. ¿Qué opinión tiene sobre la Iglesia evangélica de hoy?

—.«Mire, la iglesia evangélica sigue siendo la mejor opción del cristianismo, no sólo porque es relativamente más nueva que la iglesia católica, sino porque también se ha mantenido al servicio de las personas más pobres y más necesitadas. No digo esto porque yo mismo sea un pastor evangélico; lo digo porque a pesar de los cambios negativos que le han ocurrido a la iglesia, no registra acciones tan perversas como los católicos. Recuerde todo lo que “la gran ramera” le ha hecho a la humanidad: la Inquisición, la persecución de los protestantes, la manipulación de la gente, la acumulación exagerada de riqueza, etc. Pero también hay que decir que es allí donde está la gran falla de la iglesia evangélica de hoy, en el excesivo deseo del dinero, en la transformación de una fe hermosa en una fe comprada. Y no es que ello sea una cosa de hoy, porque si usted lee La Biblia, se dará cuanta que ese fue un problema de siempre. La Iglesia de hoy está fallando en muchas cosas, pero es un tiempo que pone a prueba nuestra fe y nuestra fidelidad con Cristo».

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—. ¿Qué opina de la proliferación de iglesias evangélicas donde abundan las prácticas económicas, cree que Cristo los echaría del templo como en el pasaje bíblico?

—.«La palabra del señor es muy clara cuando dice que Jehová es el mismo de ayer, de hoy y de siempre, y que su palabra permanece para siempre. Esto quiere decir que el señor Jesús no es hombre, y por tanto no es un ser de doble ánimo como lo son los hombres. Por eso, estoy totalmente seguro que si el Señor estuviera físicamente con nosotros, no sólo los echaría de su casa, sino que también los exhortaría al verdadero arrepentimiento. Yo no sé de dónde han sacado que todo lo que la Biblia prohíbe está bien hacerlo hoy, sólo para lograr que más gente venga a las iglesias, con el finde estar llenos de comodidades y de dineros. Si todo lo que la Biblia prohíbe es ahora lícito, entonces hagamos otra Biblia y otra religión. Dios es el mismo, y su palabra permanece para siempre, no se modifica ni cambia con los giros del mundo. Yo he sido ministro del evangelio casi toda mi vida, y nuca permití que mis hermanos me mantuvieran, pues mi padre me enseñó la dignidad del trabajo, y siempre trabajé para vivir. Eso hombres mezquinos e inescrupulosos que salen en la televisión, que viven en mansiones con grandes carrazos, que tienen muchas cuentas de banco y que visten trajes costosos producto de su ministerio, ¡hay de ellos!, dice el señor, porque tendrán que dar cuentas al padre de sus actos. Recuerde una cosa, el señor nos envía a p´redicar su palabra a todo el mundo, pero no a hacernos ricos con sus palabra, al contrario, siempre nos conmina a despojarnos de la riquezas parara ayudar a los necesitados, a los huérfanos, a las viudas y los menesterosos».

Citas al pie. 

[1] Disponible en: https://contralaapostasia.com/2010/06/04/corrupcion-evangelica-%E2%80%93iii/

[2] Véase: http://www.poderjudicial.gob.hn/CEDIJ/Leyes/Documents/Ley%20Marco%20de%20la%20Iglesia%20Evangelica%20de%20Honduras%20(1,2mb).pdf

[3] Disponible en: http://fosdeh.com/exoneraciones/archivo/Informe_Final_de_la_Comici_n_de_Exoneraciones.pdf

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