Por Óscar Borge Mejía*
Muchos se preguntan qué tan cerca está el planeta ante el resurgimiento de algún régimen populista, de consecuencias catastróficas para la humanidad. Un sin fin de acontecimientos políticos parecen encender las alarmas de una historia que aparentemente se repite; el ascenso al poder de Donald Trump (aún pendiente de alguna sorpresa en la votación de los colegios electorales), el crecimiento en simpatías y escaños parlamentarios del Frente Nacional Francés de la mano de Marine Le Pen; el triunfo del Bretix en Reino Unido, el particular lenguaje agresivo del presidente Filipino Rodrigo Duterte, Amanecer Dorado en Grecia, el movimiento cinco estrellas en Italia y la lista sigue en países como Dinamarca, Austria, la misma Alemania, etc.
El populismo parece estar en boca de mucha gente y suele utilizarse con mucha facilidad por parte de políticos para acusarse mutuamente, pero el populismo no es demagogia, ni polarización per se. El populismo es definido como una “thin-centered ideology” ideología delgada, el cual divide dos grupos homogéneos y antagónicos con un discurso que separa buenos y malos, de un lado elites que excluyen política, económica y simbólicamente y al otro lado lo que se le denomina la ciudadanía, el pueblo, los excluidos etc. Dicha construcción cambia de forma radical a la izquierda o a la derecha, conlleva un componente o juicio moral y va acompañado de un liderazgo con tintes mesiánicos y carismáticos. Laclau uno de los más recientes científicos que ha teorizado acerca del populismo nos señala que “la ruptura populista ocurre cuando tiene lugar una dicotomización del espacio social por lo cual los actores se ven a sí mismos como participes de uno y otro de dos campos enfrentados” Laclau también separa el componente peyorativo del discurso en el populismo de izquierda en Latinoamérica, en especial en sus estudios sobre el ascenso del gobierno bolivariano del presidente Chávez en Venezuela.
Por otra parte, el ataque retórico a grupos minoritarios como las comunidades de inmigrantes, de la diversidad sexual y/o otras minorías, es un componente que solo está presente en los partidos de la extrema derecha y junto a alguna excepción en partidos políticos sui generis como el movimiento de Pepe Grillo de Cinco Estrellas en Italia. Es así como el discurso populista de la derecha ataca con elementos discriminatorios y de exclusión racial.
Para entender la contemporaneidad de nuestros sistemas democráticos, hay que decir que en las sociedades post industriales desde la década de los 50´s existe un proceso de decaimiento en los partidos de masas, junto con su suplantación por el partido “catch all”; paralelamente ha iniciado -quizá estemos más allá del inicio- una erosión de los limites sociales tradicionales, lo cual implica un debilitamiento de las identidades colectivas. Cas Mudde otro de los principales teóricos que han ahondado sobre populismo, sostiene que elementos como la inmigración por sí misma no es un componente explicativo del crecimiento de simpatizantes en los partidos populistas europeos, sino el mal manejo de las elites políticas ante el debilitamiento del estado de bienestar, entre otros factores.
También hay que destacar el papel preponderante de la televisión y demás medios audiovisuales en nuestra cultura, el cual ha transformando las campañas políticas de extensas concentraciones y movilización permanente de un partido político a escenarios como una pantalla televisiva, que excluye por una parte la necesidad de un ejército de militantes, sustituye la concentración y el discurso de calle a mensajes o eslogan publicitarios cortos que simplifican el mensaje político; dicha propaganda o simplismos producen un vaciado del propio mensaje y resalta la autoridad del líder o candidato. En otras palabras, donde antes se requería una extensa propuesta en las distintas ramas de políticas públicas -no es que no exista planes de gobierno durante las contiendas electorales, es que su papel pasa a un plano irrelevante- ahora se llena con frases o música pegajosa e ingeniosa. Este proceso de simplificación en el mensaje político dentro de las campañas, ha logrado en países con alto flujo de inmigrantes -como Francia o Estados Unidos- se dirijan ataques a sectores minoritarios.
Las elites históricamente han puesto como chivos expiatorios a los migrantes y más allá, han encausado el descontento social contra minorías; basta ver como la figura de la fealdad en la pintura del renacimiento europeo estaba asociado a rasgos judíos o como las películas hollywoodenses estigmatizó como delincuente a los afroamericanos, los japoneses a los chinos etc. Si a ello le agregamos “que el tiempo en televisión vale oro” y la tecnificación de la publicidad televisiva acorta los tiempos, nos vemos frente a un mensaje político que hace propicio la ligereza y es caldo de cultivo para la retórica populista.
Pero que un mensaje político sea populista tampoco convierte a un candidato en un populista, es cuando su discurso se centra como principal herramienta de mercadeo político; por ejemplo, la retórica anti inmigrante de Donald Trump. En el siguiente mapa he concentrado en una nube de palabras el discurso del 31 de agosto 2016 Phoenix Arizona durante la campaña del candidato republicano a la presidencia de EUA; en él podemos ver como la palabra inmigración -que fue repetida más de 20 veces- destaca visualmente, a la vez que sobresalen las palabras como inmigrantes, criminales, ilegales, Clinton, seguridad, extranjeros, frontera etc. Debo reconocer que Arizona es un territorio fronterizo, altamente conservador y donde el tema de la inmigración es especialmente sensible, con lo cual he seleccionado dicho discurso a propósito; este hecho no resta lo evidente que resulta la xenofobia que promueve el empresario Donald Trump en su discurso.
El ascenso del populismo no es un fenómeno que haya surgido los últimos dos años, la crisis económica vino a dar un vendaval que sacudió los sentimientos nacionalistas de la vieja Europa y este fenómeno lleva ya casi una década. Abajo en la siguiente gráfica se puede visualizar el crecimiento en voto a partidos categorizados como populistas en las elecciones al parlamento europeo desde 1979 al 2009. Las elecciones al parlamento europeo hay que acotar están caracterizadas por una mayor abstención que las elecciones locales de cada país y por una volatilidad del voto hacia partidos minoritarios, en extremos ideológicos y partidos niches.
2009 es una fecha que marca el alce de los partidos populistas en España, Italia, Grecia, Holanda, Suecia; dicha fecha coincide con la crisis financiera del 2008. En las elecciones del 2014 los partidos populistas continuaron creciendo, la dimensión material ha adquirido una especial importancia en torno al voto a partidos populistas. A la vez los niveles de participación electoral han ido en constante descenso, salvo en estas últimas elecciones al parlamento europeo en el que las elecciones del 2014 mantuvieron un 43% de participación, muy similar al 2009 -con la particularidad que con las recientes reformas del tratado de Lisboa, las elecciones del 2014 fueron las primeras elecciones en que se elegía al presidente de la comisión europea, lo cual revestía a dichas elecciones de especial interés-.
El triunfo de Donald Trump (aunque perdió por 2 millones el voto popular, gana por mayoría en los colegios electorales) parece contagiar la retórica de futuros candidatos en Latinoamérica, por ejemplo, el 16 de noviembre el señor Otto Guevara dirigente del partido libertario en Costa Rica en unas declaraciones ante el diario La Nación dijo:
“Ustedes saben y usted diputada Aracelly Segura (PLN), que representa los cantones de la zona norte, sabe de la cantidad de mujeres nicaragüenses que vienen a suelo costarricense a dar a luz, porque esos niños nacidos acá, según nuestra Constitución, son costarricenses. Sin embargo, esa política no es una política que se aplica en todos los países. ¿Quién tiene derecho a las prestaciones sociales? ¿Quién tiene derecho a la ayuda del IMAS (Instituto Mixto de Ayuda Social)? ¿Quién tiene derecho al bono de vivienda? ¿Quién tiene derecho a la beca de Fonabe o de Avancemos, etcétera? Según esta filosofía aplicada ─y es lo que acaba de leer la diputada Rosibel Ramos─ ese ahorro nacional es para los nacionales. Usted, si quiere, puede residir acá; pero usted no se hace acreedor de las ayudas sociales. Es un tema muy, muy interesante, que debería abrir un debate a nivel nacional”.
En México una diputada de Zacatecas a quien la apodaron “lady Trump” Iris Aguirre dio declaraciones de apoyo a la retórica anti inmigrante del candidato electo Donald Trump, al igual que el tema del paso de migrantes centroamericanos por el territorio mexicano parece ser caldo de cultivo en futuras elecciones. República Dominicana es un país con un fuerte incentivo a que aparezca un discurso antinmigrante, ante la inmensa cantidad de ciudadanos haitianos desplazados que viven e inmigran permanentemente, -aunque las próximas elecciones están a 4 años de distancia, 2020-. Y en última instancia y con especial particularidad La Argentina ha sido un país que históricamente ha recibido flujo migratorio de países como Bolivia, Perú y Ecuador; sin embargo, las características culturales y políticas hacen difícil que prolifere un discurso anti inmigrante como centro de una retórica de una campaña de los partidos políticos de derecha.
En el 2017 Honduras y Chile tendrán elecciones generales; en el 2018 Costa Rica, Paraguay, Colombia, México, Brasil y Venezuela. Esperemos que el “éxito” electoral del señor Trump, y las declaraciones de políticos irresponsables como los que he citado en México y Costa Rica sean hechos aislados y no supongan un contagio y el crecimiento de discursos xenófobos en países con bajo incentivo y réditos de abrir conflictos innecesarios entre nacionalismos. Y menos cuando de por medio están personas en condiciones altamente vulnerables, que deben sufrir el suplicio de abandonar su hogar para poder escapar de una vida falta de dignidad para cualquier ser humano.
________
[1] Partidos “catch all” se refiere a partidos que buscan el voto dentro de todas las identidades sociales y políticas, ampliando su espectro ideológico.
[2] La dimensión material del discurso populista, consiste en la exclusión en la participación económica por parte de las elites privilegiadas, a las mayorías excluidas.
Óscar Borge Mejía. Honduro-nicaragüense, abogado, con un master en derecho de las telecomunicaciones y tecnologías de la información en la universidad Carlos III de Madrid y otro Master en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid, especialista en Diseño y planificación de campañas políticas por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset. Diplomático por 7 años del gobierno de Nicaragua en las embajadas de Honduras y España. Ha publicado dos libros de poesía: “Is there anybody out there” en la editorial Paradiso y “Ulises 2016” en Costa Rica por la editorial Casa de Poesía.
