VIAJE AL CENTRO DEL ROCK: MELISSA QUIJADA Y EL NU FESTIVAL

EGO16 septiembre, 2016

Uno, dos, uno, dos, grabando… ¡Dispárame! –Bromea Melissa, apenas enciendo la grabadora.

Qué difícil entrevistar ahora a alguien que se ha dedicado a la producción de radio. –Le digo.

Me da nervios, porque casi no me entrevistan. –Me dice, Meli, quitándose la chaqueta que trae, porque afuera ha llovido.

Llegó julio y por mucho que me fastidie la idea de decirle «hola julio, espero que me tratés mejor que junio», pienso en hacerlo. Pero sólo eso, lo pienso. Lo único cierto es que con la llegada de julio comienza la previa para el NU Festival, esto, nos mantendrá con las ansias a flor de piel todo el mes. Para ir calentando motores eso aunque lo parezca no es un estribillo de una canción de reguetón– le he pedido a la persona que está detrás de todo esto, hablar conmigo del oficio de hacer radio, de cómo se le ocurrió lo del festival y en qué consiste. La idea es acercarme un poco al enorme trabajo que realiza Melissa Quijada.

Meli comienza por definir su trabajo como el de una creadora cuyas ideas terminan siendo plasmadas por otras personas. Y es que su trabajo ha sido aquel que a muy pocas personas atrae, el de la producción, el de estar detrás. Para quienes conocen a Melissa, saben que ella es adicta al trabajo, que no para nunca. Pero dónde comenzó este viaje, cuál es el punto de partida para ella.

Me puedo pasar horas delante de una computadora y a veces se me olvida hasta comer. –Explica sobre su propio trabajo.

Quienes te conocemos, sabemos que sos alguien que no para nunca. –Le digo.

Normalmente, no. Pero sí es importante también tomarse las cosas suaves, he aprendido con el tiempo a tener un poco más de calma, y a analizar un poco las cosas que voy a hacer, a apuntarle un poco más a planes como el NU Festival, por ejemplo, que es algo que estoy planeando la mitad del año.

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Foto: Ariel Sosa.

Casi tres años son ya los que separan a Melissa Quijada de su último trabajo en radio, desde entonces sus inquietudes personales han orientado su trabajo hacia otras cosas, proyectos quizá más personales, quizá más con su propio sello, proyectos que resultan ahora, en ser la acumulación de muchos años de experiencia.

Mi última experiencia ha sido en radios FM. Casi todo mundo cuestionó eso, cuestionó las razones, que si estaba bien, que si era la directora, pero hubieron acuerdos de ambas partes. –Alarga la explicación.

¿Dónde estabas? –La interrumpo.

En Súper 100.

Melissa dice estar satisfecha con su aporte a Súper 100, aporte que ha mutado muy poco desde que ella dejó la emisora, y el legado de Quijada continúa presente.

¿Cuál es tu punto de partida? –Le pregunto.

Yo comencé en el norte, trabajando en radios locales, en Stereo Color fue mi primera experiencia radial. Tenía como diecisiete años, comencé en radio, jugando. Siempre fui fan de la música, era súper rockera, de ésas que vestían de negro y se delineaban los ojos.

Es 1999, y es Stereo Color, allí comienza la carrera de Melissa. Pero también es la música, y la influencia que ésta ejerce sobre ella, lo que para Melissa es el factor que determinó su forma de ser. El hecho de que Meli no sólo escuchara rock sino que ampliara el espectro musical hacia otros ritmos y géneros, la hizo tener un panorama más amplio del oficio de la radio.

1999 era también un año de cambios, era, en sí, el último año del milenio y con el cambio que estaba a las puertas, toda una generación de jóvenes tenía otras expectativas, las de la modernización en una Honduras que caminaba lenta en comparación con lo que los jóvenes estábamos viviendo por entonces. Una generación que estaría marcada porque el MP3 le explota en el rostro y todo se habría con el internet. Para 1999, Carlos Santana sacaba «Super natural», y su single Smooth con Rob Thomas suena en todos lados. El album vende veinte millones de copias. Para 1999 los rostros casi adolescentes de Heath Ledger, Jualia Stiles y Joseph Gordon-Levith invadían la pantalla de los cines en 10 things i hate about you, esto, sólo para ponernos en contexto.

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Foto: Ariel Sosa.

La música resultaría ser la puerta para un mundo hasta entonces desconocido, y conocer de música gracias a que se gastaba todo su dinero comprando revistas y no despegar los ojos de MTV, haría que un productor argentino se interese en la niña que entonces era. Melissa lo cuenta con un halo de nostalgia, y es que aquel 1999, ahora, se ve bastante lejos.

Este señor me llevó a la radio, –continúa Meli–, y hacía un programa a medio tiempo, luego me quedé como asistente de él, y rápidamente fui directora. Creo que fue porque tuve mucha hambre de aprender, mucha hambre de saber cada cosa. Él fue un buen gurú para mí porque me empezó a explicar cuál era el funcionamiento de la radio, me hizo el hábito de llegar temprano, de ser muy entregada, me enseñó la parte técnica. Incursioné en los medios de comunicación de Honduras como una de las primeras mujeres, trabajando en producción, donde es una chamba de hombres. Muchos hombres han tenido rollos conmigo porque no aceptan mi dirección, creen que saben más, o simplemente no quieren seguir la dirección de una mujer, es súper difícil pero igual… conmigo se joden. –Sentencia Melissa.

Melissa ríe al decirlo, y es que su trabajo habla por sí mismo. Y bastará remitirse nada más a él.

Tu nombre suena, ahora, como un referente obligado de algunas cosas aquí en el país, pero, ¿cómo se ve la fotografía hacia atrás?

Pues mirá que hasta me escalofriás. –me dice envuelta en una carcajada y mostrándome su antebrazo izquierdo.

Pero rápidamente vuelve a la reflexión, y no duda en decirme que es el momento actual, un buen momento en su vida, insiste en la música, en su afán de búsqueda, es su no parar nunca.

En los medios siempre he dejado ese ideal, o he tratado, de hacer propuestas locales, y apoyar lo que están haciendo, en 2005 estuve en una emisora local, que eso me abrió muchas puertas, porque había dejado la radio durante un tiempo y me había metido a hacer una esclava de Televicentro. Básicamente Televicentro me absorbió cinco años en los que yo pensé que iban a ser una escuela pero al final terminé encasillada en un puesto, con un cúbiculo, donde mis propuestas eran engabetadas o presentadas por mis jefes…

Dame un ejemplo de esas propuestas que querías hacer y que no se hicieron.

Quería producir en televisión, quería producir programas, quería que mis ideas fueran plasmadas, y nunca me dieron la oportunidad en estos medios grandes…

Algo que hayas querido hacer y que no se realizó…

Varias cosas, como festivales, era como «ah, esta guirra», o hacer propuestas de programas musicales, que siempre ha sido lo mío, pero siempre venían los hijos de los dueños, o los nietos, o los amigos a querer tomar esos puestos, y cuando vi todo eso supe que allí no iba a crecer.

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Foto: Ariel Sosa.

Melissa pone la renuncia a su trabajo en Televicentro, con la sensación de poder ir más allá, con la certeza de que el camino es mucho más largo de lo que allí se le permite recorrer. Más allá de su frustración profesional, decide avanzar, la radio se presenta nuevamente como una opción, y Meli decide vincularse con Magia FM, quienes eran «una emisora que no tenía demasiado presupuesto para invertir», me cuenta Melissa. Magia FM era pequeña pero le permite la libertad de explorar ciertas inquietudes que entonces tenía.

En Magia FM, tuve la oportunidad de hacer mi primer evento, que fue para un aniversario de la radio. –Me explica.

Una de las facetas que muy pocas personas conoce de Melissa Quijada es el vínculo que tuvo con OYE, una organización estadounidense, que en El Progreso, tenían la inquietud de brindarles a los jóvenes algo más que una beca estudiantil. Deciden acercarse a Melissa y a ella le parece un proyecto noble, toman la decisión entonces de echar a andar el proyecto de OYE El Ritmo, una radio online, que dirigida y producida por los chicos y las chicas del programa de becas, sirviera para desarrollar experiencias desde las distintas realidades de los jóvenes. Melissa me dice que este proceso le parece hermoso y en el cual ella aprendió mucho.

Sería bien difícil para mí, volver a una radio FM. –Me explica Melissa, manteniendo cierto misterio, necesario, acerca de un proyecto en el que está trabajando, y que promete será muy bueno, pero del que no me dice más.

Cuenta Melissa que una de las grandes dificultades del trabajo de producción es poder conseguir los presupuestos para realizar los eventos. Esto, porque las marcas en el país apuestan por bandas covers o por aquellos proyectos que llenan estadios como los Conciertos Mastercard. Espacios como el NU Festival, es otra cosa, es más una apuesta por las bandas emergentes. Melissa apuesta por mantener la identidad del proyecto porque no es vender lo que le interesa, sino que el espacio siga manteniendo el carácter que hasta ahora tiene, el de ser una plataforma para los proyectos de música emergente hondureña y de la región centroamericana.

Pero lejos de las dificultades económicas que un proyecto como el NU Festival conlleva, hay quienes sí apuestan por las ideas de Melissa, y cierto eco ha recibido del Museo para la Identidad Nacional. El MIN desde EduMIN, ha generado el espacio que Melissa y el NU Festival necesitan, el espacio físico y la ayuda económica mínima para su realización.

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Foto: Ariel Sosa.

Creo que he tenido suerte, no sé si es suerte o el resultado del trabajo, pero he tenido gente que cree en mis ideas, y cuando digo «gente» hablo también de instituciones como el Museo para la Identidad… que cada locura que se me ocurre la han estado apoyando. Con el NU, ellos son los principales auspiciadores, hemos crecido juntos, en un evento que es aliado a ellos. Apoyan mucho en la parte administrativa, logística, técnica y me dan un respaldo, siempre bajo una idea y una dirección, ellos respetan esta parte y esto me encanta que no me quieran imponer a un artista porque sea amigo. Todo se está haciendo de una manera muy profesional.

¿Cómo comenzó esta idea de los festivales, después de Súper 100?

No. Desde que estaba en Super 100 ya había empezado con mi sello que es Dos M, ya había empezado a proponer algunos eventos.

Contame cómo surge Dos M…

Dos M surge simplemente con la idea de querer ser algo más allá de una productora o un sello que apoyara la música emergente, que trabajáramos con artistas en la creación y distribución de materiales, de carpetas, de portafolios que no tenían, y de hecho el NU ha venido a seguir con esto.

Melissa me cuenta que con el NU Festival se le da continuidad a muchas de las ideas que estaban en proceso con Dos M, pero también lamenta que los artistas hondureños no estén acostumbrados a ciertas formas de trabajo porque en Honduras no existe una industria, no existen estudios profesionales y esto imposibilita representar a artistas. Me habla de la figura del tour manager.

¿Pero entonces qué hacés, representación artística, movés bandas?

La idea, el experimento de ser un sello y trabajar con un roster de bandas o un portafolio de bandas, ya se me quitó, porque yo vi que las bandas están desinteresadas, en algún sentido, son muy pocas las bandas que están trabajando profesionalmente y es un poco complicado porque no te están dando algo par reaccionar, no están dando algo para crear un mercado, hay bandas con las que sigo teniendo una buena relación, pero he quedado más como manager para un mercado hacia afuera, para jalarlos a un mercado afuera. Creo que estamos en prueba, de allí nace la idea del festival, que con el festival nace una plataforma de intercambio…

El NU Festival se realiza una vez al año, con la idea de hacer actividades durante todo el año, tras el festival Melissa me cuenta que luego llegan las presentaciones de las bandas que participaron en la plataforma, es decir, que el NU Festival permite un intercambio real entre los músicos de las escena emergente de la región centroamericana.

y sí, sigo trabajando con todo el mercado independiente que quiera tocar en vivo o trabajar en algún proyecto de promoción, pero manager directa de nadie no soy, no ha habido una banda que se haya dejado manejar profesionalmente.

¿Qué implicaría que vos fueras manager, desde tu punto de vista?

Ay, ocuparía mucho tiempo y andar detrás de la gente, y organizarlos, entonces, la verdad es que me gusta más la idea de ser un tour manager, que es el que mueve a las bandas, es el que hace el buqueo, eso me gusta más, porque creo que es lo que más puedo dar de mi tiempo. Con esto no estoy culpando a las bandas, no te quiero decir que es culpa de las bandas, sino que es parte de un montón de cosas que van a ir cambiando de a poco…

La escena de ahora es incipiente, ¿podrías decirlo así? –Le interrumpo el viaje.

Bastante, también indiferente a trabajar de una manera organizada. Aquí como todos son amigos de todos sólo se dicen «ey vos, vení a tocar…», entonces, ya no ocupan un manager, el dueño del bar los contacta directamente, no les quiere pagar, no hay una industria. –Sentencia Melissa.

Luego me explica que en algunos países de Centroamérica la industria de la música está mucho más avanzada, en donde si se contacta a una banda, te remiten a su manager, dando así al manager el papel importante que se merece.

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Foto: Ariel Sosa.

¿El músico también es productor y manager? –Le pregunto.

Es falta de costumbre… son muy pocas bandas las que realmente tienen manager. Yo podría ser manager de tres o cuatro bandas de acá, pero realmente lo que hago es apoyarlas, el rol de manager local no funciona. En el caso de Simon! que es la que tengo un poco más cerca, me parece que Simón! es una banda que está cada vez encontrándose a sí misma y buscando cómo profesionalizarse, invirtiendo en estudio y trabajando bien, a ellos les voy a hacer una gira, creo que todo su esfuerzo ha merecido salir, es una banda que está lista para salir. Pero te pongo un ejemplo: el bar X llama directamente a la cantante y le dice, «queremos que toqués en nuestro evento, ¿cómo es el acuerdo?» …y no hay un mercado realmente, no hay dinero, no hay industria, no hay mucho que hacer, el rol del manager es un poco ridículo.

Al escucharla hablar así de fuerte no evito hacer las comparaciones, y es que en literatura, el rol del editor es también ridículo, porque los autores son diagramadores, editores, diseñadores. Quizá es que estamos enfrentando un época en la que todos hacen todo y las especializaciones son anacrónicas.

¿Hay más gente intentando hacer lo que vos hacés?

Pues… no sé… –Sonríe y encoje de hombros, casi como en una gesticulización corporal.

¿Y sí vale la pena? Te lo digo, porque sí es una locura invertir dinero y tiempo en productos nacionales. ¿Vale la pena arriesgar al producto nacional? –Y al preguntarle esto pienso en los libros que edité de autores hondureños y que ahora están allí en un closet, porque no hay mercado, porque no hay industria, porque la poesía no vende, casi es una pregunta como un reproche personal.

Sí, sí vale la pena pero en función de industria, todavía se está formando, aquí no hay quién te compre discos en cantidades, no hay dónde colocarlos, no hay estudios discográficos y carecemos todavía de un montón de cosas que van en proceso, como estudios, salas de ensayo. He viajado por la región y he visto la diferencia, incluso el interés de los artistas, vos contactás a un artista tico y te contesta inmediatamente, él o su manager, y te mandan todo, contactás a un artista de Honduras, y te dicen «esperate, en la noche de que u…», entonces vos ves la diferencia y lamentablemente yo no quisiera que hablemos mal de la escena, es más bien, la parte buena y la parte mala, porque después se quejan. He tenido que lidiar con un poco de todo, con un poco de niñadas, con un poco de ego, con un poco de despije, un poco de desorganización y simplemente eso, displicencia, no querer verlo como un proyecto, pero también he visto mucho talento, que son muy buenos, que cada día quieran grabar aunque no tengamos muchos medios, muchos estudios, muchas radios nacionales que pongan la música. Entonces, todo esto, es algo que he venido analizando, para ver qué es lo qué voy a hacer en un futuro cercano, y a veces uno ocupa algo de reseteo.

¿Cómo hacés el reseteo?

Viajando, saliendo a conocer qué es lo que están haciendo otras gentes, viendo, buceando en internet bandas, escuchando y cada vez me sorprende el talento de la región centroamericana y por eso decidí desde que estaba en radio sonar música nacional. La última radio donde estuve no sonaba música nacional y ahora es una de las pocas ventanas para la música nacional.

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Foto: Ariel Sosa.

Una llamada telefónica la interrumpe, porque mientras conversa conmigo tiene que estar pendiente del celular para coordinar las muchas tareas que en este momento asume para realizar la edición de este año del NU Festival.

¿Cómo definís el NU? –Le pregunto para retomar lo del Festival.

El NU empezó como un proyecto piloto, realmente. Yo le planteé a Juan Carlos Fernández, que es el director de EduMIN, «mirá, quiero hacer un festival, tengo muy poca plata, con las bandas nacionales, producirles…» y a él le encantó, siempre ha sido muy abierto con las ideas que le hemos presentado.

La primera edición del NU Festival se llamó «NU, micro festival alternativo, nuevas tendencias de la música hondureña», con esta primera edición se comenzó a dar cuerpo a una plataforma que en su tercera edición parece avanzar hacia la consolidación de uno de los proyectos más interesantes que la música nacional alternativa tiene a disposición para mostrarse, en donde el público puede realmente conocer la nueva escena de la música nacional.

Afiche NU Festival-2016

Para poder ser parte del NU Festival, las bandas deben reunir ciertos criterios de selección que son evaluados por el equipo del festival a través de la convocatoria abierta que está disponibles desde los espacios en redes sociales del NU Festival y el MIN. Las bandas deben ser proyectos recientes para ser considerados propuestas emergentes, deben haber grabado una producción discográfica recientemente y tener mercadería nueva para poder exponer y vender, esto, además de llenar el formulario de inscripción.

Este año, la edición del NU Festival tendrá a Llevarte a marte de Panamá, Momotombo de Nicaragua, Madame Gruv de Honduras, Polifacetik de El Salvador, Manyula dance club de El Salvador, KIN de Guatemala, Axis, los amigos de la geisha de Honduras, Cosmopoli jet de Guatemala, Spaceman de Honduras, Los tatunga de Costa Rica, además de los lives sets a cargo de Bartosz Brenes de Costa Rica, Chu 5 de Honduras y Primal pulse de El Salvador. Esta edición del NU Festival tendrá en las NU Sessions a Monokrom de Honduras, Barzo de Costa Rica y Jon T de Honduras.

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