…Por Jose Raul Aleman
Después de tres intentos para iniciar el diálogo entre autoridades de la UNAH y los estudiantes universitarios agrupados en el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), hemos visto cómo los acercamientos entre las partes se han roto. No ha habido una intención sana de la rectoría en llevar a cabo un diálogo de manera sincera, hemos asistido a un espectáculo de tácticas dilatorias propia de la mesa de crisis durante el golpe de Estado, desde el rechazo de los integrantes de la comisión mediadora del MEU como Miriam Miranda e Ismael Moreno, hasta la absoluta negativa a tratar el desistimiento de la persecución judicial que hace el Ministerio Público a petición de la UNAH.
Es un hecho que tarde o temprano la persecución penal a los estudiantes tendrá consecuencias para las autoridades de la UNAH, requerimientos por violación a los deberes del funcionario público, violación a derechos humanos, abuso de autoridad, uso de recursos del estado con fines distintos al indicado y esto lo decimos por la millonaria campaña que ha montado la UNAH con fondos públicos, al pasar un spot televisivo en contra del MEU, contando la Universidad con medios de comunicación propio.
El hecho de que la rectora Julieta Castellanos tenga más de una semana de no salir a luz pública y no estar presente en los intentos de acercamiento sólo puede obedecer a una táctica dilatoria.
La idea de la UNAH es extender el tiempo que dure la crisis para cerrar el periodo académico y desarticular el apoyo que ha recibido el MEU por parte de los estudiantes.
La crisis no difiere mucho a la del año pasado, la diferencia estriba en que el MEU ha logrado articularse mejor.
La toma de las instalaciones universitarias parece ser un requisito y a veces también está representando un obstáculo para destrabar los diálogos.
El MEU bajo el pretexto circunscribir la problemática de la UNAH a solo los espacios físicos de la la Universidad, ha dejado por fuera a otros actores que podrían apoyarle y hacer presión en sus objetivos particulares.
El hecho de que se haya penalizado a más de 85 estudiantes da pie a que se involucren todos los organismos de Derechos Humanos.
Que el Ministerio Público persiga a los estudiantes a petición de parte, da el camino para dónde se debe visualizar parte de las protestas estudiantiles.
Que la UNAH gaste millonarios recursos en anuncios televisivos debería de poner al MEU exigiendo una investigación al TSC sobre el manejo de fondos de la UNAH usados con estos fines y sin licitación alguna.
A mi modo de ver, el MEU tiene más plataformas donde luchar con la misma fuerza e imaginación que ha sostenido hasta ahora.
La Rectoría busca prolongar la crisis e involucrar al gobierno en la solución de esta mediante el uso de la fuerza y la intervención de la UNAH por parte del gobierno.
El MEU debe replantear su estrategia, no sus objetivos. Debe apelar a la solidaridad de los movimientos sociales y al deseo sincero de resolver la crisis, si es que alguna vez lo ha tenido la Rectora, que ha hecho de esto una plataforma para sus aspiraciones políticas.
