ENTRE EL MECENAZGO Y EL NARCOTRÁFICO

EGO24 abril, 2016

José Carlos Caguayos: Humano, demasiado humano.

PaÉl y PaElla no fue únicamente un restorán ubicado frente al mercado Guamilito, sino un hogar, un punto de encuentros y desencuentros, de intercambios artísticos y de concienciación sociocultural. De noche se convirtió en un refugio cultural ante la proliferación de centros comerciales a la manera norteamericana. El estilo de vida de los seudo-espacios de consumo donde el entretenimiento y la comida rápida y chatarra rigen quedaba del otro lado del portón. En 2009, cuando los espacios culturales desaparecían y la comuna artística carecía de un lugar de reunión, apareció, por fortuna, La Maison Maya. El proyecto de la Casa de la Cultura había sido un fracaso en la administración de Sunceri y los fondos destinados para su realización fueron malversados. A diferencia de Tegucigalpa y otras ciudades de occidente, San Pedro Sula carecía de bares que tuvieran en su misión y visión la de incentivar las diferentes manifestaciones artísticas. Para acceder al club nocturno, había que obtener la membresía, la cual se ofrecía gratis a los artistas, no así a personas particulares. Con anterioridad hubo una pareja de suizos que abrieron un bar con similares características y que tuvo por nombre Klein Bohemia (Kultur café).

El 22 de abril de 2016, día Mundial de la Tierra, un día antes de la conmemoración de los cuatrocientos años del Miguel de Cervantes Saavedra, en el restorán PaÉl y PaElla fue asesinado José Carlos Caguayos, quijotesco peruano que, según muchos de los post en la página de Facebook de La Masion Maya: «contaba con un espíritu grande y luminoso». Las despedidas son muchas. Los lamentos aún mayores. La consternación todavía estremece a sus amistades y a la clientela. El bar había cerrado meses antes por disposición de la municipalidad. El restorán estaba inscrito en una categoría diferente a la de centro nocturno, que por ordenanza municipal todo establecimiento debe cerrar y dejar de vender bebidas alcohólicas después de las 2: 00 am. El lugar se convirtió entonces en una casa de reunión únicamente para los amigos y antiguos clientes. Al momento del asesinato, solo habían cuatro personas adentro.

Según las declaraciones de un testigo protegido a las cuales El Pulso tuvo acceso, desde hace varios días Caguayos no tenía puesto su chip en el celular y solo estaba funcionando con sus redes sociales.

Algunos medios reportan que el asesinato ocurrió en la madrugada, lo cual ha sido desmentido. La manipulación de la noticia responde a una extraña justificación sobre la relación resultante de la asociación de dos términos comunes en la alta tasa de homicidios que aqueja al país: «madrugada» y «delincuencia». Su significado no tendría otro que «validar» de manera tácita lo ocurrido. Por otra parte, se asegura que el asesinato ocurrió antes de las 10 p.m. Según declaraciones: «Rondaban las siete de la noche, cuando al salir un joven del lugar, irrumpieron seis tipos, lo golpearon. José pidió negociar en el suelo, le dieron un tiro de arma de grueso calibre en la cabeza y quedó tirado, al lado de su sofá, en un mar de sangre».

José Carlos Caguayos
José Carlos Caguayos

Publicaciones en Facebook de quienes lo conocieron al asesinado le desean «salud y eternidad eterna». Otros mensajes demuestran el cariño que le guardaban sus amistades: «donde quiera que estés, abandonando tu alma el cuerpo, tu grandeza estará siempre en nosotros». «Él fue una buena persona con todos y todas, lo queremos mucho y lo extrañaremos un chorro. José, gracias por todo lo bueno que fue conmigo y con todas esas personas que usted ayudaba de todo corazón.» «Gracias por llevar magia y arte a ese maldito pueblo». Otros opinan que José Carlos fue «Semillero de la nueva generación de músicos y artistas underground en San Pedro Sula».

«No mataron a nadie más. A uno de los muchachos lo golpearon fuerte. Los policías se lo llevaron para interrogarlo. Luego lo dejaron libre.» dice el testigo a El Pulso.

En la primera calle, en el parque Valle de San Pedro Sula, quedan ubicados El Museo de la Naturaleza y una posta policial, donde antes funcionaba la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. La zona donde está ubicado el restorán PaÉl y PaElla es muy concurrida. Queda en frente el mercado de Artesanías del Barrio Guamilito, muchos bares, entre ellos Sport Bar, y antros disfrazados de car wash.

«La policía estaba a una cuadra», relata un testigo que estaba en la terraza de Sport Bar. Otra fuente nos asegura que «estaban a dos cuadras. Ellos sabían. La policía llegó casi de inmediato». ¿Pero podría la policía saber qué ocurría dentro del establecimiento? La zona se caracteriza por tener alta contaminación acústica: potentes equipos de sonidos y la voz de quienes comparten y conversan entre ebriedad.

En bar restorán contaba con un sistema de cámaras de vigilancia, las cuales fueron robadas. Los asesinos no dejaron evidencia. Según otra fuente, una persona que estuvo en PaÉl y PaElla el día miércoles, él había recibido un arreglo floral y lo tenía sobre un banco a la par de la mesa dentro de su oficina: «Le dije: Maje, qué pedo ¿y ese arreglo? Me dijo: Nada, me lo regalaron, me lo vinieron a dejar. Yo le dije: Maje pero ese es arreglo de muerto. Él lo miró, rió y me dijo: Sí, ¿verdad? A lo mejor es un mensaje.»

El dueño de PaElla vio  a los sujetos que entraron, pero no logró huir. «La puerta de su oficina la forzaron y entraron».

Años atrás, La Maison Maya, el club nocturno de PaÉl y PaElla, sirvió como una especie de Casa de la Cultura. Hubo una gran actividad artística. Queda registrado en periódicos, afiches y otras publicidades el apoyo que brindó a las artes y la cultura. En 2012 apoyó el Primer Festival Nacional de Poesía Clementina Suárez. Entre sus visitantes estuvieron reconocidas personalidades: Pompeyo del Valle, José Adán Castelar, Rafael Murillo Selva, el académico costarricense Adriano Corrales, músicos y bandas musicales de todo el país; poetas, narradores, pintores;  apoyó entusiastamente lecturas de poesía, presentaciones de libros, conferencias, exposiciones de pintura, grafiti y muralismo, danza, espectáculos de mimos, homenajes como el recital poético a los 43 alumnos desaparecidos en Ayotzinapa. Centro de comunión entre feministas, defensores de los derechos humanos, artistas, albergue para artistas que venían de fuera. El 15 de abril se presentó la novela del narrador capitalino Dar Barahona: Un Dios Underground.

Amigos de la víctima nos aseguran que también para esas fechas era frecuente ver desfilar diariamente patrullas policiales, que se detenían frente al portón negro del bar, mientras esperaban que José Carlos saliera a conversar con ellos.

«En esa zona comenzó a cobrarse el impuesto de guerra y llegaban personas a ofrecer mariguana al dueño del bar. Y, como en muchos casos de la historia de la humanidad, siempre hay un lado oculto, en La Maison se consumía mariguana y José Carlos la compartía y vendía a sus clientes», cuenta un amigo de la víctima que pidió no ser identificado por temor a las represalias.

Maison Maya

La pregunta que deberán responder las autoridades es si su asesinato se debió a que el dueño de PaÉl y PaElla se negó a distribuir la droga o si fue una disputa territorial por venta de droga, ya que una semana antes asesinaron también en la calle del bar a otra persona. ¿Crimen organizado?

Hubo una época de esplendor y una de decadencia. La Maison Maya vivió ambas. El tema del consumo de mariguana es un tema controversial en el mundo. Es legal para fines médicos, y legal para recreación en algunos países. El expresidente de Uruguay José Mujica la despenalizó, mientras en la actualidad el presidente de México, Enrique Peña Nieto avala la legalización de la mariguana medicinal, y según La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en su estudio anual Informe Mundial sobre las Drogas detalla que los mayores consumistas del mundo pertenecen a los países desarrollados.

Y así como el Premio Nobel de Literatura Gunter Grass confesó en sus memorias haber militado en la SS. Y el Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, también tuvo un pasado de militancia nazi, José Carlos también fue parte de esa dualidad, y dejó un legado: el de la amistad y la franqueza, el de la bondad y el sueño de vivir del arte, que podemos abstraernos del consumismo, encontrar espacios de diálogo y reflexión; amor por los animales y la naturaleza, respeto por la diversidad cultural y sexual, podríamos mejor entender su faceta al acercarnos al personaje del clásico del cine, Don Vito Corleone, de El Padrino, sobre la protección de su familia: sus amigos y los artistas. 

«Por supuesto, como bar, también se organizaban fiestas electrónicas, entendiendo el respeto a la diversidad cultural y artística, donde la tolerancia debe ser parte de la vida cotidiana de un ciudadano.», agrega otro entrevistado.

Como decía un poeta francés Aragon: «Nada es para siempre, ni el amor ni su sombra, y cuando uno extiende los brazos para abrazar la libertad, una cruz se dibuja en su sombra»

José Carlos, de origen peruano, nómada, que visitó Europa y deleitaba a sus amigos con sus historias, amante de la gastronomía cuyas especialidades eran la paella y el ceviche peruano, entre otros platos, hombre sensible y de buen corazón, galante que obsequiaba rosas a las mujeres que visitaban el bar, que encantaba cuando hablaba en francés, de pelo blanco, cano, cejas negras, defensor de los derechos humanos y culturales, es el 17 gobernante de la dinastía Maya, después de Yax Pasaj, José, el humano, el paisano de César Vallejo, que imitaba al anciano Dios L, siempre fumando, esperemos que haya engañado a los señores de la muerte, como cuenta el capítulo X del Popol Vuh, a lo Hunahpú e Ixbalanqué con su luciérnaga encendida, y que resplandezca al final de la batalla, cuando todos sus amigos reunidos le digamos «hermano, te amo tanto», hechos todos un «quipu», esperando que “se incorpore, lentamente, y abrace al primer hombre y se eche a andar.”

Su cuerpo será entregado el día de hoy por Medicina Forense a su amigo Manual Araque, según fuentes, y en las redes sociales circula la petición de colaborar monetariamente para darle un entierro digno.

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