WHITNEY GODOY, UNA MIRADA SOBRE LA CARAVANA MIGRANTE

EGO19 noviembre, 2018

Whitney Godoy, fotoperiodista hondureña, acompañó la primer caravana migrante que salió el sábado 13 de octubre de San Pedro Sula y que ahora esperan en la frontera de Tijuana, entrar a los Estados Unidos y que su caminata no haya sido en vano.

Pero a Tijuana la caravana llegó fragmentada, en parte por el trabajo de organizaciones como ACNUR, ONU y CNDH, que se apropiaron de la caravana, según nos cuenta Godoy. En Ciudad de México comenzó la división, algunos se fueron, otros se quedaron; mientras Donald Trump los espera con el ejército cercando la frontera y algunos mexicanos no los quieren allá, ellos siguen en espera de que suceda algo que les permita iniciar ese sueño americano por el que han caminado tanto.

¿Cómo fue tu experiencia en la caravana?

La experiencia ha sido muy gratificante, he podido sensibilizarme más con la situación del país, verlo desde otro punto de vista, compartir con los compatriotas hondureños y centroamericanos que van en esa ruta que es muy difícil.

He sentido que el trabajo ha valido la pena, que el trabajo ha podido evidenciar lo que está sucediendo en el país que no solamente es el contexto de pobreza y la falta de oportunidades, sino también evidenciar la política, muchas personas me decían que huían por las cuestiones electorales que habían sucedido en noviembre, también evidencia el rechazo con el gobernante Juan Orlando Hernández.

¿Dijiste que todo se comenzó a arruinar a partir de Ciudad de México porque se involucraron organizaciones, qué hicieron esas organizaciones para que la caravana se dispersara tanto?

La mayoría de los migrantes solo permanecían un día o dos en un lugar, luego se iban, al llegar a Ciudad de México pensaron que pasaría lo mismo; estar un día e irse, pero no, pasaron varios días en ese lugar, los tenían ahí supuestamente para que llegaran todos y salir juntos.

Las organizaciones tomaron bastante partido porque estaban UNICEF, ACNUR, la ONU y CNDH, estas organizaciones que estaban a cargo en México tenían bastante cobertura preguntándole a la gente si querían asilo o participar en otras cosas, mucha gente se acercaba a las carpas, daban su información y otras no. Esas organizaciones hicieron que las gente se dividiera porque les decían que no les iban a dar transporte y que más adelante era más peligroso todo, la gente sentía temor, algunos se regresaban, otras se quedaban en México.

Eso creó una división porque la gente pensaba que iban a haber más oportunidades en México pero no fue así, porque es verdad que había comida, lugares donde dormir, pero no les dieron transporte, que era eso lo que pedían, tener la posibilidad de transportarse de una forma segura hasta la frontera de Tijuana, pero no se logró.

El tiempo que estuvieron en Ciudad de México hizo que muchas personas salieran en grupos pequeños; de 300 o de 100 iban saliendo, otros se fueron en un tren que los iba a llevar cerca de Querétaro. Eso dividió la caravana, por eso algunos ya llegaron a Tijuana y otros no. También hubo una división de opiniones porque había mucha desinformación, porque no había un líder que guiara, la gente lo que quería era transporte, no propuestas de asilo en México o de regresar a Honduras.

Foto: Whitney Godoy, el Perro Amarillo.

¿Como ves el aprovechamiento político de la caravana?

El gobierno de turno decía que los integrantes de la caravana eran pagados por Manuel Zelaya Rosales, otros que eran terroristas o delincuentes, al gobierno de turno no le servia de mucho que se dijera que los integrantes era en su mayoría de hondureños.

Hubo un aprovechamiento de ambas partes porque unos decían que era culpa de Manuel Zelaya Rosales y el otro por decir que es por la condiciones del país, se quedaron en ese juego de estar culpándose y no buscar soluciones para esas personas. Creo que es lo que debió importar, no quién financiaba eso, buscar soluciones para esa gente porque ese trayecto es muy peligroso y estar pensando en cuestiones políticas le arruinaba todo a todos, porque la gente allá no confiaba en Manuel Zelaya Rosales ni en Juan Orlando Hernández.

Cuando Juan Orlando llegó a Guatemala la gente le dio la espalda, se sentaron de espaldas al lugar en el que supuestamente estaba para que sintiera el rechazo porque también por situaciones políticas la gente huye.

¿En qué momento se debilitó la caravana, al irse en grupos pequeños y no en el grupo grande?

Ya cuando estaban en territorio mexicano, la caravana pasó por esos lugares del sur de México bien fuerte, pero era bien difícil mantener a 7 o 8 mil personas caminando a un solo ritmo, porque las mujeres con niños no iban a caminar igual que las personas que iban solas o las que pedían jalón.

El problema fue llegando a Ciudad de México que comenzó la división en grupos, porque el grupo mayor no avanzaba, algunos hombres se fueron en tren.

¿Qué fue lo más triste que viste?

Fue ver a las personas aglutinarse en el puente del río Suchiate, la gente se golpeaba unos contra otros, lloraban, suplicaban que abrieran los portones, por la condiciones, la temperatura de unos 40 grados, no había comida ni agua, eso afectó la salud de las personas, ver personas desmayarse, a niños llorar, estar casi muertos, eso me impactó y creo que fue difícil porque creía que podía morir ahogada por esa avalancha de personas.

Foto: Whitney Godoy, el Perro Amarillo.

Según lo que te dijo la gente ¿cuáles fueron sus causas para irse en la caravana?

Una importante cantidad de gente se fue por la falta de empleo, porque han tenido 4 o 5 años desempleados y han migrado; otra parte por la pobreza y esto tiene que ver con la falta de empleo porque no existen las condiciones para poder sobrevivir y también por la violencia, hay mucha gente que le han matado a sus familiares. Conocí a una señora de 77 años a la que le mataron 4 hijos, tiene 6, dos de ellos están es los Estados Unidos, huye porque los 4 hijos que le mataron tenían un negocio, denunciaron que los estaban extorsionando, los pandilleros cayeron presos, pero lograron salir de la cárcel y mataron a sus hijos, ella huye con su nieta, un buen grupo huye de la violencia.

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