«UNA TRAGEDIA QUE NO MERECÍAMOS»

EGO3 junio, 2019

«Nadie merecía esta tragedia, ciertamente no los hombres y mujeres cuyas vidas se extinguieron cruel y fríamente el viernes por la tarde», dice The Virginian Pilot, el diario de Virginia Beach, dos días después de un tiroteo en un edificio del municipio local que dejó 12 personas muertas y ​cuatro heridos, tres en condición crítica.

Como en todos los casos anteriores de ataques masivos con arma de fuego a ciudadanos inocentes, quedan las preguntas de las familias separadas para siempre de sus seres queridos, de las autoridades investigando los motivos, y del público impactado por el daño a sus comunidades y sus ciudadanos.

¿Cómo sucedió?, ¿cómo se puede prevenir otra tragedia?, ¿qué llevó al atacante a cometer semejante violencia sin sentido?, ¿cómo ayudar a los afectados?. Son algunas de las preguntas que se reflejan en los diferentes comentarios de la gente, las autoridades y la prensa.

De acuerdo con la policía, un hombre armado disparó a una persona en un automóvil fuera de un edificio del gobierno en el Centro Municipal de Virginia Beach antes de proceder al interior, donde disparó contra trabajadores públicos, ciudadanos, policías y cualquiera que estuvo en ese lugar y hora.

«Este es el día más devastador en la historia de Virginia Beach», dijo el alcalde Bobby Dyer en una conferencia de prensa el viernes. «Las personas involucradas son nuestros amigos, compañeros de trabajo, vecinos y colegas».

El sospechoso, que tenía 40 años y trabajó en el departamento de servicios públicos de la ciudad durante 15 años, recibió un disparo de la policía y murió en el lugar. Los investigadores esperan saber qué le llevó a su decisión de ir a su lugar de trabajo armado con una pistola de calibre .45 y asesinar a sus compañeros de trabajo.

«Cuando el hombre armado irrumpió en el Edificio 2, estaban en las últimas horas de una semana de trabajo, poniendo los toques finales a las cosas antes de salir por la puerta a la familia, a los amigos y a la promesa del fin de semana con los brazos abiertos. No hicieron nada para ganar su terrible destino», dice el editorial de The Virginian Pilot.

«Sus seres queridos tampoco merecen el futuro al que han sido sentenciados, uno de tristeza, de ausencia y de preciado recuerdo. Necesitarán la fuerza de la vida, el amor y la compasión de su comunidad, unidos en apoyo, para soportar la angustia de todos los días por venir» concluye el diario del pequeño balneario del estado de Virginia, marcado por siempre ahora como otro lugar en la lista cada vez más larga de tiroteos masivos en Estados Unidos.

La ciudad de Virginia Beach ha pedido vestirse con azul el lunes 3 de junio para honrar a las víctimas del tiroteo. «Únase a nosotros para vestirnos de azul el lunes 3 de junio para honrar las vidas perdidas el 31 de mayo y mostrar su apoyo a las víctimas y sus seres queridos», dice un mensaje en el portal de la ciudad en internet.

El presidente Donald Trump afirmó el sábado por la mañana en Twitter que habló con el gobernador de Virginia, Ralph Northam, y con el alcalde y el vicealcalde de Virginia Beach para ofrecer condolencias.

“El gobierno federal está allí, y lo estará, para lo que necesiten. ¡Dios bendiga a las familias y a todos!”, agregó.

También ordenó que las banderas de Estados Unidos sean colocadas a media asta hasta la puesta del sol del martes.

150 años de experiencia combinada

Cuatro ingenieros que trabajaban dando mantenimiento a calles y protegiendo pantanos. Tres de ellos trabajaban en derecho de paso revisando los límites de propiedad. Entre los otros había un trabajador contable, un asistente administrativo y un coordinador de proyectos especiales. En total, sumaban más de 150 años trabajando para el municipio de Virginia Beach.

Estos 11 funcionarios municipales y un contratista murieron el viernes cuando un colega abrió fuego al interior de un edificio municipal. Un día después del tiroteo, autoridades municipales buscaron honrarlos al compartir sus puestos y años de experiencia en una sombría presentación de diapositivas.

“Dejan un vacío que nunca podremos llenar”, dijo el empleado municipal Dave Hansen, quien trabajó durante años con muchos de los fallecidos.
El jefe de policía, James Cervera, identificó al agresor como DeWayne Craddock, empleado municipal de 15 años e ingeniero en el departamento de servicios públicos de la ciudad. Se negó a comentar sobre el motivo del ataque, que terminó con la muerte del agresor en un tiroteo con la policía.

Los empleados municipales sólo mencionaron su nombre una vez y dijeron que no lo volverían a mencionar.

Joseph Scott, un técnico en el departamento de servicios públicos, dijo que trabajó con Craddock y tuvo una breve interacción con él el viernes, cuando se cruzaron en el sanitario de hombres unos cinco minutos antes del ataque.
“Estaba ahí cepillándose los dientes, algo que siempre hacía después de comer”, dijo Scott. “Yo dije, ‘Oye, ¿cómo estás? ¿Qué harás este fin de semana? Fue sólo una breve conversación”.

Scott dijo que concluyó su jornada laboral justo después y se enteró del tiroteo cuando un colega y luego su hijo le llamaron para preguntar si estaba bien.

Uno de los fallecidos, Christopher Kelly Rapp de Powhatan, disfrutaba la música escocesa y se había unido a una banda de gaitas a finales del año pasado. Otra víctima, Mary Louise Gayle de Virginia Beach, fue descrita como una “mujer súper dulce” que siempre tenía una gran sonrisa.

Los otros empleados asesinados fueron identificados como Tara Welch Gallagher, Alexander Mikhail Gusev, Katherine A. Nixon, Ryan Keith Cox, Joshua O. Hardy y Michelle «Missy» Langer, todos de Virginia Beach; Laquita C. Brown y Robert «Bobby» Williams, de Chesapeake; y Richard H. Nettleton de Norfolk. La otra víctima, Herbert «Bert» Snelling de Virginia Beach, era un contratista que estaba en el edificio en busca de un permiso.

Últimos desarrollos

Hasta el sábado por la tarde, tres víctimas de disparos permanecían en el Hospital General de Virginia Beach Sentara. Todos estaban estables, dijo el Dr. Martin O’Grady, jefe de trauma de la institución. Dos de las víctimas tenían lesiones «significativas», pero se espera que sobrevivan, dijo. El médico describió las heridas de la otra persona como «devastadoras».

Un cuarto paciente en el Hospital General de Sentara Norfolk estaba en estado crítico.

El sábado por la mañana, amigos de las víctimas, extraños y autoridades locales y estatales se reunieron en el estacionamiento de un teatro de la ciudad para recordar a los fallecidos y a los heridos. Varios cientos más se reunieron en una vigilia organizada por la iglesia Lifehouse Virginia Beach.

Otras 100 personas acudieron a la iglesia Bridge Church en el área de Princess Anne más tarde en el día. Fueron las primeras de muchas vigilias y homenajes programados para los próximos días.

Se cree que el ataque del viernes es el tiroteo masivo más grande del país desde que una docena de víctimas murieron en un restaurante de California a fines del año pasado.

El administrador de Virginia Beach, Dave Hansen, dijo que la ciudad brindará asistencia a las víctimas sobrevivientes, a las familias de los muertos y a sus empleados. El edificio 2, donde ocurrió la carnicería, se cerrará indefinidamente. Mientras tanto, algunos servicios de la ciudad tendrán que ser reubicados.

«Ese edificio va a tomar un poco de tiempo para reabrir», dijo Hansen.

El edificio de obras públicas de Virginia Beach, en el complejo municipal, es un campus de 44 hectáreas con aproximadamente 30 edificios de ladrillo de estilo renacimiento colonial tipo Princess Anne. Ese edificio está apenas a unos 100 o 150 metros de la sede de la policía. El área está rodeada por Nimmo Parkway y West Neck, North Landing y Princess Anne.

En el complejo trabajan unos 2.000 empleados. Como la mayoría de los edificios públicos, el edificio donde ocurrió el tiroteo es abierto al público. Por lo general alberga unos 400 empleados, informa The Virginian Pilot.

El sospechoso no había sido despedido

Los rumores de que el sospechoso DeWayne Craddock había sido despedido de su trabajo no eran ciertos, dijo el jefe de Policía James Cervera, pero se negó a decir si había sido objeto de acciones disciplinarias o problemas en el trabajo.

El domingo las autoridades informaron que Craddock había renunciado a su trabajo en una carta, horas antes del tiroteo. La renuncia del sospechoso fue confirmada por primera vez por el administrador de la ciudad, Dave Hansen, quien dijo que el aviso de dimisión fue enviado por correo electrónico.

Durante una conferencia de prensa, las autoridades de Virginia Beach dijeron que están investigando cómo la renuncia del sospechoso, puede darles pistas sobre un posible motivo para el crimen.

«Hemos abierto una investigación, que está en su tercer día. Esto incluye establecer un motivo», dijo Hansen. «Sea si ¿el estatus de empleo tuvo algo que ver con esos eventos? Eso será parte de la investigación», señaló.

La policía recuperó dos armas adicionales del apartamento de Craddock la noche del viernes, dijo un funcionario de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. Ambas armas encontradas en la escena se obtuvieron legalmente, una en 2016 y otra en 2018, dijo el agente.

Los investigadores no saben si se había dirigido a algún empleado en particular, dijo Cervera. El jefe policial describió como el sospechoso disparó mientras se acercaba a la gente en el edificio.

Craddock había vivido en la región durante años. Se había alistado en la Guardia Nacional de Virginia en abril de 1996 después de graduarse de la Escuela Secundaria Denbigh en Newport News, según Cotton Puryear, un portavoz de la Guardia Nacional de Virginia.

Desde al menos 2008, ha tenido una licencia de ingeniería profesional de Virginia, según los registros estatales, pero no está claro cuándo comenzó a trabajar para la ciudad. Todavía el sábado por la noche, su número de trabajo y correo de voz aún estaban activos.

Desde al menos 2012 hasta al menos marzo de este año, tuvo algunas responsabilidades públicas en el Departamento de Servicios Públicos, que proporciona servicios de agua y alcantarillado.

Su ex esposa se negó a hacer comentarios. Vive en el extremo este de Durham, Carolina del Norte.

El sospechoso vivía solo en el piso de arriba de una unidad de unos 12 edificios de apartamentos multifamiliares de dos niveles cerca del bulevar Virginia Beach, en el aislado vecindario de Adkins Reserve. Muchos de los que viven allí sabían poco o nada sobre el pistolero.

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021