UNA HISTORIA DE INFILTRADOS Y POPULARIDAD

EGO9 octubre, 2018
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¿Sos un policía infiltrado?

Norman Mondragon responde que no, pero su discurso -que no da pausas para la compresión- parece que lo traiciona.

Es jueves, 13 de septiembre, nos encontramos en un centro comercial, la temperatura de 32º, quizá por eso llega con un sombrero de mimbre, camisa manga larga y sonriendo.

A veces se contradice. A veces las palabras salen de su boca más rápido de lo que su pensamiento puede procesar. Titubea. A veces cuenta de más, a veces es un policía otra vez.

Sus relatos no carecen del realismo mágico-político de las crisis hondureñas.

La primera vez que lo ví fue el 30 de julio, en el hotel Marriot de Tegucigalpa, en la visita In Loco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la mesa dedicada al tema de la inseguridad ciudadana y respuesta estatal, ahí expuso su situación: expolicía, -cuasi mártir- pero no un perseguido político por la institución a la que había servido.

Vende su historia: personaje ignorado por las organizaciones de derechos humanos.

La cita la confirmó con hora militar: a las 14 horas -costumbre policial- del día jueves 13. Norman Mondragon un expolicía de tránsito llega varios minutos tarde. A las 2 en punto me avisaría del retraso, la excusa: caminar unos 3 o 4 kilómetros, desde el barrio (La) Canaan cerca del cuartel de los Cobras hasta el centro comercial Nova Centro (bulevar los Próceres).

Flaco, moreno, mide casi los 1.65 o 70, siempre sonriente, con un sombrero de mimbre, camisa manga larga a cuadros negros para evitar las quemaduras por el sol, pantalones jeans grises (desteñidos) una mochila con un sticker de Berta Cáceres visible para todos lo que caminan atrás de él, pero que parece recién pegada porque no se adhiere bien al material de la mochila.

Foto 6 de septiembre, centro Loyola evento de La Coalición contra la Impunidad.
Foto: Fernando Destephen. 6 de septiembre, centro Loyola evento de La Coalición contra la Impunidad.
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Una historia de infiltrados

En la película de Martin Scorsese The Departed, Jack Nicholson interpreta a Frank Costello un criminal de la ciudad de Boston, Massachusetts pero también es un informante del FBI (un infiltrado), que es descubierto en uno de los giros argumentativos que tiene la película que cuenta una historia de infiltrados AKA: sapos, pichadores, chismosos.

La película de Scorsese muy poco tiene que ver con el Frank Costello real, conocido como el primer ministro de los bajos fondos, Consigliere y uno de los mafiosos con más influencia en los Estados Unidos como jefe de la Cosa Nostra.

El Frank Costello de Scorsese es un soplón del FBI, un criminal basado en Whitey Bulger una ex figura de la delincuencia organizada en el sur de Bostón, Massachusetts.

Norman no es un delincuente organizado, pero se sospecha que puede ser un policía infiltrado en el movimiento social. Me cuenta sus modernas historias de caballería. Las palabras se atropellan para salir de su boca:

“Estaban reprimiendo en el bulevar del este, salida a la Lima, entonces yo me opuse delante de ellos, incluso hay una entrevista en la que dije lo que estábamos haciendo estaba malo y que no estaba de acuerdo, eso me valió para que el subcomisionado Robert Nain Núñez me mandará a traer y me custodiaran hasta las oficinas de tránsito -la central- y con orden de que me quitara el uniforme y que no me dejaran salir de las instalaciones». Norman contra el sistema, el parto de un policía mediático.

En esa ocasión salió por la intervención del Comisionado Nacional Derechos Humanos (CONADEH del que más adelante dirá que no responde a intereses que no le convengan al Estado) ese día también mataron a un policía en el Progreso: Maikin Enoc Ramírez Meza, «herido intentaba detener a una turba enardecida que incendió una posta policial en El Progreso», así lo describen en el diario La Prensa del día 22 de diciembre del 2017. Se anunció por parte de las autoridades que Maikin sería declarado un héroe policial. Norman sería detenido una vez más.

Cuenta historias de valentía, de cuando encaraba a los comisionados y les decía que él no iba a cumplir las ordenes de reprimir al pueblo -palabra muy famosa en el lenguaje técnico de las protestas desde el 2009- durante su servicio en San Pedro Sula, lugar que le fue asignado al salir del Instituto Tecnológico Policial.

De aquí en adelante comenzó a caerse el posible futuro en la carrera policial. La excusa para separlo de la policía fue reestructuración, no fue depurado aunque dice que la depuración es un instrumento para deshacerse de los buenos policías como el, y dejar a los malos, a las mafias.

Foto cortesía: Facebook Norman Mondragón.
Foto cortesía: Facebook Norman Mondragón.

Norman dice y es aquí en donde comienza su discurso en contra de las organizaciones de derechos humanos:

“Hay un tipo de discriminación contra los que fuimos policías un tipo de recelo por parte de algunas organizaciones de derechos humanos propueblo contra personas como yo que de alguna forma servimos a la República ejerciendo la ley como policía nacional”.

Norman trata de perfilarse como un héroe en la cronología popular de las luchas sociales hondureñas a partir del 2009, con sus actos de desafío a la autoridad y por denominarse un defensor de los derechos humanos, pero no será reconocido en ningún de los dos lados en disputa, al menos no como su excompañero muerto Maikin Enoc.

-¿Sos cachureco?
No. Jamás. Cachureco jamás.

Norman puede asegurar que lo han catalogado como un policía infiltrado en el movimiento social y también como un cachureco, pero niega serlo como sería natural negar algo que se sabe dañino en un ambiente poco amigable con la oficialidad de un gobierno.

Norman habla mucho, dice poco, sus historias -revueltas a veces- no concretizan, le preguntó cuál es su intención con aparecer en casi todos los foros, conferencias de prensa y cualquier evento de protectores de derechos humanos para decir que esos organismos no se preocupan por los expolicías -su caso- y de la violación a los derechos humanos dentro de la Policía Nacional. Contesta:

“Que vean la persona humana y no solo la víctima que no busquen víctimas para ayudar a una persona”

Norman fue policía durante once meses, en ese tiempo dice que fue víctima de un entrenamiento que en nada ayuda a la estabilidad mental de un policía “lo que es la violencia física y psicológica es usada en la Policía Nacional como un método para formar carácter”.

Una tradición de los viejos tiempos de la policía cuando eran parte de las Fuerzas Armadas; el maltrato, el formar carácter en base a violencia injustificada, para Norman ese mal proceso de inducción lo reflejan los policías al salir a las calles “por eso el policía desde que llega a las calles tiene esa alteración del súper ego, de que por ser policía todo el mundo debe arrodillarse, es una actitud mediocre que le enseñan en las instituciones policiales que no es ninguna de servicio”

Norman habla alto y fuerte, a veces le falta claridad.

¿Cómo consideras el trato que te dieron las organizaciones de derechos humanos cuando les pediste ayuda?

Pésimo. Hay un tipo de discriminación o recelo con los policías. En los informes que presentan las organizaciones de derechos humanos de instituciones que violentan los derechos humanos no se menciona a la dirección de policía, se habla de como los policías violan los derechos humanos de los demás pero no se habla de como dentro de la policía como se quebrantan los derechos de los miembros.

La hipótesis de Norman sobre el por qué no le ayudaron en el Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH) o en el Comité de Familiares de Desaparecidos en Honduras (COFADEH) es porque estás instituciones buscan víctimas y el al no ser una víctima no le abren las puertas.

Foto cortesía: Facebook Noman Mondragon: Yorleni Marquez, Norman Mondragon y Berta Oliva.

¿Sos un policía infiltrado?
No lo soy, no lo soy, pero como no llego como una víctima llorando no me hacen caso.

Norman tiene pruebas de reuniones con Berta Oliva; fotos y audios de las conversaciones, dice que para documentar su proceso de solicitud de ayuda a estas organizaciones por si le sucede algo a él. Norman se cuida de los defensores de derechos humanos.

Cuando le preguntó cuál es su intención contesta que las organizaciones regresen a su enunciado primigenio: la defensa de los derechos humanos, antes de que existan víctimas:

“Que vean la persona humana y no solo la víctima que no busquen víctimas para ayudar a una persona, que se adelanten a los hechos como derechos humanos, recuerde que los derechos humanos no nacieron para las víctimas, nacieron para las personas usted dende que nace ya nace con derechos no necesita que se los violen para que se defiendan sus derechos.”

Para poner en contexto todo lo que cuenta Norman avanza y retrocede en el orden de los sucesos; cuenta las historias de heroísmo en sus días de policía, sus estrategias para la toma de posesión de Juan Orlando Hernández; organizar a 200 policías…

¿Para qué?
Para dejar pasar la gente al Estadio.

Antes de concretar esta aventura revolucionaria agentes de la Dirección Policial De Investigaciones (DPI) llegaron al Instituto Tecnológico Policial (ITP) a “quitarle los objetos a *Yorleni Márquez que era la coordinadora de Tegucigalpa para ese proyecto para el que venia yo, ¿qué significa eso? Que ellos ya conocían el proyecto del 27 de enero, ese día llegaron al ITP a buscar a esta muchacha que estaba organizando otra revuelta en Los Cobras, esa era nuestra intención”. Cuenta con cierta nostalgia.

Me dirá que es porque en su grupo habían infiltrados, sapos dice él y por eso no se concretó su plan para el 27 de enero y por el que viajó desde San Pedro Sula con su uniforme y pistola escondidos en la mochila. La que ahora tiene un sticker de Berta Cáceres. El plan para la toma de posesión del 27 de enero era un boicot en el que participarían como observadores. El primer molino que encontraría Norman.

Yorleni Marquéz es la complice de Norman, ella vive en los Estados Unidos se fue obligada por las circunstancias al ser una parte importante de un complot desde las entrañas de la Policía Nacional: reactivar la huelga de los Cobras, la que se dio el lunes 4 de diciembre del 2017, de la que salieron con un aumento salarial y de la cual la justificación mediática fue: que ya no querían participar en la represión contra los manifestantes, noticia que se esparció como el rastro de la pólvora.

A Yorleni le darían de baja luego de una investigación y bajo la justificación de ser por reestructuración administrativa. Huyó a los Estados Unidos.

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La versión de Wilfredo Méndez

Norman Mondragon asegura que ni el CIPRODEH ni el COFADEH le han ayudado, pero al consultarle a Wilfredo Méndez director del CIPRODEH dice que Norman se negó a la ayuda que ellos le ofrecieron “pareciera ser que hay otra intención de parte de él en razón de desprestigiar a las organizaciones de derechos humanos” dice Méndez en una conversación telefónica en la que me explica el acercamiento que Norman tuvo con ellos. Norman está más interesado en “una denuncia pública, en posicionamiento público y ese tipo de cuestiones eran las que más le importaban a él” cuenta Méndez.

A Norman el CIPRODEH le ofreció la opción de salir del país por el nivel de riesgo de su caso, él se negó, porque no era su interés, él quería “que ayudaramos para conferencias de prensa para que contactáramos a periodistas y el andar diciendo su relato”, dice Méndez. Lo que seria una especie de juego mediático

Según la hipótesis no aceptada por Wilfredo Méndez muchos consideran que Norman sí es un policía infiltrado en el movimiento social pero no hay pruebas de que sea cierto, se maneja a modo de sospecha y se mantienen las distancias que permite la diplomacia.

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Volvamos con Norman

¿Cuánto tiempo tienes de no trabajar?
5 meses.

¿Cómo te mantenes?
Me mira fijamente, sonríe y contesta: soy un hombre ahorrador, soy un hombre que me pagaban 12 mil Lempiras al mes, de esos 12 mil, 3 mil eran para mi mamá y lo otro para el banco, no tengo mujer, no tengo hijos, no soy vanidoso, la ropa me la han regalado, mis mismos compañeros me regalan ropa.

Preguntas de rutina en un país en el cual según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) el 68 por ciento de la población poco más de seis millones de personas está en la pobreza, de ese 68 por ciento el 44 por ciento o sea 3.9 millones de personas viven en pobreza extrema. El subempleo es del 56 por ciento y del total de asalariados, el 75 por ciento recibe menos de la remuneración de subsistencia.

Norman es un ser ahorrativo en un sistema caníbal, sobrevive caminando y con ropa regalada.

¿Qué tipo de apoyo buscas de las organizaciones de derechos humanos?
Por lo menos un apoyo legal que examinen mi caso, hasta donde se le quebrantaron los derechos humanos al policía Mondragon en la institución policial y fuera de la Policía Nacional como derechos humanos porque bien sabemos que el CONADEH no responde… el CONADEH es una institución que no responde a intereses que no le convengan al Estado… (7 segundos de silencio y repite) Lo que le corresponde al CONADEH hasta dónde me quebrantaron mis derechos humanos dentro de la policía y hasta donde me los quebrantaron ahora que estoy fuera de la policía, eso es lo único que les pedí.

Norman Mondragón está en Tegucigalpa por intervención del Consejo Noruego porque a pesar de ser conocido en San Pedro Sula el riesgo que tenía allá es mayor, no se siente seguro en Tegucigalpa, pero no aceptó la ayuda ofrecida por CIPRODEH de sacarlo del país porque “yo llevo en la sangre todo esto, eso es lo que me reclama mi mamá, yo no podría vivir en paz fuera del país sabiendo lo que está pasando”.

Norman en algún punto confunde la labor del defensor de derechos humanos con la de un activista y mezcla las acciones de defensoría con el activismo de los comandos insurreccionales y las decisiones de la cúpula de Libertad y Refundación al enfrentar la crisis política del país.

Los molinos seguirán moviendose y Norman seguirá en su cruzada; un defensor de los derechos humanos no oficial que exige se investiguen las violaciones de derechos humanos que sufren los policías, mientras rechaza los ofrecimientos de ayuda de las organizaciones que visita. Otros seguirán creyendo que es un infiltrado, él seguirá contando sus historias en los foros y apariciones públicas.

¿Sos un policía infiltrado?

No lo soy, no lo soy.

*Se buscó la opinión de Yorleni Marquez a través de Facebook pero no constestó.

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