TEGUCIGALPA. La administración Trump decidirá el próximo mes si renovará el Estatus de Protección Temporal (TPS) para casi 60,000 hondureños, lo que deja a la puerta de la deportación a miles de compatriotas que se verían forzados a volver al país. De cumplirse los peores pronósticos al respecto, los problemas económicos y de inseguridad alimentaria en Honduras podrían empeorar. Trump, para «solucionar» un problema en Estados Unidos, estaría agravando la situación hondureña.
Los Estados Unidos otorgaron a los hondureños el TPS en 1999 después del huracán Mitch, lo que les permitió a muchos compatriotas permanecer en el país sin temor a la deportación. TPS otorga a los inmigrantes un estatus legal en los EE. UU. para trabajar y pagar impuestos, debido a las condiciones en su país de origen, como una guerra civil o un desastre natural. Desde el huracán Mitch, los EE. UU. ha renovado el TPS para los hondureños 13 veces.
La administración Trump que mantiene una fuerte retórica anti inmigrante, ha dicho reiteradamente que buscará revocar el TPS para algunos países, afectando a hasta 300,000 personas del Hemisferio Occidental. Además de Honduras, el TPS actualmente se extiende también para haitianos, salvadoreños, nicaragüenses, entre otros.
El presidente hondureño Juan Orlando Hernández ha pedido a la administración Trump que continúe el TPS para los hondureños «honestos» y «trabajadores» en los Estados Unidos. Se espera que Trump tome una decisión al respecto a principios de noviembre, 60 días antes del 5 de enero, fecha en donde vence el actual estatus de protección.
Trump prometió en su campaña política y ha sido parte de su retórica como gobierno, tomar medidas enérgicas en contra de la inmigración, sin embargo en junio, en el marco de una conferencia en Miami sobre seguridad en el triángulo norte, la administración Trump se comprometió a apoyar al desarrollo de las naciones centroamericanas.
Honduras, por su parte, no está preparada para recibir a los miles de hondureños que volverían al vencer el TPS.
Aproximadamente 4 mil millones de dólares al año son recibidos en Honduras desde el exterior. Casi una quinta parte de su PIB proviene de las remesas de la diáspora, aunque no se sabe cuánto proviene directamente de los beneficiarios de TPS.
La afluencia de personas fuera de Honduras se debe principalmente a la inseguridad económica y alimentaria, según un reciente informe conjunto de la Organización de Estados Americanos, el Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones. La directora en jefe del Programa Mundial de Alimentos, Judith Thimke, dijo que el regreso de los receptores de TPS a Honduras podría complicar el trabajo que ya están haciendo sobre el terreno para combatir estos factores de migración.
Heide B. Fulton, Encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa, dijo que el gobierno de los Estados Unidos respaldará programas que ayuden a las personas a tener éxito en su tierra natal.
«Apoyamos los esfuerzos de Honduras para mejorar la seguridad, crear un crecimiento económico de base amplia y combatir la corrupción porque a los hondureños les interesa que puedan imaginar su futuro y el futuro de sus hijos aquí en Honduras», dijo Fulton. «Si Honduras puede ser un socio aún más fuerte en el comercio … todos nos beneficiamos».
