«Tony Hernández» y la institucionalidad hondureña

EGO24 septiembre, 2019

A pocos días que se lleve a cabo en una corte extranjera el juicio contra Antonio Hernández,
ex diputado del Congreso Nacional y hermano del Ex presidente del Poder Legislativo y ahora
Presidente de la “república” Juan Orlando Hernández.

Muchas expectativas giran alrededor del sonado juicio empezando por Juan Orlando
Hernández quien en los últimos días ha realizado una gira en medios de comunicación afines a
su interés, pretendiendo desligarse del asunto que afecta a su hermano, repitiendo la frase
cacareada por el mismo que “nadie está por encima de la ley”. La preocupación del “papá de
los pollitos” como diría en su momento Mauricio Oliva, resultaría natural si el involucramiento
de este solo fuera por su condición de hermano y no por su investidura de Presidente de la
Republica de Honduras, de donde se desprende que es el hondureño mejor informado y en el
orden jerárquico es el jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras. Además, se suma a la
preocupación del titular del poder ejecutivo, la acusación del también preso en territorio
estadounidense Alexander Ardon ex alcalde de El paraíso Copan, quien menciona, haber
financiado la campaña política de Hernández Alvarado.

El ex parlamentario, hermano del jefe del poder ejecutivo, junto a Alexander Ardon forman
parte de una amplia lista de hondureños que han sido sentenciados, próximos a judicializar y
otros que aún están en lista de espera, en una corte de justicia extranjera; hondureños que, en
la Corte Suprema de Justicia, Ministerio Publico, Fuerzas Armadas, Secretaria de Seguridad y
otras instituciones nacionales no han sido requeridos. Evidenciando el secuestro de estas
instituciones.

En la población hondureña también ha despertado expectativas el juicio de “Tony” creyendo el
pueblo en su nobleza, qué un posible involucramiento de Juan Orlando Hernández de como
resultado la caída inmediata del régimen. Desconoce la gran mayoría de la población, los
cálculos gringos que giran en función de sus intereses y no en los de Honduras, su democracia
o el respeto a las leyes. ¿Pero acaso no es una contradicción exigirle al gobierno de Estados
Unidos, el derrocamiento del Presidente Hernández, pese a que son responsables directos de
nuestros males? Es una responsabilidad del pueblo hondureño la aprobación o el
derrocamiento de un mandatario (así como su elección que no ha sido respetada).

La dirigencia de la autodenominada oposición política está trabajando en función de las
próximas elecciones en el 2021 dejando a un lado la exigencia primaria de la población
hondureña que pide la salida de Juan Orlando Hernández. Desaprovechando escenarios que
ayudarían a cumplir exigencias de la población.

Por parte de las autoridades gringas, de la institucionalidad fallida hondureña y de la
autodenominada oposición política, Juan Orlando Hernández entregará el poder político en el
2022. ¡Salvo decisión contraria que tome el pueblo hondureño!
Nada dejaran que se desprenda de ese juicio del 2 de octubre, todo lo tienen calculado los que
permanentemente conspiran contra el pueblo hondureño.

Todo lo tienen calculado, salvo la indignación, la fuerza que puede mostrar la hondureñidad en
un tiempo determinado.

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